domingo, diciembre 10, 2006

VILLA GRIMALDI : del terror a la reconciliacion

VILLA GRIMALDI
Es una extensa propiedad ubicada en las laderas precordilleranas de la comuna de Peñalolén en la ciudad de Santiago de Chile. Este inmueble es trágicamente famoso por haberse convertido durante la dictadura militar de Augusto Pinochet en uno de los más grandes centros de detención y tortura.
Michelle Bachelet, actual presidenta de Chile y su madre estuvieron detenidas aqui.

Tradición cultural
Tras el portón de Villa Grimaldi el tiempo ha tejido múltiples historias. Los recuerdos la relacionan con la historia que nos forjó como nación independiente.
Estas tierras tuvieron como sus primeros habitantes conocidos a los apacibles Picunches. Posteriormente y a partir del siglo XVI estas fértiles tierras fueron entregadas a uno de los españoles que llegaron en la conquista. Su nieto, Alonso de Ovalle se hizo jesuita y entregó la propiedad a esa congregación que fomentó en ella la agricultura intensiva y las artes y oficios. A fines del siglo XVIII y tras la expulsión de los Jesuitas de Chile, los terrenos fueron confiscados y subdivididos en fundos. El mayor de ellos fue adquirido por Doña Josefa Vicuña quien lo cedió al abogado Juan Egaña por los servicios prestados a la familia Vicuña.

Don Juan Egaña sirvió a las ideas emancipadoras de la República siendo relegado a la isla de Juan Fernández donde sufrió grandes torturas. A comienzos del siglo XIX (1823) Egaña redacta en su fundo de Peñalolén la Constitución "moralista". En 1833 su hijo Mariano Egaña redactaría en esta hacienda otra carta fundamental junto a don Manuel José Gandarillas. Por este lugar, pasearon y reflexionaron los mejores intelectuales criollos que establecieron las bases ideológicas del proceso de la Independencia y sus proyecciones educativas, artísticas, científicas y políticas. Entre los cuales destacan Andrés Bello, Eusebio Lillo, Benjamín Vicuña Mackenna, Manuel de Salas y otros.
Luego de varios conflictos judiciales, la familia Egaña vende en 1862 el fundo de 500 cuadras a don José Arrieta y Pereda filántropo y diplomático uruguayo. Durante este período, se restituye la tradición cultural del lugar, con reuniones de música y literatura que se prolongaron hasta la década del 1940 en que se inicia un proceso de venta de sitios sin urbanizar en la parte alta de Peñalolén. La hectárea que ocupa la Villa fue traspasada a la familia Altamirano y posteriormente vendida a mediados de los años 50, a don Emilio Vasallo quien transformó la casa, ricamente alhajada, en restaurante y lugar de reunión de políticos, intelectuales y artistas.
El aspecto del lugar, con muchas plantas, estatuas de mármol, fuentes de agua y mosaicos en los muros, lo hacía parecer una villa italiana, por lo que don Emilio la bautizó como Villa Grimaldi.

Como paradoja del destino, estos campos tan ligados históricamente a los constructores de nuestra democracia, en septiembre de 1973 fueron mudos testigos del tránsito solapado de vehículos con militares que terminaban su viaje en el Comando de Telecomunicaciones del Ejército, ubicado a poca distancia de Villa Grimaldi. En uno de ellos viajaba el General Pinochet, quien se acuarteló en ese recinto para dirigir desde cómoda y segura posición el aplastamiento a sangre y fuego de la democracia chilena.
A fines de 1973 el Sr.Vasallo fue obligado a entregar la propiedad a la DINA (Dirección Nacional de Inteligencia Militar) que lo inauguró como centro secreto de detención, tortura y exterminio en diciembre de ese año.

Golpe Militar 1973
El 4 de septiembre de 1973, en todo Chile se celebra el tercer aniversario del gobierno de Salvador Allende. En Santiago, alrededor de un millón de personas desfilan por última vez frente al presidente. Eran partidarios del gobierno de la Unidad Popular que les había permitido durante tres años sentirse participando en las decisiones laborales, estudiantiles y políticas del país. Había viejos, niños y muchos jóvenes que sentían que sus sueños de una patria más justa y solidaria, se construían con alegría.
Pocos días después, Allende anuncia a sus ministros y a los militares su decisión de convocar a un plebiscito para resolver la grave crisis política desatada por los cambios económicos que afectaban a los dueños del poder económico y a los intereses de EEUU.
El 11 de septiembre un golpe de estado termina con el estado de derecho en Chile, las instituciones democráticas son clausuradas y reemplazadas por una dictadura encabezada por Augusto Pinochet, quien crea una nueva institucionalidad basada en la represión y la eliminación sistemática de sus opositores. La constitución así creada es la que rige aún hoy la República de Chile.
Allende junto a un puñado de colaboradores resisten en el palacio de la Moneda, bombardeada por la aviación. Muerto Salvador Allende, la gran mayoría de los sobrevivientes, son detenidos y desaparecen, iniciando así la inmensa lista de detenidos-desaparecidos que no dejará de incrementarse durante los años de dictadura.
La declaración de estado de guerra, aún cuando no había guerra, posibilitó el funcionamiento de tribunales militares propios de una emergencia bélica; el establecimiento de campos de prisioneros, la implantación del exilio como pena u opción para ciudadanos condenados; el control riguroso de la prensa, radio y TV y la creación de un clima de incertidumbre, silencio y miedo favorable a la comisión de toda suerte de arbitrariedades. El Congreso fue disuelto, proscritos los partidos políticos e intervenidas las organizaciones sociales.
Fueron organizados al más alto nivel organismos de seguridad encargados de la represión política, con atribuciones hasta para realizar operaciones en el extranjero contra ciudadanos chilenos opositores y aliados suyos.

DINA y Cuartel Terranova
Después del Golpe de Estado, se formalizo el 1 de junio de 1974 mediante el Decreto-Ley 521, que creó la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la existencia de un servicio de seguridad autónomo dedicado exclusivamente a la represión política de los partidos políticos de izquierda y las organizaciones sociales.
La DINA se constituyó con personal de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas, Carabineros e Investigaciones, y con agentes provenientes de grupos ultraderechistas. Dependió directamente de la Junta de Gobierno, pero de hecho, sólo estaba subordinada al general Pinochet
.
El director nacional de la DINA era el coronel de Ejército Manuel Contreras Sepúlveda, quien además concibió la llamada Operación Cóndor, que promovió la colaboración entre los organismos represivos existentes en el cono sur y facilitó el intercambio de prisioneros e información.
Las atribuciones de la DINA fueron secretas, ya que se publicaron solamente en un anexo de circulación restringida del Diario Oficial. Dotada de abundante personal, dispuso además de recursos cuantiosos y una fuerte infraestructura de locales, medios de comunicación y transporte, y jugó un papel de primera importancia en la represión; sus actividades se extendieron hasta el extranjero, según evidencia producida en la investigación del asesinato de Orlando Letelier en pleno centro de Washington. Sus métodos incluyeron el secuestro, la eliminación física de los detenidos, el asesinato y la aplicación de torturas inhumanas, según testimonio de numerosas víctimas de tales apremios.
El Cuartel Terranova, dependiente de la DINA, se instaló en la antigua Villa Grimaldi oficialmente, a partir de 1974 aunque comenzó a operar a fines de 1973 de manera parcial.
Allí Operaba la Brigada de Inteligencia Metropolitana (BIM). Su primer jefe fue el mayor del Ejército César Manríquez Moyano, aunque sólo estuvo en el cargo hasta septiembre de 1974. Fue su segundo al mando el entonces teniente coronel de Ejército Pedro Espinoza Bravo, conocido como "Rodrigo Terranova". El teniente coronel del Ejército Marcelo Morén Brito, "El Ronco", integró también la comandancia del cuartel.
De esa comandancia dependía la Brigada Caupolicán y la Brigada Purén, cada una compuesta por diferentes grupos operativos. Parte importante estaba a cargo de la Plana mayor, al mando del mayor de Ejército Rolf Wenderoth Pozo, secundado por el comisario de Investigaciones Eugenio Fieldhouse Chávez.
En el Cuartel Terranova operaron también en calidad de oficiales civiles, junto a otros, las ex militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y del Partido Socialista (PS) Marcia Alejandra Merino Vega, "la flaca Alejandra", María Alicia Uribe Gómez, "la Carola", y Luz Arce Sandoval. Habían sido sometidas, como todos, a múltiples torturas antes de su aceptación a prestar colaboración con la DINA.
Desde sus inicios, en Cuartel Terranova funcionó como un centro selectivo de detención, tortura y desaparición de personas. En forma similar a Terranova funcionaron -considerando sólo Santiago- muchos otros centros de detención y tortura, tales como Londres 38 ("Yucatán"), José Domingo Cañas ("el Palacio de la Risa"), Irán 3037 ("Venda Sexy" o "la Discoteque") en donde operaban con un perro adiestrado ("Volodia") en agresiones sexuales a mujeres.

Tortura en Villa Grimaldi
Aparentemente, los primeros detenidos llegaron a Villa Grimaldi a mediados de 1974. Hacia el verano de 1975, Villa Grimaldi pasó a convertirse en el centro de operaciones de la BIM, que ejercía la función de represión interna en Santiago.
En Villa Grimaldi tenían su cuartel los equipos operativos; allí se llevaba a los prisioneros para sus primeros interrogatorios después de la detención y se mantenían lugares y artefactos especialmente dispuestos para las distintas formas de tortura; allí, también, se mantenía a los prisioneros a quienes ya no se torturaba, a veces por largos períodos, a la espera de posibles nuevos interrogatorios o de la decisión sobre su suerte futura.
A medida que el número de detenidos fue aumentando se fueron habilitando lugares para su permanencia, los que aparentemente se encontraban diferenciados según la calidad en que se encontraba el detenido y los efectos que se esperaba producir en él.
Los lugares más característicos donde permanecían los detenidos dentro de Villa Grimaldi eran:
"La Torre": Efectivamente se trataba de una construcción como torre, que sustentaba un depósito de agua. En su interior se construyeron unos diez estrechos espacios para la mantención de reclusos, de unos 70 x 70 centímetros y unos dos metros de alto, con una puerta pequeña en la parte baja por la que era necesario entrar de rodillas. En esa torre también había una sala de torturas. En cada una de estas celdas se mantenía a una o dos personas en un régimen de encierro permanente. En el caso de haber dos detenidos en una celda debían acomodarse de modos muy forzados para permanecer en el lugar y especialmente para dormir. Aparentemente las personas llevadas a La Torre eran detenidos de cierta relevancia que habían terminado su etapa de interrogatorios intensos. A muchos de los detenidos que permanecieron en "La Torre" no se los volvió a ver.
Las "Casas Chile": Estas eran unas construcciones de madera destinadas al aislamiento individual de detenidos, que consistían en secciones verticales similares a closets donde el detenido debía permanecer de pie, a oscuras, durante varios días.
Las "Casas Corvi": Eran pequeñas piezas de madera construidas en el interior de una pieza mayor. Dentro de cada una de ellas se ubicaba un camarote de dos pisos. Aparentemente era el lugar donde permanecían los detenidos que estaban siendo sometidos al régimen mas intenso de interrogatorios y torturas.
Durante su permanencia en Villa Grimaldi los detenidos en general no tenían la posibilidad de asearse ni cambiarse de ropa, debían acudir al baño a horas fijas, sin excepciones, la comida era muy mala y absolutamente insuficiente, todo lo cual, además de las torturas, producía deterioros notables en la salud de los detenidos.
Dentro de la Villa Grimaldi había habitaciones especialmente dispuestas para la tortura. Unos agentes aplicaban los distintos métodos de torturas y otros, generalmente oficiales, conducían los interrogatorios, aunque estos últimos también a veces manipulaban personalmente los instrumentos de tortura. En algunas ocasiones, durante los interrogatorios, con o sin tortura, un funcionario tomaba notas en una máquina de escribir.
La forma más habitual de tortura era la "parrilla", que consiste en un catre de metal sobre el que se amarra desnudo al detenido para proceder a aplicarle descargas de corriente eléctrica sobre distintas partes del cuerpo, especialmente aquellas más sensibles como los labios o los genitales, y aun sobre heridas o prótesis metálicas. Una modalidad particularmente cruel de este método consistía en la utilización de un camarote metálico de dos pisos; se colocaba al interrogado en el de abajo y en el de arriba se torturaba a un pariente o amigo suyo, como modo de presionarlo aún más.
Otro método de tortura muy empleado era el de los colgamientos. La víctima era colgada de una barra, ya sea por las muñecas o por las muñecas y las rodillas. En ambos casos, al dolor producido por el peso del cuerpo colgado por largo tiempo, se sumaba la aplicación de corriente eléctrica, de golpes, heridas cortantes y vejámenes.
También se aplicó frecuentemente en Villa Grimaldi el método de "submarino húmedo" o hundimiento de la cabeza de la persona en un recipiente con agua, generalmente sucia, o con otro líquido, manteniéndosele hundida hasta un punto cercano a la asfixia. Similar efecto se conseguía mediante el llamado "submarino seco", que consistía en la colocación de una bolsa plástica en la cabeza de la persona de modo de no permitirle la entrada del aire, también hasta un punto cercano a la asfixia.
A los métodos descritos, se sumaba la práctica habitual de tortura y malos tratos por medio de golpes de todo tipo, desde los muy violentos, con consecuencia de graves lesiones, hasta los múltiples golpes imprevistos dados a una persona con la vista vendada.
Villa Grimaldi mantenía una actividad permanente, prácticamente sin interrupciones. Los equipos operativos entraban y salían del lugar las veinticuatro horas del día, se traía a detenidos en cualquier momento y se torturaba a toda hora.
Al interior de Villa Grimaldi se daba un ambiente de degradación generalizada. Además de las torturas durante los interrogatorios, tanto los oficiales como los demás agentes operativos y algunos guardias permanentemente golpeaban y vejaban a los detenidos.

Desaparecidos, Ejecutados y Sobrevivientes
La represión significó decenas de miles de muertos, desaparecidos, torturados, detenidos, exiliados y expulsados de sus empleos. La violación de los derechos humanos alcanzó una pavorosa extensión y masividad.
Los agentes de la DINA tenían poder de vida y muerte sobre los prisioneros y el ensañamiento no tuvo límites. Pocas veces la historia de la humanidad ha registrado cuán bajo puede descender el hombre y cuanta vileza es capaz de desarrollar
, como decía Bertold Brecht "la bestia inmunda está aún viva".
La suerte de los arrestados se determinaba al parecer en reuniones de consulta que celebraban los comandantes de grupo y el de la BIM, información que era transmitida a la jefatura de la DINA. La decisión de matar se reflejaba en el traslado del prisionero a la Torre, donde quedaba aislado. Las víctimas eran sacadas del recinto durante la noche, en grupos de hasta 20, con objeto de ser eliminadas. Posteriormente la ficha de identidad individual del muerto era extraída de los archivos de la BIM.
Por lo general, los detenidos más afortunados de Villa Grimaldi no eran liberados directamente, sino que eran trasladados a Cuatro Alamos o a Tres Alamos.
“Tres Alamos” es abierto en junio de 1974 como «lugar de tránsito para hombres y mujeres», sustituyendo así al Estadio de Chile en estas funciones.
Este recinto albergó permanentemente un total aproximado de 300 detenidos: unos 250 en libre plática y alrededor de 150 mujeres. Se mantenía en incomunicación a los detenidos en un pabellón denominado «Cuatro Alamos».
Los detenidos llegan a este recinto en calidad de arrestados en virtud de la Ley de Estado de Sitio, después de haber sido interrogados (y haber permanecido desaparecidos durante algún tiempo) por los Servicios de Inteligencia. Llegaban primeramente a Cuatro Alamos, desde donde solían sacarlos para someterlos a nuevos interrogatorios.
En Cuatro Alamos los detenidos se recuperaban de las torturas. Los detenidos, que presenciaban el ingreso de personas en deplorables condiciones físicas, que provenían de recintos secretos de tortura, vivían bajo la constante amenaza de ser puestos nuevamente a disposición de los servicios de seguridad.
Así como Villa Grimaldi fue testigo de las más grandes vilezas, también fue testigo de los más sublimes actos de estoicismo y valor, de solidaridad y fraternidad. De tanta carne martirizado el espíritu se elevó a niveles difícilmente alcanzables y cada uno de los sobrevivientes guardará durante toda su vida este episodio lastimoso, pero en donde la dignidad no se dejó pisotear pese a la bestialidad. Allí nacieron relaciones humanas que perduran más allá del tiempo y del espacio, gestos solidarios o de simple piedad que sólo pueden brotar en circunstancias límites y cuando la adversidad es la sola compañía.
Muchos de los que allí se cruzaron nunca más volvieron a encontrarse y los que sobrevivieron guardan aún intactos recuerdos imperecederos en los que prevalecen los más altos grados de humanidad. Los sobrevivientes testimoniaron sobre los maltratos y los ojos atónitos de la humanidad entera tomaron conocimiento del horror.

Se estima que 4500 personas fueron detenidas ilegalmente en Villa Grimaldi. Ahí fueron mantenidas en inhumanas condiciones, sometidas a brutales torturas.
226 de ellos nunca volvieron a integrarse a la vida estudiantil, laboral o al seno de sus familias y 18 de ellos, fueron ejecutados.


LISTA DE TORTURADORES
A continuación, el listado de los torturadores de más alto rango en el Cuartel Terranova:
1. Barriga Muñoz German Jorge, Coronel, a su cargo la represión contra el PS.
2. Espinoza Pedro, Brigadier (R), jefe de operaciones y fiscalizador del centro de detención Villa Grimaldi.
3. Fieldhouse Chavez Eugenio, Oficial de la DINA, remplazaba a Rolf Wenderoth.
4. Krassnoff Marchenko Miguel, Oficial de Inteligencia, encargado de la brigada Aguila, en Villa Grimaldi la represion al MIR.
5. Labbé Cristian, Coronel DINA, instructor de los nuevos agentes. Actual Alcalde de la Comuna de Providencia.
6. Latorre Sanchez Haroldo, Coronel en retiro de Ejército, acusado de la detención y desparición de José Flores Araya.
7. Lauriani Maturana Fernando, Teniente.
8. Manzo Durán Orlando José, Jefe de Tres Alamos, lugar de transición entre Villa Grimaldi y Cuatro Alamos.
9. Mena Salinas Odlanier Rafael, General del Ejército, Primer jefe de la Central de Informaciones CNI.
10. Moren Brito Marcelo, "El Coronta", "El Ronco", Comandante de Villa Grimaldi y la brigada Caupolicán.
11. Moreno Marcelo Luis Manuel, Comandante.
12. Olderock Ingrid, Mayor de Carabineros, DINA, CNI. Participación en la aplicación de torturas.
13. Ordenes Maria Gabriela, Agente DINA.
14. Osorio Maria Teresa, Agente DINA, participación en las sesiones de tortura.
15. Provis Carrasco Manuel José, perteneció a la Brigada Caupolicán.
16. Ramos Hernández Rosa Humilde, Agente DINA, participó en las torturas.
17. Romo Osvaldo, conocido como el Comandante Raúl, aplicó los más atroces métodos de tortura a cientos de detenidos.
18. Rubilar Ocampo Jaime, Suboficial Agente de la DINA y CNI.
19. Urrich Gonzalez Gerardo Ernesto
20. Wenderoth Pozo Rolf
21. Zapata Basclay Troglo

Derrumbe y Encubrimiento
El 7 de agosto de 1980 la Central Nacional de Informaciones (CNI), sucesora de la DINA compra Villa Grimaldi al Servicio de Vivienda y Urbanización (SERVIU). El 21 de septiembre de 1987 el último director de la CNI, general Hugo Salas Wenzel, vende la propiedad a la Sociedad Constructora EGPT Ltda., según la notaría de Patricio Reaby Benavente.
Esta venta viene a desmentir, aunque tardíamente, al propio general Manuel Contreras, quien había negado sistemáticamente toda vinculación entre la DINA y Villa Grimaldi, ante diversos requerimientos de los Tribunales. La operación de Salas Wenzel pretendía no ser conocida. Pero en 1988 revienta en la prensa escrita.
Al interior de la sociedad se producen cesiones de derechos, quedando finalmente constituida, el 29 de abril de 1988, por la esposa, la hermana y el cuñado de Salas Wenzel.
En esa época Villa Grimaldi es subdividida en 50 lotes de 180 m2, según consigna la Dirección de Obras de la Municipalidad de Peñalolén.
La empresa EGPT demuele el recinto, derribando la casona, quedando sólo el muro rojo exterior, el portón de fierro, partes de una pileta, partes del pavimento interior, la piscina y parte de los antiguos camarines, además del murito semicircular en donde los prisioneros de las "Casas Chile" eran sentados para comer.
Integrantes de juntas vecinales de Peñalolén y organismos de derechos humanos locales, alertados ante la demolición, iniciaron un movimiento silencioso para tratar de impedir que se terminara todo vestigio de lo que allí había sucedido.

Recuperacion de la Villa
En marzo de 1990, se recupera la democracia en Chile con el primer gobierno de la Concertación.
En diciembre de ese año el Consejo de Defensa del Estado, por solicitud de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, acude a los Tribunales para que investiguen irregularidades en la venta de Villa Grimaldi. Se dicta una medida precautoria sobre la propiedad.
La decisión del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de acoger la demanda de diversos grupos vecinales y de derechos humanos para rescatar la Villa Grimaldi, impedir que la transformaran en un condominio y convertirla en un lugar de reflexión se concretó con su expropiación. Paralelamente, la Municipalidad de Peñalolén modificó su plano regulador, estableciendo que en ese lugar sólo podían ejecutarse obras que involucraran áreas verdes, forestación, equipamiento recreacional, esparcimiento y turismo, o de carácter cultural.
El 12 de noviembre de 1995 se inicia la primera etapa de la construcción del Parque.
El 13 de julio de 1996 se constituye la "Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi", que integran representantes de los vecinos, de los organismos de derechos humanos, de las diversas iglesias, de los ex prisioneros del Cuartel Terranova, para colaborar con la gestión del parque en sus diferentes etapas.
El proyecto Parque por la Paz se levanta en los 10.200 m2 que ocupó la Villa Grimaldi. Desde el punto de vista urbanístico, el Parque por la Paz tendrá una connotación que enriquecerá el funcionamiento de la ciudad y se entiende como un patrimonio de todos los habitantes del país.


El Parque por la Paz
El Parque por la Paz ex Villa Grimaldi
, se encuentra ubicado en Santiago de Chile, comuna de Peñalolén (Avda. José Arrieta 8401). Fono 2925229, villagrimaldi@villagrimaldicorp.cl.
El Parque por la Paz, se encuentra abierto todos los días del año en el horario de 10:00-14:00 hrs y 15:00-18:00 hrs. Se realizan visitas guiadas a grupos de 5 personas.


Sobre los terrenos y escombros de la ex Villa Grimaldi, en marzo de 1997 se entregó a la comunidad un parque que reúne el sentir de muchas personas afectadas por el dolor que allí se vivió.
El parque fue concebido con la doble intención de erigirse en símbolo y en lugar de recogimiento espiritual. Todo aquél que sea sensible con el pasado histórico reciente de Chile y con el dolor humano podrá sentir que se encuentra al centro de un lugar de profundo significado y que por su sola existencia es al mismo tiempo denuncia permanente del horror y crisol de los mejores sentimientos que puede albergar el alma humana.
Ana Cristina Torrealba M., arquitecta paisajista, fue quien comenzó a idear este parque como tema de proyecto de título en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica. Luego de ganar el concurso para el diseño del lugar, en conjunto con los arquitectos José Luis Gajardo T. y Luis Santibáñez I., desarrollaron el proyecto que abarca 10.200 metros cuadrados.
Aunque por calle Arrieta no se ve el parque, sino hasta que se accede, al entrar se encuentra un espacio lleno de poesía. Éste se concibe a través de dos ejes que se cruzan formando una equis o una cruz. Estos ejes son dos grandes circulaciones que recorren el lugar y serán iluminados por pilares de 8m de alto que proyectarán una luz difusa simbolizando un velatorio permanente.
El primer eje simbólico parte en el antiguo acceso al lugar y termina en la Torre, que se reconstruyó como espacio emblemático.
El segundo eje, comienza en la actual entrada al Parque y termina en el llamado "Muro de los Nombres".

Amplios y variados sectores de la sociedad civil se mostraron vigilantes y un día la Villa Grimaldi fue rescatada y pasó a poder público, siendo posible levantar sobre sus ruinas este moderno parque, que está allí para preservar la memoria y testimoniar que el horror existe, pero que también tiene un fin.
El parque simboliza entonces el fin y la condena de un pasado siniestro y también el inicio de una nueva etapa en la vida y en la convivencia de Chile como nación.


El día de la inauguración oficial del parque, el 22 de Marzo de 1997, un segmento del pueblo chileno, aquel que sufrió en carne propia todo el horror, la humillación y el desconocimiento oficial de su existencia, pudo testimoniar al fin su verdad, su innegable verdad.
La noche víspera de la inauguración, una tempestad eléctrica como nunca antes se abatió sobre Santiago.

Los hijos de las víctimas se preocuparon de clausurar para siempre la entrada y sellaron el fatídico portón, con una cadena y un candado de hierro, para que nunca más transite por él persona alguna.
Las llaves fueron depositadas en las manos del sacerdote José Aldunate, cristiano ejemplar, cuya conducta como defensor de los derechos humanos y de los pobres le ha ganado un lugar privilegiado en el seno de la sociedad chilena.
Los muros fueron demolidos, de lugar de ocultamiento, de cómodo escondite para trabajos sucios, la villa se transformó en parque abierto, con mucha luz, justamente lo que más añoraban los prisioneros: la luz y el aire.
Simbólicamente una "machi"encabezó el desfile y fue "limpiando"la tierra y el agua, purificando el terreno testigo de tanto horror. No se podía reocupar este lugar sin su necesaria purificación en la más pura usanza y tradición de nuestro pueblo mapuche. Todos los que pudieron se juntaron para mostrar su dolor, para vivir el dolor entre iguales, todos hermanos de un mismo sentir. Pero no dolor morboso sino dolor que cura del dolor, que reconforta el corazón y permite al fin respirar y sentir que el alma se libera y la conciencia puede tomar reposo en un renacimiento purificador.
Por fin fuimos de nuevo seres, existimos, estamos y podemos proclamar al mundo: sí, aquí estuvimos y aquí estamos, somos el testimonio viviente de un pasado que no debe volver nunca más. Las generaciones venideras tendrán un lugar de peregrinación ya que nadie podrá negar que lo que ocurrió, ocurrió y este parque, con el tiempo, devendrá un hito histórico y etapa obligada en el periplo permanente de la defensa de los derechos del hombre en América y en el mundo.

Testimonios
"Joaquín, vine a verte hoy día, te encontré en paz al fin, siempre irás conmigo y nunca te olvidaré. Tu nombre en la muralla es férreo, siempre mira de frente, no se cansa como tú. Hasta siempre."- Pedro 3/01/2003

"El pensar que hay chilenos capaces de cometer estos crímenes, me impide vivir en este país."- José (Berlín, Alemania)

Sobreviviente de la Torre
Testimonio de Ex-prisionero de Villa Grimaldi
Fecha: 07-2003
“Y aquí en este lugar espantoso, donde se vivía minuto a minuto en una situación límite, yo vi a muchos, a decenas, que ya no están con nosotros, mis hermanos desaparecidos, tener un comportamiento de coraje, de dignidad, de victoria.
Si te golpean tanto, si te torturan, si te matan, es porque tienes cosas que ellos quieren, que ellos necesitan, que ellos no tienen. Que ellos quieren arrebatarte. Y eso puede ser información, puede ser dignidad, puede ser valentía, puede ser fuerza interior, pueden ser principios, pueden ser razones poderosas para luchar, vivir y morir, puede ser amor inconmensurable a tu pueblo, a los seres humanos desvalidos, puede ser tu decisión de ponerte al lado de los débiles, cuando era tan fácil optar junto a los poderosos. Puede ser ese tremendo sentido que esa juventud tan especial de los años 60 y 70,le había dado a sus vidas. Y a ellos, a los que estaban aquí en la Villa Grimaldi, torturándonos a nosotros, les faltaba todo eso. Todo eso que a nosotros nos sobraba.”

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