LOS HUERFANOS DEL CONDOR
Francia, Uruguay / 2003 / 56 min / Documental
Un trabajo con la capacidad de descubrir, exponer y documentar entramados del Plan Cóndor, del cual participaron autoridades civiles y militares.
El film es un revelador documento pero también una crónica humana del presente de jóvenes que fueron secuestrados y desaparecidos junto a sus padres.
Caso Anatole y Victoria Julien Grisonas
En el marco del "Plan Cóndor", la siniestra alianza de las dictaduras del Conosur que en la década del setenta intercambiaba inteligencia, reprimía, torturaba y coordinaba el exterminio clandestino de los denominados "elementos subversivos" -combatientes, activistas o meros opositores políticos-, este documental trata acerca de un caso tan real como conmovedor y emblemático.
Mario Roger Julien, miembro del Partido por la Victoria del Pueblo que integra la coalición política "Frente Amplio" a cargo del gobierno en Uruguay desde 2006, y opositor político de la dictadura uruguaya que rigió en el período 1973-1985, en 1974 debió exiliarse en Argentina junto con su esposa, Victoria Grisonas, y sus dos pequeños hijos.
En marzo de 1976 se instaló en Argentina una muy sangrienta dictadura militar. El 26.9.76 se abatió sobre el hogar de la familia Julien-Grisonas un violentísimo operativo policial-militar en el que el padre fue abatido mientras que a la madre le arrebataron a los niños, la arrastraron de los pelos y la torturaron salvajemente delante de sus hijos, Anatole y Victoria.
En tanto que Grisonas pasó a revistar como "desaparecida" los niños fueron conducidos al centro clandestino "Automotores Orletti" ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, donde se torturaba, asesinaba y hacía "desaparecer".
A los pocos días y acompañados por efectivos uruguayos que operaban en Orletti, los menores fueron clandestinamente trasladados al Uruguay e internados en una conocida guarnición militar de la ciudad de Montevideo que operaba como centro de detención.
Poco después se los volvió a trasladar, por vía aérea y siempre en forma clandestina, al Chile gobernado por el dictador Augusto Pinochet. En vísperas de la Navidad de ese año 1976 fueron conducidos a la plaza O'Higgins de Valparaíso y abandonados en la zona de juegos, cuando Anatole tenía 4 años y Victoria 16 meses. Allí fueron encontrados, solos e indocumentados, por carabineros que, como nadie los reclamó, los llevaron a un orfelinato en Playa Ancha.
Después de casi dos años, un matrimonio valparisino que no podía tener hijos se interesó por ellos y una jueza dispuso entregárselos en tenencia provisoria.
En tales circunstancias apareció en escena la abuela biológica uruguaya, conocida por su coraje y tenaz lucha como Mamá Julien, que hacía tres años que buscaba a sus nietos -y también a su hijo y a su nuera- por cielo, mar y tierra.
Valorando la calidad humana del matrimonio chileno que aspiraba a adoptar a los niños, convencida que era la mejor solución para sus nietos y, también, íntimamente persuadida que su hijo y su nuera ya no aparecerían, Mamá Julien consintió que la adopción se consumase....
http://youtu.be/v9SL6sVYmaA
María Victoria Moyano Artigas
nació en el centro de detención clandestino conocido como el Pozo de Banfield y fue apropiada por una familia pudiente que habitaba en el barrio porteño de Belgrano.
Su maestra de 1º grado, Olga Asunción Fagúndez, tenía sospechas sobre su verdadera identidad y por eso hizo la denuncia correspondiente en las Abuelas de Plaza Mayo. Con tan sólo nueve años, “Viky” regresó con sus abuelos biológicos.
Su padres: María Asunción Artigas y Alfredo Moyano fueron secuestrados por fuerzas de seguridad el 30 de diciembre de 1977 y luego asesinados en el Pozo de Banfield.
María Asunción tenía 26 años, Alfredo 21.
María había nacido el 26 de marzo de 1951 en Montevideo, Uruguay.
Alfredo era de nacionalidad argentina. Estaban casados y María Asunción estaba embarazada. Alfredo era obrero de construcción y María Asunción era estudiante de medicina. María Asunción había asistido al Colegio Divina Providencia, a los liceos Bauzá y Miranda y a la Facultad de Medicina en la Universidad de la República. Los dos tenían actividades gremiales y políticas, María Asunción estaba vinculada al MLN.
La pareja vivía en la calle 595 de Berazategui, en la provincia de Buenos Aires. El 30 de diciembre de 1977 a las 3 de la mañana, personas fuertemente armadas irrumpieron sorpresivamente en el domicilio del matrimonio Moyano Artigas deteniendo a ambos e introduciéndolos encapuchados y esposados en unos autos Ford Falcon que aguardaban en el lugar. Finalizado el operativo permanecieron en el lugar dos vehículos y horas más tarde un camión regresó al lugar y procedieron a apoderarse de los bienes, advirtiendo a los vecinos presentes en el lugar de que guardaran silencio sobre los hechos. En el mes de mayo de 1978 la casa fue visitada nuevamente por personal del ejercito uniformado. En el operativo estuvieron envueltos el ejército argentino y uruguayo y la policía federal. Un tiempo antes de la detención y el secuestro de la pareja, el domicilio de la madre había sido allanado por fuerzas policiales y de civil. En la oportunidad uno de los agentes le preguntó por su hijo de nombre Fredy, empleando el término "botija", indicador de que se trataba de un uruguayo por el modismo empleado para referirse a "pibe" o "muchacho". La pareja fue vista en el pozo de Quilmes y en el pozo de Banfield. María Victoria Moyano Artigas nació en el pozo de Banfield el 25 de agosto de 1978. El médico Jorge Vidal falsificó su certificado de nacimiento y la beba fue dada al policía Víctor Penna y a su mujer María Elena Mauriño. En 1987 fue recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo. Desde entonces vivió en Uruguay con sus abuelos maternos.
http://robomenores.blogspot.com/
sábado, julio 12, 2014
viernes, julio 11, 2014
DAYANI CRISTAL
¿Quien es Dayani Cristal?
Who is Dayani Cristal?
http://whoisdayanicristal.com/home
http://youtu.be/p2R59nvrIHo
The Arizona Border police discovers the decomposing body of a man in the desert. When they move their clothes, they find a tattoo that reads: Dayani Cristal. Who is this person, who brought him here, how did he die and who-or what-is Dayani Cristal?
In Arizona, director Marc Silver seeks to answer these questions and give identity to the anonymous man, while in Central America, Gael García Bernal keeps track of this man along the migration route to the border, seeking to understand what it must have been this final journey. Thus he experiences, the dangers they face as well as the motivations, hopes and fears migrants have, while giving voice to the human stories often ignored in immigration debates.
Who is Dayani Cristal?
http://whoisdayanicristal.com/home
3 de Agosto de 2010,
Condado de Pima (Arizona).
En mitad del desierto calcinado de Sonora, al pie de una cicada, la Migra encuentra el cadaver semidescompuesto de un hombre. Bajo su andrajosa camiseta, descubren un tatuaje que dice
"Dayani Cristal".
¿Quién es?
¿Como llegó hasta allí?
¿Cómo murió?
¿Y qué —o quién— es Dayani Cristal?
Condado de Pima (Arizona).
En mitad del desierto calcinado de Sonora, al pie de una cicada, la Migra encuentra el cadaver semidescompuesto de un hombre. Bajo su andrajosa camiseta, descubren un tatuaje que dice
"Dayani Cristal".
¿Quién es?
¿Como llegó hasta allí?
¿Cómo murió?
¿Y qué —o quién— es Dayani Cristal?
La policía fronteriza de Arizona descubre el cuerpo en descomposición de un hombre en medio del desierto. Al mover su ropa, descubren un tatuaje que dice: Dayani Cristal. ¿Quién es esta persona, quién lo trajo aquí, cómo murió y quién —o qué— es Dayani Cristal?
En Arizona, el director Marc Silver busca responder estas preguntas y darle identidad al hombre anónimo, mientras que en Centroamérica Gael García Bernal sigue la pista de este hombre a lo largo de la ruta migrante hasta la frontera, buscando entender lo que debió haber sido este viaje final. Así experimenta, de primera mano, los peligros que se enfrentan y aprende sobre las motivaciones, esperanzas y miedos de los migrantes dando voz a las historias humanas que suelen ignorarse en el debate migratorio.
http://youtu.be/p2R59nvrIHo
The Arizona Border police discovers the decomposing body of a man in the desert. When they move their clothes, they find a tattoo that reads: Dayani Cristal. Who is this person, who brought him here, how did he die and who-or what-is Dayani Cristal?
In Arizona, director Marc Silver seeks to answer these questions and give identity to the anonymous man, while in Central America, Gael García Bernal keeps track of this man along the migration route to the border, seeking to understand what it must have been this final journey. Thus he experiences, the dangers they face as well as the motivations, hopes and fears migrants have, while giving voice to the human stories often ignored in immigration debates.
FACT SHEET
Director: | Marc Silver |
Writer: | Mark Monroe |
Production: | Lucas Ochoa, Thomas Benski, Gael García Bernal |
Photography: | Marc Silver, Pau Esteve Birba |
Cast: | Gael García Bernal |
jueves, julio 10, 2014
Enrique Angelelli
Enrique Angelelli
el asesinato de un obispo en la dictadura
"Con un oído puesto en el Evangelio y otro en el pueblo ...”
era el lema de Enrique Angelelli, uno de los pocos obispos que se opuso de la última dictadura militar de Argentina (1976-1983).
Aquella actitud, contrapuesta a la mayoría de los prelados de su país, le costó la vida. Murió en un asesinato que fue disfrazado como un accidente de coche en 1976, según determinó este viernes 4 de julio un tribunal de la ciudad de La Rioja (a 987 kilómetros al noroeste de Buenos Aires).
Por el caso llegó a estar procesado el exdictador Jorge Videla (1976-1981), que falleció el año pasado antes de recibir sentencia. Por el fallo, después de ocho meses de juicio, fueron condenados a prisión perpetua en una cárcel común el exgeneral Luciano Menéndez, de 87 años, que dirigió la represión en el norte de Argentina, y el exvicecomodoro Luis Fernando Estrella, de 81, que estaba a cargo de una base aérea en el pueblo de Chamical, también en la provincia de La Rioja. Ambos ya se encontraban detenidos por otros crímenes.
El obispo riojano iba en coche desde Chamical a la capital provincial después del funeral por el crimen de dos sacerdotes y un catequista, también a manos del régimen, cuando dos coches lo hicieron volcar. Lo acompañaba un sacerdote que después dejó los hábitos, Arturo Pinto. En su momento, la dictadura, la prensa y la jerarquía católica coincidieron en que se había tratado de un accidente. Después del regreso de la democracia, en 1984 Pinto pudo contar que en realidad había sufrido una encerrona. Pero el caso no prosperó entonces en la justicia por las leyes de amnistía de 1986 y 1987 y los indultos de 1989 y 1990. Solo se reflotó después de que la Corte Suprema de Argentina declarar la inconstitucionalidad de aquellas medidas en 2005. Ese mismo año, el entonces arzobispo de Buenos Aires y actual papa Francisco, Jorge Bergoglio, encabezó una misa de reivindicación de Angelelli en la que lo llamó “mártir”. Era la primera vez que la jerarquía de la Iglesia lo calificaba así, aunque algunos pocos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos llevaban décadas teniéndolo como referencia del compromiso con “quienes padecen hambre, miseria o injusticia en su vida", según decía el prelado asesinado a sus 53 años.
El otro de los condenados, Estrella, también dio la nota en su alegato al cometer un lapsus: “Todos los testigos convocados por la fiscalía dijeron que la escena del crimen no cambió… perdón, la escena del accidente”. El comentario despertó primero sonrisas y murmullos y después un aplauso del público presente en la sala judicial. Estrella fue condenado por organizar el crimen y Menéndez, por dar la orden. Además de Videla, otros dos acusados fallecieron antes del juicio.
Angelelli era un hijo de inmigrantes italianos que nació en Córdoba en 1923. A los 15 años ingresó al seminario, a los 22 continuó en Roma sus estudios y se ordenó sacerdote a los 26. Después regresó a Córdoba y comenzó a visitar barrios chabolistas y a asesorar a jóvenes obreros y universitarios. En 1960 fue consagrado obispo auxiliar de Córdoba. Como todos los prelados del mundo de aquel tiempo, participó del Concilio Vaticano II. "Todo intento de auténtica renovación lleva como precio el sufrimiento, la incomprensión y a veces hasta la calumnia", decía Angelelli.
Su prédica no caía bien en los sectores conservadores de la Iglesia cordobesa y el papa Pablo VI lo destinó en 1968 al frente de la diócesis de la vecina La Rioja, una provincia pobre y menos poblada. Cuando llegó allí, dijo que quería convertirse en el "amigo de todos, de los católicos y de los no católicos, de los que creen y de los que no creen". Muchos lo quisieron: durante el régimen militar que imperó de 1966 a 1973, alentó la organización sindical de los trabajadores rurales, los mineros y las asistentas y la creación de cooperativas para producir tejidos, ladrillos, pan y agricultura.
Muchos lo odiaron: militares, terratenientes y otros católicos lo rechazaron por "infiltrado comunista", lo apodaron “Satanelli”. Incluso, en 1972, lo apedreó una turba liderada por un hermano latifundista de Carlos Menem, quien en 1989 llegaría a la presidencia de Argentina e indultaría a los cabecillas de la última dictadura de este país y a los jefes guerrilleros de aquella década de los 70.
En la dictadura, advirtió al nuncio apostólico que las cárceles estaban “repletas de detenidos por el solo delito de ser miembros fieles y conscientes de la Iglesia” y también que él estaba amenazado de muerte. La amenaza se cumplió. Ahora se cumplirá la condena
el asesinato de un obispo en la dictadura
"Con un oído puesto en el Evangelio y otro en el pueblo ...”
era el lema de Enrique Angelelli, uno de los pocos obispos que se opuso de la última dictadura militar de Argentina (1976-1983).
Aquella actitud, contrapuesta a la mayoría de los prelados de su país, le costó la vida. Murió en un asesinato que fue disfrazado como un accidente de coche en 1976, según determinó este viernes 4 de julio un tribunal de la ciudad de La Rioja (a 987 kilómetros al noroeste de Buenos Aires).
Por el caso llegó a estar procesado el exdictador Jorge Videla (1976-1981), que falleció el año pasado antes de recibir sentencia. Por el fallo, después de ocho meses de juicio, fueron condenados a prisión perpetua en una cárcel común el exgeneral Luciano Menéndez, de 87 años, que dirigió la represión en el norte de Argentina, y el exvicecomodoro Luis Fernando Estrella, de 81, que estaba a cargo de una base aérea en el pueblo de Chamical, también en la provincia de La Rioja. Ambos ya se encontraban detenidos por otros crímenes.
El obispo riojano iba en coche desde Chamical a la capital provincial después del funeral por el crimen de dos sacerdotes y un catequista, también a manos del régimen, cuando dos coches lo hicieron volcar. Lo acompañaba un sacerdote que después dejó los hábitos, Arturo Pinto. En su momento, la dictadura, la prensa y la jerarquía católica coincidieron en que se había tratado de un accidente. Después del regreso de la democracia, en 1984 Pinto pudo contar que en realidad había sufrido una encerrona. Pero el caso no prosperó entonces en la justicia por las leyes de amnistía de 1986 y 1987 y los indultos de 1989 y 1990. Solo se reflotó después de que la Corte Suprema de Argentina declarar la inconstitucionalidad de aquellas medidas en 2005. Ese mismo año, el entonces arzobispo de Buenos Aires y actual papa Francisco, Jorge Bergoglio, encabezó una misa de reivindicación de Angelelli en la que lo llamó “mártir”. Era la primera vez que la jerarquía de la Iglesia lo calificaba así, aunque algunos pocos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos llevaban décadas teniéndolo como referencia del compromiso con “quienes padecen hambre, miseria o injusticia en su vida", según decía el prelado asesinado a sus 53 años.
Ha sido llamativo que la propia Iglesia se presentara ahora como querellante en el juicio por el homicidio. Además, el Papa desclasificó del archivo del Vaticano una carta y un informe que Angelelli había enviado allí y los aportó en junio pasado al proceso judicial. En la esquela, el obispo contaba que se había reunido con Menéndez para advertirle de la persecución que sufrían. El exgeneral siempre había negado conocer al obispo e incluso insistió con esa versión en el alegato final que dio este viernes ante los magistrados del tribunal de La Rioja que después lo condenó. “Mi sueño es poder recibir de mi obispo diocesano la investidura de cruzado de la fe y poder empuñar en una mano una espada y en la otra la cruz de Cristo para eliminar los enemigos de Dios y de la Patria”, le dijo Menéndez a Angelelli, según cuenta el obispo en su carta al entonces nuncio apostólico (embajador del Vaticano) en Buenos Aires, el italiano Pio Laghi. Fallecido en 2009, Laghi siempre había negado que hubiese recibido mensajes de Angelelli. Pero el obispo desconfiaba de él y también envió copias de su carta y su informe a la Santa Sede. Ahora el que las ha develado es Bergoglio, el mismo sobre quien se tejen historias contradictorias sobre su papel como jefe de los jesuitas argentinos durante el régimen.
“Estamos permanentemente obstaculizados para cumplir con la misión de la Iglesia. Personalmente, los sacerdotes y las religiosas somos humillados, requisados y allanados por la policía con orden del Ejército”, relataba Angelelli en la carta.
Angelelli era un hijo de inmigrantes italianos que nació en Córdoba en 1923. A los 15 años ingresó al seminario, a los 22 continuó en Roma sus estudios y se ordenó sacerdote a los 26. Después regresó a Córdoba y comenzó a visitar barrios chabolistas y a asesorar a jóvenes obreros y universitarios. En 1960 fue consagrado obispo auxiliar de Córdoba. Como todos los prelados del mundo de aquel tiempo, participó del Concilio Vaticano II. "Todo intento de auténtica renovación lleva como precio el sufrimiento, la incomprensión y a veces hasta la calumnia", decía Angelelli.
Su prédica no caía bien en los sectores conservadores de la Iglesia cordobesa y el papa Pablo VI lo destinó en 1968 al frente de la diócesis de la vecina La Rioja, una provincia pobre y menos poblada. Cuando llegó allí, dijo que quería convertirse en el "amigo de todos, de los católicos y de los no católicos, de los que creen y de los que no creen". Muchos lo quisieron: durante el régimen militar que imperó de 1966 a 1973, alentó la organización sindical de los trabajadores rurales, los mineros y las asistentas y la creación de cooperativas para producir tejidos, ladrillos, pan y agricultura.
Muchos lo odiaron: militares, terratenientes y otros católicos lo rechazaron por "infiltrado comunista", lo apodaron “Satanelli”. Incluso, en 1972, lo apedreó una turba liderada por un hermano latifundista de Carlos Menem, quien en 1989 llegaría a la presidencia de Argentina e indultaría a los cabecillas de la última dictadura de este país y a los jefes guerrilleros de aquella década de los 70.
En la dictadura, advirtió al nuncio apostólico que las cárceles estaban “repletas de detenidos por el solo delito de ser miembros fieles y conscientes de la Iglesia” y también que él estaba amenazado de muerte. La amenaza se cumplió. Ahora se cumplirá la condena
domingo, julio 06, 2014
El hombre que nunca pidió perdón
El hombre que nunca pidió perdón
Videla ordenó perseguir sin piedad a cualquier sospechoso de izquierdista.
Bajo el régimen que lideró de 1976 a 1981 desaparecieron 30.000 personas.
Muchos argentinos reaccionaron en mayo del 2013 ante la muerte del encarcelado Jorge Rafael Videla, a los 87 años, calificándolo como “hijo de puta”.El dictador más cruel que jamás haya conocido Argentina —que se decía católico, nunca se arrepintió de nada, siempre reivindicó todo y solo reconoció algún “error”— gobernó su país entre 1976 y 1981 y en ese tiempo su régimen forzó la “desaparición” de hasta 30.000 personas, muchas arrojadas al mar en los vuelos de la muerte, y otros fusilados, o torturó, saqueó bienes de sus perseguidos, empobreció a la clase trabajadora, fomentó la especulación financiera en detrimento de la producción local y endeudó a su país.
Su madre se llamaba María Olga Redondo y su padre, Rafael. Jorge Videla nació el 2 de agosto de 1925 en Mercedes (100 kilómetros al oeste de Buenos Aires). En 1942 inició su carrera militar. Por entonces los conservadores gobernaban Argentina sobre la base del fraude electoral. Seis años después se casó con Alicia Hartridge, hija de un embajador, con quien tuvo siete hijos, dos que también fueron militares y otro que sufría problemas mentales y que fue cuidado por una monja francesa que más tarde sería secuestrada por el régimen.
En 1971, el dictador militar Alejandro Lanusse lo ascendió a general. Eran tiempos en que el peronismo y la izquierda habían tomado las armas para enfrentarse al régimen, en plena guerra fría. En 1975, la presidenta Isabel Perón, respaldada por la derecha y enfrentada a la guerrilla peronista Montoneros, designó a Videla jefe del Ejército y decretó que las fuerzas armadas aniquilasen la “subversión”. En 1976, Videla y los cabecillas de la Marina, Emilio Massera, y la Fuerza Aérea, Orlando Agosti, dieron un golpe para hacerse cargo de forma directa del terrorismo de Estado que ya había asomado contra opositores.
Además cerraron el Congreso, los partidos políticos y los sindicatos. Le llamaron “Proceso de Reorganización Nacional”. Videla, que encabezó la Junta Militar, también justificó el golpe en la necesidad de cambiar la desastrosa situación económica, afectada por la hiperinflación. Muchos empresarios y la mayoría de la jerarquía eclesiástica lo apoyaron, según él mismo reconoció. Parte de la sociedad civil también respaldó el fin del desgobierno de Isabel Perón, pero con los años se arrepentiría a tal punto que en la actualidad son una ínfima minoría los argentinos que defienden la dictadura.
Videla persiguió a cualquier sospechoso de izquierdista o comprometido con causas sociales, a guerrilleros y opositores de diversa ideología, obreros y sindicalistas, estudiantes y profesores, profesionales y empleados, artistas y periodistas, empresarios y religiosos, como el obispo Enrique Angelelli, por cuyo asesinato estaba procesado el exdictador, entre otras causas pendientes.
Hubo secuestros, torturas —incluso de bebés de detenidos—, sustracción de las pertenencias de los desaparecidos, asesinatos y robos de 400 hijos de embarazadas cautivas. Videla fue condenado a prisión perpetua en 2012 por organizar el plan sistemático de desaparición de estos niños, de los cuales 109 han recuperado su identidad.
La dictadura no reconocía los secuestros ni los asesinatos, y las madres de los detenidos iban preguntando por sus hijos por aquí y por allá. Daban vueltas silenciosas a la Plaza de Mayo en señal de protesta.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos denunciaron 30.000 desapariciones.
“Ni muertos ni vivos, están desaparecidos”, explicó en 1979 Videla, que décadas más tarde reconoció 7.000 u 8.000 homicidios, aunque los justificó por la “guerra contra la subversión”. “Para no provocar protestas dentro y fuera del país, sobre la marcha se llegó a la decisión de que esa gente desapareciera”, relató quien para muchos argentinos representa el símbolo del horror.
Fiel asistente a misa, Videla decía en 1978 que “un terrorista no es solo alguien con un revólver o una bomba, sino también aquel que propaga ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana”.
Así fue como su régimen quemó libros, prohibió canciones, controló la prensa y forzó al exilio a artistas, intelectuales, científicos, periodistas y otros argentinos de diversa condición social. El dictador nombró como ministro de Economía a un empresario y ganadero, José Alfredo Martínez de Hoz, que también falleció este año. Congelaron los salarios, fomentaron la especulación financiera, liberalizaron de forma unilateral el comercio en detrimento de la industria local y multiplicaron la deuda pública hasta niveles nunca vistos en Argentina. Por un lado, financiaron el Mundial de Fútbol de 1978, durante el cual el régimen intentó lavar su imagen ante el resto de los países. El 6-0 de la Argentina campeona contra Perú quedará siempre bajo sospecha, pues esa goleada la clasificó para la final. Por otra parte, reforzaron el gasto militar para la represión interna y para prepararse ante una eventual guerra ese año con el Chile de Augusto Pinochet por disputas limítrofes. Sus planes contra la inflación no lograron bajarla nunca del 100% anual y el malestar socioeconómico terminó forzando el final del Gobierno de Videla en 1981. Enfrentado con Massera, los militares reemplazaron al dictador por otro general, Roberto Viola.
También la presión internacional se hacía cada vez fuerte contra el régimen, sobre todo a partir de 1979, cuando una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos recabó información sobre los crímenes que estaban cometiéndose. En 1980, uno de los denunciantes y exdetenido, Adolfo Pérez Esquivel, recibió el Nobel de la Paz.
En 1983 regresó la democracia a Argentina y el presidente Raúl Alfonsín, de la Unión Cívica Radical (UCR), impulsó el juicio a las juntas militares. Dos años después, Videla y el resto de sus secuaces fueron condenados a prisión perpetua por 504 secuestros, torturas, robos, usurpaciones, esclavización de detenidos y robo de bebés. Pero en 1990, ante la presión militar y el rechazo de la sociedad civil, el entonces presidente Carlos Menem, un peronista que estuvo preso años durante el régimen, indultó a los jefes militares y guerrilleros presos por los delitos de los setenta. Videla guardó entonces un perfil bajo.
Ante la impunidad en Argentina y bajo el criterio de justicia universal contra delitos de terrorismo de Estado, que no prescriben, el entonces juez Baltasar Garzón comenzó a investigar a Videla y otros represores, pero el país sudamericano se negaba a extraditarlos. En 1998, un juez argentino detuvo al exdictador por robos de niños que no habían sido juzgados en su momento. Videla estuvo un mes en prisión, pero después consiguió el arresto domiciliario por ser mayor de 70 años.
En 2003, el peronista Néstor Kirchner llegó al poder e impulsó la declaración de inconstitucionalidad de los indultos. En 2007, la Corte Suprema los dio de baja y al año siguiente otro juez ordenó que Videla regresara a prisión por la condena de 1985. En 2010, recibió otra pena de reclusión perpetua por crímenes cometidos en la provincia de Córdoba. En 2012, fue condenado a 50 años de cárcel por el robo de bebés y todavía tenía varios juicios pendientes más. Uno de ellos, por el Plan Cóndor, de coordinación con las dictaduras de Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Brasil y Uruguay para perseguir opositores.
Tres días antes de morir, declaró en esta causa que se sentía un “preso político”. Murió en una cárcel común, la de Marcos Paz (50 kilómetros al suroeste de Buenos Aires), sin privilegios militares, con el casi generalizado repudio de sus compatriotas. Durante cinco años sembró el terror, durante diez estuvo bajo arresto domiciliario y durante otros diez tras las rejas. Ahora, bajo tierra.
“Ni muertos ni vivos, están desaparecidos... ”
hacer click sobre la foto
El autor fue el periodista Jorge Kostinger.
El escrito destaca que la familia de Videla pudo disponer del cuerpo a través de todos los mecanismos institucionales que el represor eliminó y reemplazó por la desaparición de los cadáveres de las víctimas del terrorismo de Estado, que aún hoy no fueron devueltos a sus familias porque su paradero se desconoce.
Familia. Videla:
Ahí está el cuerpo. Sin habeas corpus, ahí tienen el cuerpo. Unos papeles y es suyo, llévense el envase de su pariente. Cuentan ustedes con un cuerpo. Que les conste que lo reciben sin quemaduras ni moretones. Podríamos haberlo golpeado al menos, que ya hubiera estado pago. Pero nosotros preferimos no hacerlo, eso que sí hizo este cuerpo que ustedes van a enterrar. No lo tiramos desde un avión, no lo animamos a cantar con descargas de picana. Que cante, por ejemplo, adónde están nuestros cuerpos, los de nuestros compañeros. No fue violado. No tuvo un hijo costado en el pecho mientras le daban máquina. No lo fusilamos para decir que murió en un enfrentamiento. No lo mezclamos con cemento. No lo enterramos en cualquier parte como NN. No le robamos a sus nietos. Acá tienen el cuerpo.
sábado, julio 05, 2014
SALAR DE UYUNI
SALAR DE UYUNI
Incredible vastness, overpowering emptiness!
http://youtu.be/3WzRBS5Act0
VIDEO DE 22 MINUTOS - ESPECTACULAR - DE SUR A NORTE EL ATIPLANO BOLIVIANO Y EL SALAR DE UYUNI
https://picasaweb.google.com/milosh9k/ChileBoliviaAltiplanoNovember2013#
Three days across the stunning outworldly Bolivian Altiplano - from the Bolivia/Chile border to Salar de Uyuni.
In the video:
Bolivia border with Chile,
Laguna Blanca,
Laguna Verde
Licancabur,
Desierto Dali,
Laguna Polques,
Geiser Sol de Manana,
Laguna colorada,
Arbol de Piedra
Desierto Sololi,
Laguna Honda,
Laguna Hedionda,
Laguna Canapa,
Mirador Volcan Ollague,
Salar de Chiguana,
Salar de Uyuni,
Isla Incahuasi.
El Salar de Uyuni es el mayor desierto de sal continuo del mundo, se encuentra al suroeste de Bolivia, tiene una superficie de 12.000 km2 y está situado a 3.700 m.s.n.m. Alrededor del salar se encuentran varios hoteles de sal con únicas características extravagantes del mundo. Esta región semidesértica y de tierras volcánicas encierra en su interior recursos de gran importancia económica como la reserva de 9 millones de toneladas de litio y otros minerales; y paisajes de extraordinaria belleza natural.
Complementariamente existen formaciones rocosas, pozos volcánicos y los espectaculares géisers, que remontan al visitante a la época de la formación de la tierra.
Conducir en medio de este lago de sal es una experiencia extraordinaria, sobre todo durante el invierno, cuando el azul intenso del cielo contrasta con el blanco brillante de la costra de sal. Cuando el tiempo está nublado se produce el efecto “White – out”, donde el horizonte se difumina hasta desaparecer, haciendo imposible el poder diferenciar la tierra del cielo.
http://youtu.be/pcuErPRYU38
BOLIVIA ... donde lo fantastico es real ...
Incredible vastness, overpowering emptiness!
http://youtu.be/3WzRBS5Act0
VIDEO DE 22 MINUTOS - ESPECTACULAR - DE SUR A NORTE EL ATIPLANO BOLIVIANO Y EL SALAR DE UYUNI
https://picasaweb.google.com/milosh9k/ChileBoliviaAltiplanoNovember2013#
Three days across the stunning outworldly Bolivian Altiplano - from the Bolivia/Chile border to Salar de Uyuni.
In the video:
Bolivia border with Chile,
Laguna Blanca,
Laguna Verde
Licancabur,
Desierto Dali,
Laguna Polques,
Geiser Sol de Manana,
Laguna colorada,
Arbol de Piedra
Desierto Sololi,
Laguna Honda,
Laguna Hedionda,
Laguna Canapa,
Mirador Volcan Ollague,
Salar de Chiguana,
Salar de Uyuni,
Isla Incahuasi.
El Salar de Uyuni es el mayor desierto de sal continuo del mundo, se encuentra al suroeste de Bolivia, tiene una superficie de 12.000 km2 y está situado a 3.700 m.s.n.m. Alrededor del salar se encuentran varios hoteles de sal con únicas características extravagantes del mundo. Esta región semidesértica y de tierras volcánicas encierra en su interior recursos de gran importancia económica como la reserva de 9 millones de toneladas de litio y otros minerales; y paisajes de extraordinaria belleza natural.
Complementariamente existen formaciones rocosas, pozos volcánicos y los espectaculares géisers, que remontan al visitante a la época de la formación de la tierra.
Conducir en medio de este lago de sal es una experiencia extraordinaria, sobre todo durante el invierno, cuando el azul intenso del cielo contrasta con el blanco brillante de la costra de sal. Cuando el tiempo está nublado se produce el efecto “White – out”, donde el horizonte se difumina hasta desaparecer, haciendo imposible el poder diferenciar la tierra del cielo.
http://youtu.be/pcuErPRYU38
BOLIVIA ... donde lo fantastico es real ...
viernes, julio 04, 2014
BOLIVIA te espera
BOLIVIA TE ESPERA
Bienvenido a Bolivia, lugar mistico y maravilloso.
Con raices ansestrales y con la modernidad ternologica actual
En el territorio boliviano se desarrollaron civilizaciones antiguas como Tiwanaku y la Cultura Hidráulica de las Lomas.
http://youtu.be/goR8GRPlLbE
http://youtu.be/vZ6PquQiMxs
BOLIVIA AWAITS YOU
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