lunes, diciembre 31, 2012

Bienvenidos a Macondo (recordando a Gabo)

Bienvenidos a Macondo


La carretera que va desde el mar Caribe hacia Aracataca es una cinta plana con leves ondulaciones. Detrás quedan los manglares de Ciénaga Grande, uno de los lugares más cálidos, con sus pescadores de pargo y róbalo, sus casas sobre pilotes de madera y los palafitos de los pueblos lacustres, donde la vida parece algo que se debe luchar a pleno sol, entre la sal del mar y la rudeza del paisaje.

La antigua Zona Bananera aparece a los dos lados de la carretera llenando de verde el horizonte, pero el banano ya no es el gran producto de la región, lo que no impide que todo el mundo recuerde la famosa “masacre de las bananeras”, cuando el Ejército de Colombia disparó contra 3.000 huelguistas —allá por 1928— para proteger los intereses de la United Fruit Company, una de las empresas norteamericanas por las cuales al país, en Estados Unidos, le decían despectivamente república bananera. La United Fruit Company cambió de nombre y ahora se llama Chiquita Brands Company.

Hoy el gran cultivo de la región es la palma africana, de la que se extrae aceite. Es el nuevo producto de exportación, y por eso el paisaje ha cambiado. En lugar de las hojas rectangulares y verdes del banano, se ven los espigados troncos de las palmas y sus hojas verde oscuro abiertas en elipse.

01 Aracataca

Más adelante llegamos al desvío que lleva a Aracataca (unos 35.000 habitantes), y luego la carretera se convierte en una amplia avenida de entrada calcinada por el calor, pero con árboles de sombra a los lados. Avanzamos hasta la plaza principal y allí nos detenemos, delante de una vieja casa con techos de zinc. La plaza central de Aracataca tiene almendros y ficus. Los niños juegan al balón y la gente está sentada en las tiendas que la circundan. Es mediodía, la hora de más calor. Del centro de la plaza veo venir a una viejita con una sombrilla y me digo: “Podría ser Úrsula Iguarán”. En la tienda de la esquina empiezo a ver las primeras referencias al mundo de García Márquez, pues un cuadro mural en el que se ve una casa azotada por un furioso vendaval lleva como título Tormenta en Macondo. Luego, un microbús aparece en la esquina de la plaza y se detiene. Varias personas descienden de él con maletines. Sobre la puerta del vehículo está escrito: Línea Nobel. Claro, Aracataca es la ciudad del Nobel. Le pregunto al dueño de la tienda de refrescos si conoce a García Márquez y me dice que no; “él nunca viene por aquí”, agrega.

En la alcaldía conozco a Rafael Darío Jiménez, poeta de Aracataca de origen guajiro, director de la Fundación Casa Museo de Gabriel García Márquez. Con él volvemos a salir al sol homicida del mediodía y caminamos unas pocas cuadras, hasta la avenida de Monseñor Espejo y la esquina con la calle de Nariño.
Ahí, sobre el costado izquierdo, está la casa.
Según dice García Márquez en sus memorias, el disparador de su obra literaria fue cuando acompañó a su madre a vender esa casa. La familia ya vivía en Barranquilla, y para el joven Gabriel, que había sido criado en ella por los abuelos, volver a ver esos muros y el techo de zinc y el patio con un gigantesco ficus era como entrar a un territorio neblinoso que solo podía ser recuperado a través de la escritura. Hoy la casa tiene en su fachada una reproducción del momento en que el rey Gustavo de Suecia le otorga a Gabo el Premio Nobel. En la terraza hay también una gigantesca mariposa amarilla en honor de Mauricio Babilonia.

En el living hay varias mesas con fotografías antiguas de la familia, un par de viejas ediciones de Cien años de soledad y un árbol genealógico. En la habitación de al lado, que debía corresponder al salón-comedor, Rafael tiene expuestos los amarillentos recortes de prensa que ha ido guardando durante años en una maleta. En ellos se ven imágenes de García Márquez y de los escritores de su generación. Al fondo está el patio y una segunda construcción de madera, con los dormitorios, y el célebre ficus, el árbol de sombra por excelencia, acompañado de árboles de castaño. En el patio está también la cabaña donde dormía el servicio, que en la época de Gabo era una familia de indígenas wayuu proveniente de La Guajira. Por cierto que, según Rafael, la inspiradora de Remedios la Bella era la hija menor de esa familia. Por lo demás, la casa está vacía y es necesario poblarla con la imaginación. Intentar, observando esas paredes desnudas, escuchar los ecos antiguos, la algarabía de una familia o de una estirpe que estuvo condenada a cien años de soledad, pero que tuvo, gracias a la literatura, una segunda oportunidad sobre la tierra.

Al atardecer, el pueblo vuelve a animarse. El calor se ha ido y la gente sale a la calle. Pero a pesar del aire cosmopolita que le dan sus sectores, el barrio Italiano, el barrio Español, el barrio Turco, Aracataca es un pueblo pequeño y algo triste, y bastante empobrecido por la crisis. Esa es la imagen que va quedando atrás cuando regresamos a la carretera. Casas de cemento, niños sin camisa, mujeres prematuramente envejecidas.

02 Barranquilla

Tras una hora y media de ruta por la carretera de la Ciénaga Grande, llena del olor de la sal y de peces descompuestos, cruzamos el puente de Laureano Gómez sobre el río Magdalena y entramos a la ciudad de Barranquilla, con más de un millón de habitantes, una de las perlas del Caribe. Pero la primera imagen, al ver la suciedad de las calles y la pobreza, es más la de una llaga, una herida abierta sobre la piel que no se cura.

García Márquez vivió varias veces en Barranquilla. La primera fue a mediados de la década de los treinta, en el barrio Abajo, que describe así en sus memorias: “Una quinta gótica pintada de alfajores amarillos y rojos, y con dos alminares de guerra”. Ya en esos años, el barrio era “degradado y alegre”, algo que hoy no ha cambiado en lo más mínimo, pues lo que hay es una modesta construcción de un piso frente a un parque rectangular en la calle de Murillo, una arteria infestada de camiones y buses que hacen que el aire se vuelva irrespirable, una imagen muy frecuente en esta Barranquilla de hoy, ciudad de viejo esplendor venida a menos. En la esquina de esa casa está la tienda Tokio, donde Gabo bebía cerveza y donde, según cuentan, le hizo al dueño un cartel que decía: “Hoy no fío. Mañana, sí”.

Volvió a vivir aquí en 1949, siendo ya un joven literato en ciernes y un experimentado periodista. Consiguió un trabajo de cronista en el diario El Heraldo e inició en estas mismas calles su gran aventura de escritor, que transcurrirá en lugares hoy míticos como la librería Mundo, el bar Japi, el café Roma, la librería Cervantes, el burdel y hotel El Rascacielos y, por supuesto, el edificio del diario El Heraldo, que en esos años estaba en un caserón de la calle Real, rodeado de vendedores que tendían sus mercancías en el suelo, carritos de helados y refrescos, bares y pensiones de mala muerte. Hoy El Heraldo cambió de sede y su imponente edificio, con salas de redacción modernas y aire acondicionado, no recuerda su modesto origen. Según me cuenta el escritor y periodista Heriberto Fiorillo, durante años se guardó la vieja máquina de escribir Underwood, propiedad de Alfonso Fuenmayor, en la que García Márquez escribió La casa, el magma inicial del cual saldrían La hojarasca y Cien años de soledad.
—Cuando un redactor no encontraba la inspiración de un artículo, lo sentaban en la Underwood que usó Gabo —dice Heriberto—, y funcionaba. Pero hoy ya no está aquí. Se la llevaron al Museo Romántico, junto a algunas cartas de Simón Bolívar y otros recuerdos de la ciudad.

Desde el edificio del diario veo la Barranquilla de hoy e intento imaginar esa ciudad de esplendor de la década de los cincuenta, enriquecida por la construcción del ferrocarril de Bolívar, el muelle de Puerto Colombia y la navegación fluvial del río Magdalena. Al igual que otras metrópolis de América, Barranquilla fue ciudad de inmigrantes con barrios italiano, español, chino, zonas de influencia sirio-libanesa y judía. Tenía orquesta filarmónica y compañía local de ópera, grandes librerías, revistas culturales, cines, tertulias. Por eso se gestó en ella uno de los movimientos culturales más importantes del Caribe, el llamado Grupo de Barranquilla. La mayoría de los lugares míticos del grupo han desaparecido, como la librería Mundo o el café Colombia, pero la buena noticia es que uno de los más bellos y legendarios, La Cueva, ha resucitado.

La Cueva está hoy en el mismo lugar de antes: la esquina de la calle de la Victoria con la del Veinte de Julio, en el barrio Boston. Su cartel luminoso, un hombre disparándole con un rifle a un pato, recuerda el que tuvo en los años cincuenta, pues La Cueva era un bar para cazadores e intelectuales, las dos grandes pasiones de su propietario, Eduardo Vilá. Para devolver a la vida este bello lugar fue preciso crear una fundación cultural, pero sobre todo un enorme afecto y la decisión de Heriberto Fiorillo, quien siempre lamentó haber tenido solo cinco años cuando La Cueva mítica estaba en funcionamiento, a mediados de los años cincuenta, y por eso su maravillosa obsesión por hacerla renacer. Fiorillo recuperó el lugar y, con la financiación de empresas amigas de la cultura, pudo reabrir en el año 2006 como bar, restaurante y salón de tertulias.

Frente al mostrador, en una pared blanca, hay una reproducción panorámica de una foto en blanco y negro que muestra a la mayoría de los integrantes del Grupo de Barranquilla, y allí está García Márquez, un joven muy flaco con un cigarrillo colgando de la boca. A un lado de la entrada hay un cofre cuyo tesoro es una placa de hielo. El hielo que el coronel José Arcadio Buendía habría de recordar, muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento.

03 Cartagena de Indias

García Márquez llegó a Cartagena en mayo de 1948, procedente de Bogotá, muy entusiasmado por regresar del frío del altiplano a su cultura caribeña y con un puesto de redactor en el recién fundado periódico El Universal, de Clemente Manuel Zabala, quien deseaba darle un vuelco a la prensa tradicional y reforzar la crónica como género periodístico. El joven Gabriel, que ya había publicado crónicas y cuentos en el diario El Espectador de Bogotá, encontró allí un espacio para desarrollar sus calidades estilísticas. También encontró en Cartagena un par de amigos bohemios y literatos que lo acompañarían en las libaciones nocturnas: Gustavo Ibarra Merlano y el escritor Héctor Rojas Herazo, periodistas de El Universal.

Los espacios de estas correrías cartageneras fueron la ciudad colonial amurallada, donde vivía Gabo, la plaza de Santo Domingo, el parque de Bolívar, el Portal de los Escribanos —del que habla en El amor en los tiempos del cólera—, el muelle de los Pegasos, las antiguas bodegas coloniales del puerto, la bahía de las Ánimas, la playa y la zona más moderna de Bocagrande, lugares de marineros y gente humilde, como nos cuenta él mismo en sus memorias, Vivir para contarla.

Algo muy distinto, claro, a la Cartagena de hoy, la ciudad más turística del país, con unos 944.000 habitantes, la única que tiene realmente un consolidado turismo internacional, lo que ha llevado a un salvaje incremento en los precios de las viviendas. Las viejas casonas coloniales de la ciudad amurallada, que hace apenas veinte años se caían de decrepitud y eran vendidas al precio del terreno, hoy se negocian a 3.500 euros el metro cuadrado, lo que ha supuesto un cambio en el paisaje humano. Muchos de los antiguos habitantes del sector amurallado se han ido y en su lugar hay extranjeros adinerados, y sobre todo la oligarquía del país, convirtiendo Cartagena en epicentro de la jet-set nacional.

En ese hermoso decorado está la casa actual de García Márquez, una esquina privilegiada, al lado del lujoso y colonial hotel Santa Clara y frente a las murallas, las palmeras y el mar. Desde fuera solo se ve un altísimo muro que protege la intimidad de la casa, que fue construida por Rogelio Salmona, el arquitecto más reconocido de Colombia. Hace años me contaron la siguiente anécdota: cuando Salmona buscaba terrenos en Cartagena para construir la casa de Gabo, la noticia se supo y los precios subieron. Así que Salmona debía actuar con mucho tacto. Un día encontró una vieja imprenta que estaba por cerrar y que tenía un terreno apropiado para el proyecto. Salmona fue a hablar con el impresor y dueño de la casa, un anciano ciego, y le preguntó el precio. El viejo, con un cigarro en la boca, le dio una cifra. La petición era razonable, así que Salmona llamó a Gabo y le dijo que viniera a ver el lugar. Regresaron dos días después y, antes de entrar, Salmona le dijo: “No hables, si te reconoce como García Márquez seguro que sube el precio”. Entraron y a Gabo le gustó el lugar. Luego fueron a la oficina del anciano y, al entrar, García Márquez dijo solamente: “Buenos días”. El anciano levantó las cuencas vacías de los ojos y dijo: “Usted es García Márquez”. Salmona y Gabo pusieron cara de tragedia y pensaron que subiría el precio, pero, para su sorpresa, cuando se abordó el tema, el viejo pidió una cifra inferior a la que se había pactado. Salmona le preguntó que por qué cambiaba el precio, y el anciano respondió: “Es que yo a García Márquez lo he pirateado mucho en esta imprenta y es justo retribuirle”. Tiempo después le pregunté a García Márquez por la veracidad de la historia y, riéndose, sin confirmar ni desmentir, me dijo: “Es muy buena, debe de ser cierta porque es muy buena”.

Buscando huellas de la vida y la obra de García Márquez en Cartagena de Indias me detengo ante un vendedor de periódicos en la plaza del Teatro Heredia, en el casco colonial, y leo una noticia publicada por el diario El Tiempo en su edición del 27 de enero de 2007: “Náufrago pensó en matarse”. Me llevo el ejemplar a un banco de la muralla, viendo la línea de edificios de Bocagrande, y leo la historia del pescador José Reyes Córdoba, de 68 años, que estuvo cinco días en el océano Pacífico, a la deriva, acosado por un tiburón y bebiendo agua de mar, y que fue salvado por un barco pesquero que lo trajo de vuelta a la costa. Al volver a su casa supo que su mujer y sus 17 hijos lo habían dado por muerto y le habían hecho un velorio. ¿Cómo no recordar a Luis Alejandro Velasco, el náufrago que en 1955 cayó al mar y que estuvo a la deriva 10 días, dando el tema a una de las crónicas más grandes de García Márquez, el Relato de un náufrago?

Hoy, mirando el bravo Caribe en Cartagena, leo las declaraciones del pescador José Reyes Córdoba: “Todo iba bien. A las once ya tenía cinco pescados: cuatro chimbilos y un pez vela. Como venía de regreso, me comí todo el lonche y quedé limpio. A la una de la tarde cayó sobre mí la mala suerte: se me oscureció la costa y para rematar no veía nada porque estoy mal de la vista. Tengo cataratas y terigios. Empecé a remar, pero en vez de ir hacia la costa me desvié más. Eran las dos de la mañana cuando un tiburón se atravesó por debajo”. Emocionado, compruebo al leer este nuevo relato de un náufrago que una vez más la realidad optó por seguir a la gran literatura, pues tanto Hemingway como García Márquez habrían podido firmar debajo de estas palabras.

Santiago Gamboa (Bogotá, 1965) es autor de la novela Plegarias nocturnas (Mondadori)
www.elpais.com

domingo, diciembre 30, 2012

POEMA A LOS AMIGOS (BORGES)

POEMA A LOS AMIGOS

No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte limites dentro de los cuales debes actuar,
pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tu.
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el numero uno ni el numero final.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero,
el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.

(Borges)

sábado, diciembre 29, 2012

ONE POUND FISH (£1 Fish Man)

£1 Fish Man


"Come on ladies, come on ladies; one pound fish.
Have-a, have-a look, one pound fish.
Very, very good, very, very cheap, one pound fish"


Hace apenas un año que Muhammad Shahid Nazir aterrizó en el aeropuerto de Heathrow con un su portátil y una pequeña bolsa con ropa como único equipaje. Había dejado su familia en un pueblo de Pakistán con la intención de buscarse la vida en la capital británica. Estaba a punto de tirar la toalla cuando encontró trabajo en un puesto de pescado del mercado de Queen’s en Upton Park, este de Londres. Otra de tantas historias de inmigrantes en una gran ciudad si no fuera por la particular manera en la que Nazir empezó a captar la atención de la clientela. “Mi jefe me dijo que tenía que dar voces”, declaró a la prensa británica. Él ignoró las habituales apelaciones del gremio y se lanzó a cantar. Sin darle demasiadas vueltas, se le ocurrieron unos cuantos versos animando a comprar pescado a una libra la pieza. El jingle comenzaba con las frases: “"Come on ladies, come on ladies; one pound fish. Have-a, have-a look, one pound fish. Very, very good, very, very cheap, one pound fish". (“Vengan, señoras, vengan señoras, un pescado a una libra. Echen un vistazo. Muy bueno, muy barato”).

http://youtu.be/ETSl8gWsFZ0

Gracias a la pegadiza canción y a los gestos con los que la acompañaba este padre de cuatro hijos pronto se hizo popular en el barrio. Alguien le grabó mientras trabajaba y lo colgó en Youtube, ese cazatalentos de improbables estrellas mediáticas. De un día para otro, Nazir empezó a recibir visitas de turistas pidiéndole autógrafos y fotos. El vídeo fue arañando en popularidad en las redes sociales hasta que ha consiguió unos cinco millones de visitas. Sin previa experiencia musical y un inglés limitado que mejora leyendo la prensa este pescadero de 31 años se vio partícipe de los hábitos de la industria. El rapero Timbaland, de quien Nazir nunca había oído hablar hasta hace poco, remezcló su cantinela, recibió propuestas de matrimonio vía Twitter y Warner Music le ofreció un contrato. Como una versión del cuento de la Cenicienta en clave 2.0. de repente se posicionó como la respuesta británico-paquistaní al fenómeno Gangnam Style del coreano Psy. Ahora es más conocido como el tipo del One pound fish y ha lanzado un single oficial con la versión pulida de su canción inicial y el vídeo, en el que cambia la cazadora de cuero por un traje de chaqueta, va por los 7 millones de visionados. Esperaba alcanzar los primeros puestos de éxitos navideños pero se quedó en el puesto 29 de la lista de sencillos en el Reino Unido. Un indicio de que lo que triunfa online, no tiene por qué traducirse de la misma manera en canales tradicionales.

http://youtu.be/G_miGclPFGs

El expescadero también ha encontrado el reconocimiento en su tierra natal, a pesar de que el gobierno paquistaní bloquease el acceso a Youtube tras la película que insultaba al profeta Mahoma. Sus compatriotas viajan a su localidad natal para descargarse la canción o adquirir una copia en CD y su padre, que se oponía a su traslado a Londres hoy se muestra “muy feliz”. Nazir nunca hubiera imaginado una audiencia global de tal envergadura: “Me siento especial. Como si estuviese en un sueño sabiendo que en algún momento alguien me tocará y despertaré”, ha declarado al diario londinense Evening Standard.  El jarro de agua fría ha venido del departamento británico de inmigración, que ha decretado que el visado de Nazir no le permite quedarse en el Reino Unido. El cantante dejó Londres el día de Navidad con rumbo Lahore y no se ha confirmado si hay fecha de retorno. La deseada reunión con su familia tuvo lugar lejos del país que a la vez le dio una oportunidad y se la obstaculizó.

martes, diciembre 25, 2012

FELIZ NAVIDAD 2012

Feliz  Navidad

imagen: contribucion de Bety Yanez

domingo, diciembre 23, 2012

DREAMERS

DREAMERS

http://youtu.be/fRCitjn7Ojs


Obama evocó a los ‘dreamers’, los jóvenes que llegaron a los Estados Unidos con sus padres indocumentados y que, a pesar de vivir y trabajar, no contaban con una forma de regularizar su situación hasta mediados de este año, cuando su gobierno aprobó una solución que les permitía a casi millón y medio de personas obtener permisos de trabajo y una garantía de que en dos años no serán deportados.
“En ellos veo las mismas cualidad que Michelle y yo tratamos de inculcar en nuestras hijas. Respetan a sus padres, estudian para superarse y quieren aportar al único país que conocen y aman”, dice Obama en castellano.

sábado, diciembre 22, 2012

Henrietta Lacks - Celulas HeLa

1945

Henrietta Lacks
(a veces erroneamente Henrietta Lakes, Helen Lane, Helen Larson)
(1 de agosto de 1920 - 4 de octubre de 1951)
fue una mujer afroamericana donadora involuntaria y sin su conocimiento de células de su tumor canceroso, el cual fue cultivado por George Otto Gey para originar una línea de cultivo celular inmortal (células HeLa). Con las células de Lacks se han realizado más de 70.000 publicaciones científicas en todo el mundo (73.216 artículos a fecha 06-12-2012).

Henrietta Lacks nacida como Loretta Pleasant el 1º. de agosto de 1920 en Roanoke, Virginia. Sus padres fueron Eliza (1886-1924) y John Randall Pleasant (1881-1969). Sus descendientes no saben cómo ocurrió el cambio de nombres de Loretta a Henrietta, llevando en vida el sobrenombre de Hennie. Su madre Eliza murió en el nacimiento de su décimo hijo en 1924, por lo que el padre John Pleasant llevó a los niños a criarse al seno familiar materno. John se desempeñaba como guardafrenos en el ferrocarril.

Henrietta creció con los abuelos en Clover, Virginia. Henrietta Pleasant se casó con su primo David “Day” Lacks (1915-2002) en Halifax, Virginia. David se había mudado de casa de los abuelos de Henrietta cuando ella llegó ahí a la edad de 4 años. Henrietta y David se casaron en 1941, después del nacimiento de dos hijos, sorprendiendo a muchos en la familia, ya que ambos se habían criado como hermanos.

Después de convencer a David para migrar hacia el norte en busca de trabajo, Henrietta se le unió en 1943. David encontró empleo en el astillero de Sparrows Point, Maryland, viviendo en una casa en Dundalk, Maryland. Esta comunidad era una de las más grandes y más jóvenes de las comunidades afroamericanas del Condado de Baltimore, Maryland.

El matrimonio Lacks tuvo cinco hijos: Lawrence (n. 1935), Elsie (n. 1939), David “Sony” Jr. (n. 1947), Deborah (n. 1949) y Joseph (n. 1950, quien después se nombraría Zakariyya Bari Abdul Rahman). Joseph, el último hijo de Henrietta, nació en el Hospital Johns Hopkins en noviembre de 1950, tan sólo cuatro meses antes que le diagnosticaran cáncer a Henrietta. Elsie, que era descrita por la familia como "diferente" y "sordomuda", murió en el Hospital Estatal de Crownsville en 1955. Muchos años después, la familia se enteraría de que allí Elsie sufrió abusos y pudieron haberle perforado hoyos en la cabeza para realizar experimentos. Elsie había sido internada alrededor de 1950, más o menos en las mismas fechas en que Henrietta descubría que tenía inflamaciones y sangrado inusual.

El 1º. de febrero de 1951 después de un viaje de curación por polio a la ciudad de Nueva York (de acuerdo a Michael Rogers del Detroit Free Press, Rolling Stone y Rebecca Skloot). Lacks habría consultado en el Hospital Johns Hopkins debido a un doloroso bulto en el cuello uterino y un derrame de sangre de la vagina. Ese día le fue diagnosticado cáncer cervical y la apariencia del tumor era diferente a cualquiera antes visto por el ginecólogo examinador, Dr. Howard Jones; este fundaría con su esposa Georgeanna el Jones Institute for Reproductive Medicine en la Escuela de Medicina de Virginia del Este en Norfolk, Virginia.

Antes de iniciar el tratamiento contra el tumor le fueron extraídas células del carcinoma con fines de investigación sin el conocimiento o consentimiento de Henrietta Lacks; esta situación era normal en ese tiempo. En su segunda visita ocho días más tarde, el Dr. George Otto Gey tomó otra muestra del tumor y guardó una parte. Es en esta muestra donde tienen su origen las células HeLa.

Lacks fue tratada con radioterapia durante varios días, un tratamiento común para estos tipos de cánceres en 1951. Lacks volvió para continuar el tratamiento de rayos X. Pero su condición empeoró y los médicos del Hospital Hopkins la trataron con antibióticos, pensando que su problema podría complicarse por una enfermedad venérea (tenía neurosífilis y presentaba gonorrea aguda).2 Con un fuerte dolor y sin mejoría, Lacks regresó al Hospital Hopkins demandando ser admitida el 8 de agosto, permaneciendo allí hasta su muerte. Aunque recibía tratamiento y transfusiones de sangre, murió el 4 de octubre de 1951 por insuficiencia renal, a la edad de 31 años.2 Una autopsia parcial posterior mostró que el cáncer había sufrido metástasis a otras partes del cuerpo. Henrietta Lacks fue sepultada sin lápida en un cementerio familiar en Lackstown. Su sitio exacto de la sepultura no se conoce, aunque su familia cree que se encuentra a poca distancia de la tumba de su madre.


Rebecca Skloot en su libro en 2010 The Immortal Life of Henrietta Lacks (La Vida Inmortal de Henrietta Lacks) documenta tanto la historia de la línea celular HeLa, como la de la familia Lacks. David Lacks, el marido de Henrietta, fue enterrado poco antes de su muerte en 2002. Las sospechas alimentadas por cuestiones raciales, frecuentes en el Sur, fueron arregladas por cuestiones de clase y educación. Por otra parte, los miembros de la familia Lacks nunca estuvieron enterados de la existencia de la línea de tejido, y cuando su existencia fue revelada, se mostraron sorprendidos de cómo las células de Henrietta pudieron haber sido tomadas sin su consentimiento y de cómo estas podían estar todavía vivas 60 años después de su muerte.


A inicios de los años 1970s se desencadena un escándalo entre investigadores celulares, como relata Michael Gold en su libro "a Conspiracy of Cells". Richard Nixon quiere ser recordado como el presidente que venció el cáncer. Por ello propone a los investigadores de la Unión Soviética la "lucha conjunta contra el cáncer" mediante el intercambio de material genético de células cancerosas.

El experto Walter Nelson-Rees comprueba que del material intercambiado se trata siempre de las células HeLa, que se pretende que son de tejidos de diferentes pacientes. Nelson-Rees prueba diferentes laboratorios en el mundo y reconoce que en todo el mundo las células HeLa han contaminado otras líneas celulares: las células HeLa son un éxito permanente, y se extienden por todos lados, "cubren todo".

Con ayuda de la línea de cultivo de células HeLa se ha producido la vacuna contra la poliomielitis, las primeras células híbridas entre ser humano y ratón. Además del desarrollo del medicamento Herceptin® contra el cáncer de mama. Con ayuda de las células HeLa se han desarrollado terapias génicas y medicamentos para tratar enfermedades como el enfermedad de Parkinson y la leucemia. Se calcula que desde el desarrollo de la línea de células HeLa se han producido aproximadamente 50 toneladas de material celular.

La historia de Henrietta Lacks muestra los cuestionamientos legales y éticos a los que se enfrenta la investigación en biomedicina.
Los científicos han producido 20 toneladas de células de HeLa. Hay más de 11.000 patentes que involucran las células HeLa.

miércoles, diciembre 19, 2012

PERSON OF THE YEAR 2012

PERSON OF THE YEAR 2012

Revista Time nombra a Obama "persona del año"


El editor de Time, Rick Stengel, explicó en una carta que acompaña el artículo que Obama es "beneficiario y autor de una especie de nuevo Estados Unidos, una nueva demografía y (cambio) cultural, del cual él ahora es símbolo".
La revista Time nombró hoy "persona del año" al presidente de EEUU, Barack Obama, por segunda vez desde 2008, al señalar que, como "arquitecto del nuevo Estados Unidos", su reelección el mes pasado simboliza la diversidad demográfica y el cambiante rostro del país.

La prestigiosa revista ya lo había seleccionado como "persona del año" en 2008, cuando el hasta entonces senador demócrata de Illinois se convirtió en el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos, reseñó Efe.
El editor de Time, Rick Stengel, explicó en una carta que acompaña el artículo que Obama es "beneficiario y autor de una especie de nuevo Estados Unidos, una nueva demografía y (cambio) cultural, del cual él ahora es símbolo".
"De muchas maneras, Barack Obama es la versión del siglo XXI de este nuevo estadounidense. Pero es más que simplemente una figura política; es una (figura) cultural también. Es el primer presidente en apoyar los matrimonios homosexuales y en ofrecer permisos de trabajo a muchos jóvenes indocumentados", observó Stengel en http://poy.time.com/2012/12/19/the-choice.

"Se ha hablado mucho de una coalición de grupos en ascenso -los jóvenes, las minorías, los hispanos, las mujeres con educación universitaria- y, al ganar la reelección, Obama mostró que estos grupos de mayor crecimiento no solo son el futuro sino que ya son el presente" de EEUU, continuó Stengel.

Cerca del 40% de la llamada "generación del milenio", la cohorte generacional más grande en la historia de Estados Unidos, incluso mayor que la de los "baby boomers", aquellos nacidos entre 1946 y 1964, no son blancos.
Si la victoria de Obama en 2008 fue "extraordinaria", la de 2012 es otra confirmación de que ese cambio demográfico en Estados Unidos "está acá para quedarse", resumió Stengel.
Antes incluso de comenzar su segundo mandato en enero de 2013, el mandatario afronta retos como el "abismo fiscal" a finales de año; una economía con altas tasas de desempleo en los próximos años, según la Reserva Federal, y más convulsión social en Oriente Medio.
Stengel señaló que Obama obtuvo el premio "por forjar una nueva mayoría, por convertir las debilidades en oportunidades y por buscar, en medio de gran adversidad, el crear una unión más perfecta".

Más adelante, en declaraciones a la cadena televisiva NBC, Stengel destacó que Obama ganó la reelección pese a que el país tiene una tasa de desempleo del 7,7%, "una tasa de desempleo más alta que la que ningún otro presidente ha tenido que afrontar en 70 años".

"Es el primer demócrata en ganar dos mandatos consecutivos con más del 50% del voto, y eso es algo que no hemos visto desde (el presidente) Franklin Delano Roosevelt", dijo Stengel, al referirse al presidente que lideró a EEUU durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.
El pasado 6 de noviembre, Obama venció en las urnas al republicano Mitt Romney al obtener el espaldarazo de las mujeres y de los votantes afroamericanos, latinos y asiáticos.
La derrota de Romney, además, ha sumido al Partido Republicano y a su base conservadora en un período de introspección y de análisis de su estrategia electoral para 2016.
La Casa Blanca aún no ha reaccionado al reconocimiento de la revista Time, que se otorga cada año desde 1927 pero no confiere ninguna medalla o compensación monetaria. Casi todos los presidentes lo han recibido desde entonces.

Este año, Obama, que además es Premio Nobel de la Paz 2009, figuró en la lista corta de posibles galardonados, junto con el presidente egipcio, Mohamed Morsi; el principal ejecutivo de Apple, Tim Cook: la física Fabiola Gianotti y la bloguera adolescente paquistaní Malala Yousafzai, agredida de bala por los talibanes por defender el derecho de las niñas a la educación en ese país.

lunes, diciembre 17, 2012

LOS VUELOS DE LA MUERTE

Quien caía secuestrado por la dictadura podía tener tres destinos: que lo liberaran después de unos días o unos años, que lo fusilaran o que muriera en plena tortura o como punto final de esta. Los cuerpos eran enterrados como NN, o entregados a sus familiares como guerrilleros muertos en combate o arrojados al Río de la Plata, al Atlántico o al delta del río Paraná. Cuando un detenido salía de la ESMA con rumbo al vuelo final, se decía que era traslado, pero sus compañeros de cautiverio no sabían qué le iba a suceder. “El traslado era un enigma, había un silencio sepulcral”

se sabe que la metodología de arrojar a personas detenidas ilegalmente vivas y anestesiadas al Río de la Plata, al Atlántico o al delta del río Paraná era la forma siniestra de hacer desaparecer los cuerpos de los desaparecidos...


Los "vuelos de la muerte" fueron una práctica de exterminio de personas detenidas desaparecidas durante las últimas dictaduras militares en Argentina y Uruguay en el marco del llamado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983). Mediante los "vuelos de la muerte" miles de personas fueron arrojadas al mar vivas , desde aviones militares.

En 1976 aparecieron en la costa del este del Uruguay varios cuerpos destruidos, según documentan testimonios de varios testigos en Cabo Polonio. Ya en 1977, durante el régimen militar aparecieron varios cuerpos en las costas de los balnearios atlánticos de Santa Teresita y Mar del Tuyú, unos 300 km al sur de la Ciudad de Buenos Aires. Los cadáveres fueron enterrados rápidamente como NN en el cementerio de General Lavalle, pero previamente los médicos policiales que intervinieron informaron que la causa de muerte fue el “choque contra objetos duros desde gran altura”.
Numerosos cuerpos recuperados en las costas argentinas y uruguayas pudieron ser identificados como provenientes de diferentes Centros Clandestinos de Detención. Los primeros, arrojados al mar en mayo de 1976 estuvieron secuestrados en Campo de Mayo. Otro grupo, arrojado al mar en diciembre de 1977 provenía de la ESMA. Un tercer grupo arrojado en febrero de 1978 habría estado en El Campito. Los últimos cuerpos recuperados, arrojados a finales de 1978, pasaron sus últimos días de vida en El Olimpo.


FOTOS DE LOS VUELOS DE LA MUERTE

El informe es un texto mecanografiado, fechado el 22 de abril de 1976. Alguien, que podría haber sido un perito, describe las referencias del hallazgo de un cuerpo de sexo femenino, cutis blanco, cabello negro, estatura 1,60 metro; complexión mediana; de unos treinta años y con un tiempo de muerte aproximado de entre 20 y 25 días. El cuerpo apareció, según la misma referencia, en la Laguna de Rocha, de Uruguay, comunicada con el mar. Físicamente “presentaba indicios externos de violencia: signos de violación, probablemente con objetos punzantes; fracturas múltiples y el codo izquierdo destrozado; múltiples fracturas en ambas piernas con indicios de haber sido atadas; enorme cantidad de hematomas diseminados por todo el cuerpo; destrozo total del cráneo y del macizo oseofacial”. No encontró el perito “ningún posible elemento identificatorio”: “El cuerpo fue extraído desnudo de las aguas y las huellas dactilares obtenidas no arrojaron respuestas positivas”.

El informe conservado hasta ahora entre los archivos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ve la luz por primera vez en 32 años. Es parte de un legajo con más de 130 imágenes y partes de la Prefectura y el servicio de inteligencia uruguayos sobre el hallazgo de cuerpos arrastrados por las corrientes marinas hasta las costas de ese territorio, durante los años de la dictadura argentina. Los informes más viejos datan de 1975. Los indicios permiten inferir que serían desaparecidos argentinos. Entre los papeles, un mapa muestra los ciclos de las corrientes y ubica las costas de Buenos Aires como punto de partida. Los documentos son para la Justicia una de las pruebas más claras de la existencia de los vuelos de la muerte: las imágenes muestran los cuerpos atados con ligaduras en las manos y las piernas, sogas armadas con tiras de persianas y marcas de torturas. Los documentos llegaron al país en manos del secretario ejecutivo de la CIDH, el argentino Santiago Cantón, que hoy los entregará en nombre de la Comisión al juez Sergio Torres, encargado de la megacausa ESMA.

Como informó Página/12, para la CIDH la entrega de los documentos representa un cambio de paradigma en su funcionamiento porque es la primera vez que abre sus archivos confidenciales para un proceso de justicia. El valor de los documentos todavía es materia de análisis, pero el juzgado los considera clave no sólo por los vuelos sino porque podrían habilitar una solicitud para que el Estado uruguayo desclasifique todos los documentos relacionados con el hallazgo de cuerpos en la misma época.

La carpeta de documentos tiene solapas de cartulina, todavía contiene los archivos originales, organizados aparentemente por personas, con más de una imagen en cada caso. Las imágenes son impactantes porque, además del estado de los cuerpos, intentan mostrar algunas de las características de los procesos a los que fueron sometidos. En una se ven marcas que parecen ser rastros de la picana en las piernas de una mujer, cuyos dedos están pintados con esmalte de uñas. En otras, hay cables, sogas y trozos de sogas de persianas sujetando las manos de las víctimas, que para el juzgado podrían ser pruebas del modo en que eran “trasladados” los desaparecidos durante los vuelos de la muerte. “Las imágenes están diciendo que esas personas eran tiradas con ligaduras, muestran cómo los sacaban, tienen el valor de tener además datos de los antecedentes o los pasos previos porque muestran que esos cuerpos están marcados con picana, que fueron entonces arrojados al mar en determinadas condiciones”, dicen en el juzgado.
La primera prueba categórica sobre la existencia de los vuelos apareció en 2005 con la identificación de tres cuerpos de Madres de Plaza de Mayo, entre ellos el de Azucena Villaflor, enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle. Según el informe del fiscal Eduardo Taiano y el trabajo del Equipo de Antropología Forense (EAAF), los cuerpos presentaban “múltiples traumatismos originados por el choque contra una superficie dura y las fracturas típicas que presentan los huesos largos (eran) compatibles con las producidas por haberse arrojado el cuerpo al mar en los vuelos de la muerte, previa inyección del sedante Pentotal”.

La carpeta
El origen de la carpeta 37 con los archivos de la CIDH todavía es un misterio. Incluso para Cantón. En una de las solapas, de todos modos, se lee “Argentina observation in loco”. Es decir, el archivo corresponde a los documentos que la CIDH habría tomado durante su visita a la Argentina entre el 6 y el 20 de septiembre de 1979. Uno de los problemas para precisar su procedencia es que le falta información de contexto, como la que poseen otros documentos acumulados en esa visita. “Esto estaba en una carpeta guardada hace treinta años –dice Cantón–. Si uno va a ver el archivo tiene que suponer que se entregó durante la visita de la comisión, pero, si fue así o no, no se puede saber. Se pudo haber archivado mal o pudo haber sido información relevante para la visita y se entregó después, pero todo eso lo desconocemos. Son 130 fotos en total. Y es de suponer que están tomadas por un perito. No son fotos de un turista. Lo hizo la Prefectura uruguaya y la policía, se nota con el correr de las hojas que al comienzo lo hicieron con mucha más inocencia y después, cuando se dan cuenta, parecen haber cambiado de fórmula.”

Con el paso del tiempo, hoy puede entenderse que esa documentación que ahora se judicializa por primera vez no contiene las únicas imágenes o los únicos informes que se conocieron de los aparecidos argentinos en la costa uruguaya. El mismo Cantón quiso dejar a salvo ese punto. Porque ni para la CIDH ni para el juzgado importa mucho hoy cuánta difusión hayan tenido estas imágenes en otros espacios, sino que estaban archivadas donde estaban archivadas y que por primera vez una causa que investiga los vuelos de la muerte las incorpora como prueba.

Las fotos, al parecer, tuvieron su propia historia fuera de esos archivos. Es posible pensar que copias de ese juego u otras distintas hayan sido las imágenes que capturó un ex marino uruguayo, Daniel Rey Piuma, que desertó de la fuerza, pidió refugio en Brasil y difundió las imágenes a través de una organización civil a comienzos de los ’80 y luego con un libro, Un marino acusa. Publicado en 1988, el libro no muestra las fotos de los cuerpos por su truculencia, pero reseña informes que coinciden con las que estaban en la CIDH.

Otra pista de la circulación de esas fotos la tiene el Equipo Argentino de Antropología Forense. Los antropólogos que trabajan en la identificación de cuerpos hallados en cementerios de Uruguay cuentan con informes que reflejan los datos existentes en la Justicia uruguaya. Entre esos informes, tienen datos del hallazgo de tres cuerpos el 22 de abril de 1976, como también los hay en el legajo de la CIDH. Y hace años trabajaron en la identificación de otro cuerpo que parece coincidir con otro registrado en el legajo de la CIDH, porque menciona la marca de un tatuaje: “FA”. Para el EAAF, aquel cuerpo podría ser el de Floreal Avellaneda, porque ellos mismos hicieron la identificación antes del juicio realizado en San Martín y, entre otros datos, trabajaron con un tatuaje marcado con esas misma letras.

“Yo no sé si estas fotos han sido o no han sido publicadas alguna vez, pero, sin perjuicio de eso, el valor que tienen hoy por hoy es el valor judicial –dice Cantón–. Porque el juez no las tiene y todas estas cosas le permiten, creo yo probar la existencia de un plan sistemático: indican que los ataban y los tiraban y eso hasta ahora no está probado judicialmente. Todo el mundo sabe que existían los vuelos de la muerte, pero no existe una prueba judicial.”

Los datos
El legajo tiene tres grandes grupos de documentos: informes mecanografiados de tipo pericial, fotos y mapas. Los informes relevan características físicas de las personas al momento de ser encontradas y entre los datos arriesgan una hipótesis sobre el presunto momento de la muerte. La indicación de que la persona podría haber muerto 25 o 30 días antes, por ejemplo, puede ser un indicador para pensar el momento de los “traslados”. También hay descripciones de marcas de pantalones, en ocasiones ropa que sólo se fabricaba en Argentina.
Otro de los informes a los que accedió Página/12, del 22 de abril de 1976, describe a una persona de la que no pudieron establecer el tipo de cutis con exactitud: “posiblemente fuera de raza blanca o amarilla”. De sexo masculino, de entre 30 y 40 años, con cabello “imposible de determinar”, una complexión mediana y un tiempo de muerte estimado entre 25 y 30 días. Los datos son un indicador, por ejemplo, de una de las razones por las que en algún momento los uruguayos creyeron en la hipótesis de que los cuerpos que aparecían en las costas pertenecían a las víctimas del naufragio de un barco asiático. Si bien es posible que los peritos hubiesen puesto “raza blanca o amarilla” porque los rasgos de las personas aparecían alterados por la hinchazón, algún dato de los legajos parece señalar que la versión fue difundida por los militares o la policía uruguaya en el marco de una campaña de desinformación, especulan en la CIDH. Una hipótesis que a los antropólogos del EAAF no les cierra, porque consideran posible la confusión.
Además de las imágenes, hay mapas. Uno señala con referencias las zonas con cuerpos encontrados (Montevideo y Colonia) y las zonas en las que se encontraron restos humanos (entre Carmelo y Colonia, Colonia y Montevideo, y La Paloma y Castillos). Otro mapa es de corrientes marítimas y señala a Buenos Aires como la zona donde fueron arrojados los cuerpos.



En el nuevo juicio sobre la última dictadura de Argentina (1976-1983) que comenzó este miércoles 28 de noviembre del 2012 hay 68 acusados por 789 delitos, entre secuestros, torturas, trabajo esclavo, desapariciones y homicidios, incluidos los llamados vuelos de la muerte, en los que los detenidos eran arrojados al Río de la Plata o al mar desnudos, atados de pies y manos, encapuchados y drogados con pentotal. Casi 900 testigos darán su testimonio a lo largo de dos años. Se trata del tercer juicio sobre los crímenes cometidos en la Escuela Superior Mecánica de la Armada (ESMA), que era uno de los dos principales centros clandestinos de detención del régimen, y por sus dimensiones es el mayor proceso judicial sobre el terrorismo de Estado en Argentina. Desde que en 2006 se reanudaron los juicios contra la dictadura en este país, ya ha habido 64 sentencias en las que se condenó a 244 personas, la mayoría militares y policías, según la estadística que el Centro de Estudios Legales y Sociales llevaba hasta marzo pasado.

En el primer juicio sobre la ESMA se juzgaba solo a un exintegrante de la Prefectura Naval (policía de ríos y mares), que se suicidó en 2007. Entre 2010 y 2011 se hizo el segundo proceso, en el que fueron condenados 17 represores. De ellos, 16 serán juzgados otra vez en el tercer juicio de la ESMA por otros delitos que en su momento no se analizaron. Entre estos sentenciados figuran Alfredo Astiz, conocido como El Ángel Rubio; Jorge Acosta, alias El Tigre; y Ricardo Cavallo, también llamado Sérpico, que estuvo preso en España entre 2001, cuando aún regían las leyes del perdón en Argentina, y 2008 por orden del entonces juez Baltasar Garzón. Se juzgará, por ejemplo, la desaparición de Norma Arrostito, una de los fundadores de la guerrilla peronista Montoneros, que se formó en 1970, cuando regía otra dictadura, la de 1966-1973. También se indagará sobre los detenidos que eran obligados a trabajar para el régimen en oficinas como el gabinete de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores.

En el banquillo también se sentarán cinco presuntos pilotos de los vuelos de la muerte, que fueron el destino final de muchos de los 5.000 detenidos en la ESMA. Estos vuelos fueron denunciados en su momento por sobrevivientes de este campo de concentración, hoy devenido Museo de la Memoria, y por el excapitán de navío Adolfo Scilingo, que se confesó autor de ellos, viajó a Madrid para denunciarlos ante Garzón en 1997 y allí fue condenado en 2005 y 2007 a 1.084 años de prisión. Entre los acusados por los vuelos de la muerte en el nuevo juicio figura Julio Poch, que en una noche de borrachera reivindicó ante otros compañeros de trabajo de la aerolínea holandesa Transavia su participación en esos operativos. También están dos exprefectos después reconvertidos en pilotos de Aerolíneas Argentinas, Enrique de Saint Georges y Mario Arru, y otro, Emir Hess, que confesó a un exempleado suyo de un hotel de la Patagonia que las víctimas “caían como hormiguitas”. En esos vuelos murieron al impactar en el agua o ahogados, entre otros, los secuestrados en la iglesia porteña de Santa Cruz, como las tres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo y dos monjas francesas, quienes acompañaban a los familiares de desaparecidos en la búsqueda de sus parientes.
De los 68 acusados, la inmensa mayoría son exmilitares y expolicías, pero hay dos civiles. Uno es Juan Alemann, abogado y empresario que ocupó el cargo de secretario de Hacienda de la dictadura entre 1976 y 1981. Secundaba al entonces ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, en cuya gestión se inició la apertura comercial del país sudamericano, se congelaron los salarios, aumentó la deuda externa en forma exponencial y se alimentó una burbuja financiera. Alemann, que permanece libre, está imputado porque presuntamente presenció torturas a un guerrillero que había atentado contra él. El otro juzgado es un abogado, Gonzalo Torres de Tolosa, que supuestamente participaba como voluntario en los vuelos de la muerte.
El libro El lugar perfecto, Dictadura: vuelos de la muerte y desaparecidos en el delta entrerriano (1976-1980). Investigación del periodista Fabián Magnotta, expone por primera vez testimonios directos de pobladores que vieron los vuelos y los aviones y helicópteros arrojando “bultos” que luego comprobaban en el río o en sus muelles que eran personas asesinadas.

DANAKIL

DANAKIL
La National Geographic lo nombró como el «lugar más cruel de la Tierra» ("Cruelest Place on Earth").

El desierto de Danakil es un desierto de África conocido por su calor extremo e inhospitalidad que está situado en el Cuerno de África, en la depresión de Afar, muy cerca del mar Rojo. Administrativamente, ocupa parte del noreste de Etiopía, del sur de Eritrea y gran parte de Yibuti. Es la patria del pueblo afar, que son conocidos por su capacidad para soportar un calor intenso (la temperatura media es de 34°C en el Dallol) como han acreditado viviendo en la zona desde hace cientos de años.

La principal industria del desierto de Danakil es la extracción de sal que todavía se corta a mano en losetas y se carga en camellos para su transporte, siendo habitual aún ver caravanas de camellos haciendo el lento viaje por el desierto. Presenta una variada flora y fauna, que incluye los asnos salvajes somalíes, una especie en extinción.

Existen en la región muchos volcanes, incluyendo el Erta Ale (613 m) y el volcán Dabbahu (1.442 m). El punto más profundo del desierto está en la depresión de Danakil, que llega a los 100 metros por debajo del nivel del mar .

El desierto está encima de una grieta en la corteza terrestre, en una región conocida como el infierno en la tierra, una gigantesca llanura salpicada de formaciones de sal, sulferetos y azufre cuya actividad volcánica es una de las más activas en todo el mundo. Esto, unido a las altas temperaturas que pueden alcanzar los 60 °C, que hace pensar que este lugar no es apto para ser habitado.

Sin embargo, aproximadamente 130.000 personas establecieron sus hogares en esta tierra, todas de la tribu nómada afar, que practican el comercio de la sal como forma de vida. Se trata de una tribu en la que las mujeres son tratadas como objetos y que trabajan día y noche para mantener a los hombres. Viajan de 15 a 20 km todos los días para recoger leña y acarrear agua, que hierve a 90 °C. Preparan la comida y son las últimas en comer, comiendo lo que queda. No hay acceso a médicos o medicinas y cuando enferman, simplemente, mueren. Se alimentan de la leche de cabras o camellos y también de su carne. Caminan descalzos y trabajan sobre el suelo más caliente del planeta, un terreno peor que las arenas movedizas que cuando se hunde un pie en el ácido sulfúrico se destruye la piel y de inmediato toda la carne. Los vientos son cálidos y cargados de arena, que causan la sensación de que el cuerpo se está quemando. En esta tierra viven pequeños escorpiones que sólo se ven en la noche con una luz especial.

En el volcán Dallol, el paisaje es impresionante, con fuentes ardientes con una gama de colores brillantes, que van del naranja al verde, pasando por el blanco y el amarillo brillante, debido al azufre y a otros minerales. Estas formaciones de minerales que salen de las entrañas de la tierra crean un panorama que parece de otro planeta. Este es el lugar que tiene el récord de temperatura media más alta en un lugar habitado en la Tierra. Algunos científicos y geólogos creen que debido al calentamiento global, el mundo puede acabar siendo muy similar al infierno de Etiopía y por lo tanto estudian ese entorno y cómo viven allí animales y humanos.











Los AFAR son una etnia africana, mayoritaria en la región de Afar, desde hace más de mil años. Ocupan la franja de desierto que se extiende tanto en la zona oriental de Etiopía como en Eritrea y Yibuti. Pastores nómadas, comenzaron a convertirse al islam tras el primer contacto con comerciantes árabes en el siglo X. Se los distingue a simple vista por su cabello en tirabuzones y sus grandes cuchillos curvos. Su prenda principal es el sanafil, una suerte de falda que tradicionalmente variaba de color según el sexo. En Etiopía suman un millón y medio de personas. Hacen sus chozas, llamadas ari, con ramas y telas, que mueven regularmente en busca de fuentes de agua para sus animales, en especial durante la temporada seca. El conjunto de chozas, núcleo de cada comunidad, recibe el nombre de burra.




Remote outpost in Danakil desert, Ethiopia. The only reason to be here is salt. Open sky, blazing sun, lakes of salt water directed into smaller ponds for evaporation. Shanty town of tin shacks where prostitutes entertain truck drivers and workers of the salt flatland sleep, every day walking the single road to their place of toil, Muslims, Christians, Afars, Tigrinya, working in gangs in heat and moist, salty air, and then heading back to the shacks for beer, qat and fucking.