domingo, septiembre 29, 2013

"OCHENTACAMPEON" LA LEYENDA ES ETERNA !!!

"OCHENTACAMPEON"
LA LEYENDA ES ETERNA

Basket Masculino: 
Promo 80= 18 - Promo 2009= 16

Fulbito Masculino:
Promo 80= 1 - Combinado SF= 1

SOMOS 80 CAMPEONES Y AQUEL QUE  DIGA QUE  NO....!

Foto fue tomada en Octubre1983.


El equipo de basket de la Promoción 80 de San Fernando, se volvió a juntar después de alguna décadas, para un partido de "exhibición" contra la promoción 2009. Tres veces campeona consecutiva. 
El partido empezó muy parejo....ante la fortaleza y juventud de los rivales (30 años más jóvenes) se demostró espíritu y gallardía. 
En un final de infarto, se ganó el partido por una canasta, anotada en los dos últimos segundos.





Como siempre el fútbol, jugo de fondo,sacando un honroso empate 1 á 1, ante la promoción 99 (20 años más jóvenes). Clase y pundonor sobra.


Que pena que llegue tarde para ver el partidazo de basket,fue emocionante el partido de fulbito,en la tribuna  gritando y ordenando al equipo como en los viejos tiempos y luego entrar en el segundo tiempo,aunque el peso de los años y el peso de la cintura hizo que me lesione .
Fue una alegria indescriptible  estar en la canchita de San Fernando y compartir con la gente de la Gloriosa 80,lamentablemente  en vista que no fue ningun traumatologo me tuve que retirar y manejar a 20 km/ hr
Recuerdo cunado mi viejo iba a la semana de San Fernando a ver los partidos de fulbito y basket ,tambien los de ping pong porque jugabamos mi hermano Franklin por la 83 y yo por la 80 .mi esposa tambien iba y se reia de las barras.
El ultimo año me acuerdo que estaban en la tribuna de la 80 mi esposa en estado de gestacion ,mi vieja y mi viejo.fue cuando al loco Vizcarra se le ocurrio tirar baldes de contenido vesical a la barra que estaba  al costado y me dice.....no te preocupes Efrain , ya esta calculada la fuerza ,el viento y la direccion y a tu familia no le va a caer.......jajajajaja
Un abrazo a toda la familia ochentera es un honor pertenecer a ella.
efrain suclla flores
Recuerdo cada cosa que describes Efra, de aquellos años y sobretodo de tu familia. Seguro anoche los sentiste a ellos.
Ayer te tuviste que ir muy rápido y faltó el abrazo. Cuando entraste al partido y me dijiste que te lesionaste el muslo pensé que ahí se nos complicaba todo. Aún así no nos doblegamos y Lucho Chunga cumplió.
Julio Sánchez




Llenarse de gloria es un término muy subjetivo, pero después de 25 años, en que jugamos aquella final contra la 83 allá en el año 1988 y nos llenamos de gloria, me dije "carajo, acá se termino todo" pero no fue así ; no solo sentí la gloria por entrar nuevamente a esa Canchita histórica, no solo sentí la gloria al ganarle a la 2009, tricampeón de SF y 29 años menores que nosotros, sentí la gloria cuando esos jóvenes estudiantes de medicina nos miraban como dioses, que gozaban el jugar y perder contra nosotros, sentí la gloria cuando sus barras nos saludaban con el máximo respeto.
Gracias Dios mío por haberme dado un momento de tanta gloria y felicidad y luego culminarlo en la casa de nuestro eterno capitán Lalo Garrido, donde nos metimos una bomba, como en nuestros juveniles tiempos.
Espero que nos reunamos pronto según lo acordado.
Un fuerte abrazo para todos
Roberto Ventura

 SOMOS UNA FAMILIA, NO SÓLO EL EQUIPO DE BASKET SINO TODA LA PROMOCIÓN 80 ESPECIALMENTE ESA HERMOSA BARRA QUE NOS ACOMPANÓ CON EL CARIÑO DE SIEMPRE. RECORDAR ES VOLVER A VIVIR. Y EN LA FAMILIA TODOS GOZAN DE LOS TRIUNFOS DE SUS MIEMBROS Y HAN GOZADO Y SE HAN EMOCIONADO MÁS QUE NOSOTROS AL VOLVER A VIVIR ÉSTE MOMENTO IMPORTANTE, EL CUAL TOMAMOS EN SERIO Y NOS PREPARAMOS PARA ELLO ENTRENANDO PREVIAMENTE CON LA DISCIPLINA QUE NOS INCULCÓ SIEMPRE LALO.
QUERIDOS HERMANOS LALO, ROBERTO, WALTER, JUAN CARLOS, OSCAR, HA SIDO UN HONOR JUGAR JUNTOS UNA VEZ MÁS COMO ANTES DESPUÉS DE TANTOS AÑOS Y REAFIRMAR CON UN TRIUNFO MEMORABLE QUE SEGUIMOS SIENDO CAMPEONES Y QUE HA DEJADO HUELLA EN TODOS LOS QUE PRESENCIARON EL ENCUENTRO, QUE COMO DICE ROBERTO DEMOSTRARON RESPETO Y ADMIRACIÓN, SEGUIREMOS SIENDO CAMPEONES Y AQUÉL QUE DIGA QUE NO...
MANUEL HUAROTO
 
En verdad entrar otra vez a San Fernando despues de tantos años, prepararse para jugar en la canchita, jugar en ella ver a esos muchachos saber de nuestra historia, una historia que a seguimos haciendo,,,
Es la cosa mas fantastica que nos a podido dar la vida,...
Gracias amigos gracias todos y cada uno de ustedes por haber hecho de esta promocion lo que es
Gracias a Dios por pertenecer a la PROMOCION 80!!!
Oscar Manrique


Y así la LEYENDA continuará... 
porque algún día cuando alguien escriba sobre San Fernando, de todas maneras comenzará diciendo .....: 

"dicen que en el pasado hubo una promoción de médicos de nuestra universidad, de que no estuvieron contentos con sólo ser los mejores estudiantes de medicina y con ser campeones de las jornadas deportivas en la semana de la medicina desde cuando ingresaron hasta que se fueron triunfantes, sino que, solían volver ya de médicos, a jugar con la misma humildad de antes, con su barra en las tribunas, pero, para seguir ganando sin vanidad con el solo orgullo de sus colores azul y amarillo, esa promoción dicen que fue la OCHENTA".
Antonio Gamero

lunes, septiembre 23, 2013

BASKETBALL OCHENTA

BASKETBALL  OCHENTA



http://youtu.be/PMbU6zmyH4U

Después de 24 años volvimos a jugar juntos, el equipo 8 veces campeón de San Fernando (Lalo, Walter, Oscar, Manuel, Julio y Johnny). Realmente no se puede describir la emoción de revivir aquellos años de juventud, los 80, en que jugamos 32 partidos, de los cuales solo perdimos el primero, contra la 73.
Aunque las caras y los cuerpos ya no son los mismos, pero el alma sigue tan joven como hace 30 años.











sábado, septiembre 14, 2013

NUEVA MAYORIA y UN CHILE DE TODOS



NUEVA MAYORIA es una coalición electoral chilena que agrupa a un conjunto de partidos de oposición para las elecciones presidencial, parlamentarias y de consejeros regionales de 2013.

Fue inscrita el 30 de abril de 2013 en el Servicio Electoral.

Está conformada por los cuatro partidos de la Concertación de Partidos por la Democracia —el Partido Socialista de Chile (PS), el Partido Demócrata Cristiano de Chile (PDC), el Partido por la Democracia (PPD) y el Partido Radical Socialdemócrata (PRSD)—, además del Partido Comunista de Chile (PCCh), la Izquierda Ciudadana (IC), el Movimiento Amplio Social (MAS) e independientes de centroizquierda.

La coalición realizó sus elecciones primarias el 30 de junio, donde Michelle Bachelet (PS) se impuso con un 73% de los votos para transformarse en la candidata presidencial única del bloque,[3] derrotando al independiente Andrés Velasco, quien obtuvo un 13% de las preferencias, a Claudio Orrego (PDC) que se quedó con un 8,86%, y al radical José Antonio Gómez, quién alcanzó el 5,06%.




UN CHILE DE  TODOS

"Chile de todos". Este es el nuevo lema con que la candidata del pacto Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, enfrentará la recta final hacia la elección presidencial del próximo 17 de noviembre.

"Queremos construir un Chile con todos, para todos. Y por eso hemos decidido usar como lema 'Un Chile de todos'. ¿Un Chile de todos qué significa? Significa un Chile que nos pertenece, uno que es creado colectivamente, y que además reparte sus frutos equitativamente. Qué más legítimo e inspirador que desplegar nuestros esfuerzos en esa dirección. Un Chile de todos significa un proyecto colectivo, no solo de una candidata", señaló.

La candidata enfatizó que "por eso yo he llamado a formar una 'Nueva Mayoría' que dé el soporte político desde el Congreso y el soporte social desde la ciudadanía a los cambios que vamos a hacer".


http://youtu.be/hqNg3TQxgCA

jueves, septiembre 12, 2013

ALLENDE

“Misión cumplida. Presidente muerto”

Los primeros soldados entraron por la puerta de la calle Morandé y detuvieron a varios de los defensores, entre ellos al doctor Óscar Soto, a quien ordenaron que avisara a Allende y a sus acompañantes de que tenían diez minutos para salir desarmados. “Presidente, la primera planta está tomada por los militares. Dicen que deben bajar y rendirse”, le informó. “Allende nos pidió que nos entregáramos”, señaló el doctor Patricio Arroyo. “Entendí claramente que esto corría para nosotros y no para él. No recuerdo si lo dijo o no, pero todos entendimos lo mismo: él no saldría vivo de ahí...”.

“Se improvisó, con un delantal médico, una bandera blanca; atada a un palo, fue sacada por la puerta de Morandé 80. La Moneda estaba rodeada por todos lados. Los militares aceptaron la rendición y exigieron que bajáramos en fila india y con las manos en la nuca”. Con el palacio semidestruido, en llamas y sin suministro de electricidad, Allende se despidió personalmente de cada uno de ellos y detrás de Óscar Soto, empezaron a salir. El presidente regresó al salón Independencia.

El único testigo de su muerte es el doctor Patricio Guijón. Mientras sus compañeros iban bajando hacia la puerta de Morandé, a Guijón se le ocurrió regresar a buscar su máscara antigás para llevársela a su hijo como recuerdo. “En un momento determinado me encuentro frente a una puerta ubicada en ese pasillo, la que por lo general se mantenía cerrada, no obstante en esta ocasión estaba abierta e instintivamente miré hacia el interior de esta habitación, observando que al fondo de esta, en la muralla que daba hacia Morandé, a seis o siete metros de distancia, estaba el presidente Allende, sentado en un sofá con una metralleta en sus manos, instante en que escuché y vi que se disparó, saliendo eyectado parte de su cráneo y masa encefálica, en dirección al techo de la habitación y la pared posterior. Instintivamente me acerqué a ver cómo estaba y le tomé el pulso. No había nada que hacer”. El doctor Patricio Guijón permaneció al lado del cuerpo inerte unos diez o quince minutos, hasta que llegaron primero dos militares y después el general Palacios, quien comunicó a sus superiores: “Misión cumplida. Moneda tomada. Presidente muerto”.

Extracto de Allende, la biografía
de Mario Amorós (Ediciones B), que se publica el 11 de septiembre 2013.


“Bajen todos. Yo seré el último”

Bruscamente, la puerta de la calle Morandé 80 (del Palacio de la Moneda) es derribada y unas dos decenas de soldados invaden el vestíbulo. Llevan fusiles y se identifican con un paño en el cuello de color naranja. Violentamente nos golpean en los costados del cuerpo y nos arrojan uno encima del otro en la vereda inmediata a la puerta de Morandé. Desde el Ministerio de Obras Públicas no dejan de dispararles y nos encontramos en un fuego cruzado, con serio peligro de ser heridos. Un suboficial, que porta lentes ópticos con la mitad de uno de los cristales roto, me coge por un brazo y me levanta. “¿Quién es usted?”, me pregunta. “Soy el doctor Óscar Soto”, respondo de inmediato. “Doctor, suba a la segunda planta y dígale a sus compañeros que tienen diez minutos para rendirse, que bajen desarmados”.

Subo la escalera y cuando me faltan aproximadamente unos diez escalones veo al presidente Allende rodeado de mis compañeros. Me ve aparecer y me dice: “¿Qué pasa doctor?”. Respondo: “Presidente, los militares han invadido ya la primera planta y nos dan diez minutos para bajar”.

Durante un instante me mira profundamente desde lejos y siento que será definitivo, se acerca el final. Le escucho: “Bajen todos. Dejen las armas y bajen. Yo seré el último”. En fila india, mis compañeros bajan, yo sigo mirando al presidente que se escurre en dirección al salón Independencia. Al atravesar la puerta de Morandé 80 soy empujado, con las manos detrás de la nuca, a apoyarme en el sólido muro del palacio. Detrás de mí, alguien solloza. Es Enrique Huerta, el intendente de palacio. “¿Qué pasa, Enrique?”, inquiero. “El presidente ha muerto”, me dice desolado. Ha entrado al salón Independencia, se ha sentado en un amplio sillón de tapiz rojo, y se ha suicidado. Ha estado solo. Ningún militar ha llegado aún a la segunda planta.

El doctor Rogelio de la Fuente Gaete, en su libro Detrás de la memoria (México, 2008), resume con acierto la llamada batalla de La Moneda: “Políticamente, una traición. Humanamente, un genocidio. Éticamente, una ignominia. Militarmente, una inepcia”.

Extracto de Allende, en la memoria,
de Óscar Soto (Ediciones Sílex).


Entre 1973 y 1975 hubo 42.486 detenciones políticas. Y de acuerdo a datos entregados por la Vicaría de la Solidaridad, entre 1976 y 1988 hubo 12.134 detenciones individuales y 26.431 detenciones masivas.

El Informe Rettig y la Corporación Nacional para la Reconciliación y Reparación, concluía que en 1996, 3.197 personas murieron o desaparecieron entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990 a consecuencias de violaciones a los derechos humanos. De éstas, 1.102 fueron calificadas como desaparecidos(as) y 2.095 como muertos(as).

El Instituto Latinoamericano de Salud Mental y Derechos Humanos (ILAS), estimó que un 10% de la población chilena, a principios de los años ochenta se encontraba afectada por alguna situación represiva. De este total ILAS cree que situaciones extremas afectaron a unas 200.000 personas que fueron obligadas a vivir en el exilio, otras torturadas, ejecutadas o desaparecidas, junto a sus familiares directos.



Última imagen del presidente chileno Salvador Allende, en el exterior del Palacio de La Moneda, acompañado del Grupo de Amigos del Presidente (GAP), su servicio de guardia personal, durante el golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973.

miércoles, septiembre 11, 2013

HABLA ALLENDE

MARTES 11 DE SEPTIEMBRE  DE 1973












(escuchar su despedida)


7:55 A.M. Radio Corporación

Habla el presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad estaría ocupada, lo que significa un levantamiento contra el Gobierno, del Gobierno legítimamente constituido, del Gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano.
En estas circunstancias, llamo a todos los trabajadores. Que ocupen sus puestos de trabajo, que concurran a sus fábricas, que mantengan la calma y serenidad. Hasta este momento en Santiago no se ha producido ningún movimiento extraordinario de tropas y, según me ha informado el jefe de la Guarnición, Santiago estaría acuartelado y normal.
En todo caso yo estoy aquí, en el Palacio de Gobierno, y me quedaré aquí defendiendo al Gobierno que represento por voluntad del pueblo. Lo que deseo, esencialmente, es que los trabajadores estén atentos, vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la Patria, que han jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las Fuerzas Armadas. En estas circunstancias, tengo la certeza de que los soldados sabrán cumplir con su obligación. De todas maneras, el pueblo y los trabajadores, fundamentalmente, deben estar movilizados activamente, pero en sus sitios de trabajo, escuchando el llamado que pueda hacerle y las instrucciones que les dé el compañero presidente de la República.


8:15 A.M.

Trabajadores de Chile:
Les habla el presidente de la República. Las noticias que tenemos hasta estos instantes nos revelan la existencia de una insurrección de la Marina en la Provincia de Valparaíso. He ordenado que las tropas del Ejército se dirijan a Valparaíso para sofocar este intento golpista. Deben esperar la instrucciones que emanan de la Presidencia. Tengan la seguridad de que el Presidente permanecerá en el Palacio de La Moneda defendiendo el Gobierno de los Trabajadores. Tengan la certeza que haré respetar la voluntad del pueblo que me entregara el mando de la nación hasta el 4 de Noviembre de 1976. Deben permanecer atentos en sus sitios de trabajo a la espera de mis informaciones. Las fuerzas leales respetando el juramento hecho a las autoridades, junto a los trabajadores organizados, aplastarán el golpe fascista que amenaza a la Patria.


8:45 A.M.

Compañeros que me escuchan:
La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de Estado en que participan la mayoría de las Fuerzas Armadas. En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis palabras dichas el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo. Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada. Yo tenía contabilizada esta posibilidad, no la ofrezco ni la facilito. El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la postre no podrá detenerse. Compañeros, permanezcan atentos a las informaciones en sus sitios de trabajo, que el compañero Presidente no abandonará a su pueblo ni su sitio de trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida.


9:03 A.M. Radio Magallanes

En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas. En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.
Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas Armadas.
El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.


9:10 A.M. Radio Magallanes

Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! 

¡Viva el pueblo! 

¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.



martes, septiembre 10, 2013

40 años después: martes 11 de septiembre de 1973

 “Tenemos que matarlos como ratas, que no quede rastro de ninguno de ellos, ni de Allende”. 
almirante Patricio Carvajal

 “Hay una información del personal de la Escuela de Infantería que está dentro de La Moneda. Por la posibilidad de interferencias, la voy a transmitir en inglés: ‘They said that Allende committed suicide and is dead now’. Díganme si entienden”. 
almirante Patricio Carvajal

Chile era entonces una nación parlamentaria, pero de oligarquías poderosas, reaccionarias, y multinacionales con derecho de pernada...


Puntualmente cada 11 de septiembre, la historia regresa al palacio La Moneda de Santiago de Chile, donde Salvador Allende se suicidó hace 40 años con un fusil regalado por Fidel Castro. La aviación golpista y la traición demolían el edificio de la calle Morandé cuando el presidente se sentó en un sofá palaciego, apoyó la barbilla sobre la bocacha del arma, apretó el gatillo y saltaron por los aires el cráneo de un hombre decente y una democracia revolucionaria. Llovía sobre mojado. No era la primera vez que Estados Unidos había promovido en América Latina el derrocamiento de presidentes insumisos: dos rebeliones militares alentadas por la CIA derribaron a Jacobo Arbenz, en Guatemala, en 1954; a Juan Bosch, en República Dominicana, en 1963, y un año después al brasileño João Goulart.

Consumada la vileza del general Augusto Pinochet y la deslealtad de los temerosos, a las 11.50 de aquella jornada fatídica, dos aviones abrieron fuego contra La Moneda con cohetes que perforaron los muros del edificio neoclásico y quebraron las paredes de salones y despachos. Los gases lacrimógenos asfixiaban a medio centenar de fieles. Entre cascotes y gritos, se cubrían como podían. Sin suministro eléctrico, ni esperanzas, con el palacio en llamas, el presidente se despidió de sus colaboradores y amigos. No tenía sentido su inmolación. Pero otras eran las intenciones del generalato insurrecto. “Tenemos que matarlos como ratas, que no quede rastro de ninguno de ellos, de Allende”. La criminal iracundia del almirante Patricio Carvajal fue conocida al quedar inadvertidamente abierto el sistema de comunicación entre el puesto de mando de la sublevación y las unidades asaltantes.

Aquel cuartelazo reunió todos los ingredientes de las tragedias griegas: traiciones, cobardías, intrigas, asesinatos y muerte, según el cardiólogo Óscar Soto Guzmán, sobreviviente de La Moneda, médico personal del presidente y autor del libro Allende en el recuerdo, que se publica en el 40º aniversario del golpe. Relata las reacciones de Allende ante los acontecimientos que le tocó vivir. También Soto debió reaccionar. “Hablo con mi esposa Alicia; ella me dice: ‘Se anuncia por radio que van a bombardear el Palacio’. ‘Así es, le respondo’. ‘¿Qué vas a hacer?’. ‘Me quedaré aquí, en el Palacio’, le dije. Alicia calló, pero entendí que compartía mi decisión”. El golpe le cambió la vida. La salvó, pero en el exilio de México, Cuba y España, donde reside con su familia.

El 11 de setiembre de 1973 terminó a sangre y fuego el Gobierno de la Unidad Popular (UP), una coalición de izquierdas que pretendió construir, quizás con demasiadas prisas, una sociedad más justa en un país profundamente injusto. Chile era entonces una nación parlamentaria, pero de oligarquías poderosas, reaccionarias, y multinacionales con derecho de pernada: la norteamericana ITT (International Telephone & Telegraph) era dueña del 70% de la telefonía chilena. El poder económico y mediático y la cruzada internacional de Estados Unidos contra el peligro comunista quedaron definitivamente hermanados con la aceleración de las reformas de la UP. La agraria levantó ampollas.

El historiador español Mario Amorós, que ha publicado Allende, la biografía después de 18 años de investigación sobre su figura y trayectoria, sostiene que la “vía chilena al socialismo” fue derrotada por una agrupación de causas: la estrategia de la oposición de bloquear cualquier iniciativa gubernamental en el Congreso, en el que tenía mayoría absoluta, el fomento de la crisis económica y del desabastecimiento, y la movilización anticomunista de las clases medias y sectores estudiantiles; incluso de la aristocracia obrera. La agresión de Estados Unidos y la derrota de los sectores constitucionalistas de las Fuerzas Armadas completaron la pinza, según Amorós, cuya obra, redactada desde la militancia política del autor, ligado al PCE, es imprescindible.

Pero algo mal debieron hacer el presidente y su Gobierno para que fuera posible tal coalición de fuerzas opositoras. Conmovido por su muerte, el secretario del Partido Comunista Italiano (PCI), Enrico Berlinguer (1922-1984), llegó a una lúcida conclusión: las transformaciones pretendidas por Salvador Allende, que había ganado las presidenciales de 1970 con el 36,3% de los votos, eran de tal calado que una mayoría simple no era suficiente para aprobarlas, ni siquiera con el presidencialismo consagrado en la Constitución de 1925. Los cambios exigían mayorías parlamentarias cercanas al 70% y amplios consensos sociales. Esa ecuación, sin embargo, era casi un imposible en el Chile de las injusticias distributivas y la guerra fría entre Estados Unidos y la URSS. Cuatro decenios después, el golpe cívico castrense de 2002 en Venezuela, y su actual atrincheramiento, las intermitentes sublevaciones criollas en la Bolivia indigenista o incluso el conflicto egipcio parecen resucitar aquellas reflexiones eurocomunistas.

“El golpe contra Allende, que crecía en cada elección, lo dieron las clases altas, las oligarquías, con la ayuda de un Henry Kissinger (secretario de Estado de Richard Nixon) muy inteligente y con dinero. En una redada de camioneros en huelga, y les pillamos ¡con billetes de 1.000 dólares en el bolsillo!”, recuerda Danilo Bartulín, médico personal y amigo de Allende, cuyo cargo oficial era médico jefe de la Presidencia de la República. Bartulín durmió en una habitación contigua el año de la crispación, y respondía las llamadas telefónicas del gobernante durante su descanso. Le acompañó en viajes y en horas cruciales y solía jugar al ajedrez con el mandatario hasta las dos de la madrugada. “Déjate ganar para que se vaya a dormir”, me decía. Fue torturado y encarcelado durante dos años tras su detención en La Moneda.

La última intentona para evitar el cuartelazo se desarrolló la noche del 17 de agosto en casa del cardenal Silva Henríquez, anfitrión de una cena entre el presidente y jefe de la Democracia Cristiana Patricio Aylwin, que acusó a Salvador Allende de destruir la democracia y conducir a Chile hacia la ruina económica y la dictadura del proletariado. “Yo le esperaba en el coche”, recuerda ahora Bartulín. “Al llegar, hacia las dos de la madrugada, me dijo: “No quieren nada. Nos niegan el pan y la sal’. Entonces yo le dije: ‘Vamos a la Cumbre de Argel (del Movimiento de Países no Alineados, del 5 al 9 de septiembre de 1973), pero usted pasa por el Vaticano y le pide una audiencia al Papa para que la democraciacristiana se ablande’. Le parece bien la iniciativa y se prepara un avión para unas veinte personas. La idea se mantiene, pero hubo voces que alertaron: ‘¿Y si dan el golpe cuando estemos fuera?’. Finalmente, Allende no fue ni a la Cumbre de Argel ni pidió audiencia a Pablo VI porque los acontecimientos se precipitaron”.

La subordinación de las Fuerzas Armadas al poder civil durante cuatro décadas había contribuido a asentar el mito de su “profesionalidad”, asumido de manera acrítica por Salvador Allende y amplios sectores de la izquierda, según explica Amorós en su libro. En el caso de un golpe de Estado, la Unidad Popular confiaba en que una parte significativa de los militares cumpliera con sus deberes constitucionales, pero no ponderó adecuadamente la vinculación técnica, económica e ideológica del estamento castrense chileno con Estados Unidos, que se remontaba a 1947, año de la firma del Tratado Interamericano de Mutua Defensa. “Por otra parte, el Informe Church reveló que, entre 1966 y 1973, 1.182 oficiales chilenos se adiestraron en centros militares de este país, donde les inculcaron la anticomunista Doctrina de Seguridad Nacional y les enseñaron terribles métodos de tortura que se pusieron en práctica a partir del 11 de septiembre de 1973”.

Sobran las pruebas sobre la cobertura norteamericana del golpe. Peter Kornbluh, director del National Security Archive’s Chile Documentation Project, consiguió que se desclasificaran más de 24.000 documentos secretos de la CIA y la secretaria de Estado. Los más importantes se reproducen en el libro Pinochet: los archivos secretos, ahora reeditado y ampliado (Crítica). La participación de Estados Unidos en la asonada fue tan determinante como la derechización de la Democracia Cristiana, muy cercana a la UP bajo la dirección de Radomiro Tomic. “Desgraciadamente, desde la fecha de la elección de Allende, la actitud del expresidente Eduardo Frei fue la de un energúmeno, que hizo suyo todo el discurso anticomunista y antipopular de la extrema derecha chilena y de los círculos del Gobierno norteamericano, sensible a las posiciones de sus empresas transnacionales. Se olvidó del socialismo comunitario”, señala Óscar Soto.

La Democracia Cristiana perdió su sensibilidad social y Salvador Allende, la vida. ¿Hubiera podido conservarla? “Yo le tuve preparado dos operativos para que saliera vivo de La Moneda”, recuerda Bartulín. “Teníamos casas clandestinas para esconderlo. Propuse su salida en una pequeña reunión. Todavía no habían bombardeado. Hablé con gente del Ministerio de Obras Públicas que es donde estaban los coches y había un montón de gaps (Grupo de Amigos del Presidente). Ellos dijeron que podíamos salir cuando quisiéramos porque todavía no había toque de queda y los coches podían circular. Allende me dijo: ‘Bien, ten preparado el operativo’. Entonces algunos dijeron que no, que había que resistir hasta el final, hasta la muerte. Yo decía que mejor un Allende vivo que muerto, y que yo me quedaba. El plan era que tres coches salieran de La Moneda con Allende en uno de ellos, sin que nadie pudiera identificarle. Los que se quedaran seguirían disparando para disimular la salida de Allende. Si hubiera seguido vivo podía haber cambiado la historia”.

Pero el ánimo de Allende y sus leales sufrió un bajonazo cuando Augusto Olivares, director de la televisión nacional, se pegó un tiro en la sien. El abatimiento de La Moneda contrastó con la satisfacción de los jefes golpistas con el desenlace de su bombardeo y asalto al palacio presidencial. Carvajal informó sobre la muerte de Allende a Pinochet y Gustavo Leign, comandante de la Fuerza Aérea, en esta grotesca comunicación: “Hay una información del personal de la Escuela de Infantería que está dentro de La Moneda. Por la posibilidad de interferencias, la voy a transmitir en inglés: ‘They said that Allende committed suicide and is dead now’. Díganme si entienden”. Pinochet: Entendido. Leigh: Entendido perfectamente”.