lunes, diciembre 13, 2010

LAS JOVENES DE CIUDAD JUAREZ

LAS JOVENES DE CIUDAD JUAREZ:
UNA VICTIMA POR DIA

La primera fue Alma Chavira Farel, allá por 1993, tan sólo una niña.


Las postales de las muertas de Juárez

Era una postal. No de esas que se llevan los turistas cuando van a México. Ésta tenía el rostro de Julieta Marleng González, quien desapareció el 7 de marzo de 2001.
Tenía 17 años. Nadie encontró su cuerpo, pero se presume que es una de las cientos de jóvenes torturadas y asesinadas en Ciudad Juárez.
La postal se la entregó su madre a la artista británica Tamsyn Challenger mientras estaba de viaje a México.
Cuando regresó al Reino Unido, se le ocurrió que podía invitar a 200 artistas visuales para que crearan retratos inspirados en algunas de las víctimas.
Y así fue. Algunos artistas utilizaron fotografías de las jóvenes, otros trabajaron con información de reportes forenses y algunos simplemente con sus nombres.
Karen, Laura, Paloma...

Esos retratos forman parte de la exposición "400 Mujeres" que se inaugura esta semana en Shoreditch Town Hall Basement de Londres.
Uno de los objetivos de la muestra es recordarle al mundo que la violencia de género puede llegar a estos extremos.

"Es una declaración, es una protesta contra la violencia de género. La situación ha empeorado en Juárez pero no tiene la misma cobertura y atención que antes", le dijo a BBC Mundo Tamsyn Challenger.

Una joven por día

Según reportes de la prensa local, en lo que va de este año han sido asesinadas 270 mujeres en Ciudad Juárez y las estimaciones indican que a fines de 2010 podrían sobrepasar las 300, es decir, un promedio macabro de una chica por día.
Datos oficiales de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Chihuahua -al cual pertenece Ciudad Juárez- dicen que en los últimos 17 años se han registrado 846 crímenes contra mujeres en Juárez.

Y durante 2010, las víctimas han sido 169, con datos que llegan hasta el mes de agosto.
Pero es difícil confiar en cualquier cifra en esta saga. Debido al modus operandi de quienes comenten estos crímenes y a lo intermitente que ha sido la atención que se le ha prestado a la situación, desde que aparecieron los primeros casos en 1993 hay cálculos tan variados que invitan a dudar que las matemáticas son una ciencia exacta.

El gobierno alega que las personas están denunciando mucho más que en el pasado y que por eso también han aumentado los casos, aparte de la creciente violencia que afecta a Juárez por la disputa entre los carteles de la droga.
Pero no todos concuerdan con esa posición.

"Muchas familias no denuncian porque no creen en la justicia. Hay policías y autoridades locales que protegen y trabajan para el narcotráfico y que están detrás de muchos de los crímenes", dijo Marisela Ortíz, fundadora de la organización "Nuestras Hijas de Regreso a Casa", en conversación telefónica con BBC Mundo desde Ciudad Juárez.
En lo que sí coinciden distintos sectores es con que la violencia de género ha aumentado en el contexto de la llamada "guerra de la droga".
"Hemos visto un retroceso en los últimos tres años en el tema de la violencia contra las mujeres. Es una situación muy preocupante", le dijo a BBC Mundo Rupert Knox, investigador de Amnistía Internacional.

"Sólo hay impunidad"

Desafortunadamente, el problema no se limita a que se agreda fatalmente a las mujeres, ni a que sea posible denunciar sus muertes, sino que se extiende hasta los tribunales, señalan observadores.

Aunque las autoridades aseguran que en cerca de la mitad de los casos se han dictado sentencias, según los críticos, la mayoría de las veces los casos quedan cerrados sin culpables, porque la investigación apenas llega hasta los primeros niveles.
"Aquí no se investiga nada. Sólo hay impunidad".

Sin embargo, el gobierno y los fiscales resaltan que las investigaciones han mejorado y que hay una gran cantidad de arrestos.
Pero a los familiares de las víctimas les preocupa que la mayoría de los condenados sólo sean "chivos expiatorios" o personas que obedecían órdenes de otros.

¿Quiénes están detrás de los crímenes?

Sólo hay teorías. Algo difícil de comprender cuando han pasado 17 años.

Las autoridades han optado por la idea de que se trata de casos aislados, sin conexión entre ellos.

Pero los familiares de las víctimas creen que existen redes vinculadas al crimen organizado en las que participan narcotraficantes, policías, investigadores judiciales y algunas autoridades, cuyos nombres permanecen en el anonimato.

Algunos creen que la violencia de los crímenes podría estar vinculada en algunos casos a "ritos de iniciación", en los que para ingresar a un cartel o a una de las pandillas locales los pretendientes tienen demostrar que están dispuestos a cumplir todo tipo de órdenes.

Organizaciones de derechos humanos, asociaciones de la sociedad civil, periodistas e investigadores independientes coinciden con la hipótesis de las familias.
Y han visto a través de los años que, aunque han cambiado los patrones de los crímenes, persisten las conexiones.
Según fuentes locales contactadas por BBC Mundo, los crímenes han pasado por al menos tres grandes etapas.

La marcas de los asesinos

En la década de los '90 del siglo XX y hasta 2006 las víctimas eran jóvenes, la mayoría entre 14 y 22 años, que trabajaban en las maquilas que exportan textiles y piezas electrónicas hacia Estados Unidos. Pelo negro, bonitas, de familias con escasos recursos económicos.
Las secuestraban para violarlas, torturarlas, estrangularlas y dejar los cuerpos semiocultos para que los pudieran encontrar.

El 2007 y 2008 cambia el patrón y los cuerpos de las jóvenes desaparecen.

En 2009 y este año, el método volvió a cambiar, probablemente asociado al incremento generalizado de la violencia en la zona.
Ahora los cuerpos de las chicas aparecen con una cinta adhesiva en la boca y en los ojos y el cadáver con las manos atadas. Como si los responsables quisieran dejar su firma, enviar un mensaje a sus enemigos y crear un clima de terror en la población.
En los últimos meses la estrategia ha presentado algunas variantes. Muchas aparecen decapitadas y sus cabezas son dejadas al lado de sus cuerpos. Otras veces aparecen con bolsas de plástico en la cara para demostrar que murieron por asfixia.

Es una evolución en los métodos criminales que al mismo tiempo da cuenta de la evolución que ha tenido Ciudad Juárez a través de los años.

Cecilia Barría
BBC Mundo

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