Tratemos de intercambiar ideas...
Estimados amigos de la 80
Respecto al debate en que algunos compañeros han estado planteando considero valioso sus diversos aportes, sin embargo considero que debemos de tener capacidad de de entender la verdad que existe en las posiciones opuestas. Si nos limitamos a plantear ...bueno cree lo que piensas si asi eres feliz...no solamente estamos reproduciendo ese mismo diálogo de sordos que nos ha llevado al atraso como sociedad, a la intolerancia y canibalismo en la política y a la mediocridad a la mayoria de las instituciones del país.
En un debate no se trata de creer o no creer, se trata de evaluar, entender y valorar las posiciones del otro y no solo reconocerlas como validas sino de plantearnos en que medida se apoyan en hechos objetivos.
Nadie soslaya el liderazgo y compromiso de Juan Pablo II con su grey y su importante rol en la política de Occidente. Pero Juan Pablo II tambien fue un actor político tanto a nivel de su institución, La Iglesia, como en la política grande y menuda y en ese ejercicio tuvo aciertos, errorres y tremendos desaciertos y en ese sentido sus hechos son susceptibles de crítica y análisis.
Probablemente, la tremenda carga emotiva que genera en muchos católicos hace difícil, e incluso hasta violento discutir algunos aspectos de su vida, como el carácter conservador de este personaje, tanto en lo teológico y en lo político, aspecto sobre el cual existe consenso en la mayoría de analistas y científicos sociales de diversas tendencias políticas.
En ese sentido, no se trata de creer y no creer, de ser amarillo o negro o ser feliz o no, se trata de comprender como algunos aspectos de su pontificado han tenido y tienen consecuencias en nuestra sociedad y que en algunos casos han significado sufrimiento y dolor para algunas personas, como por ejemplo la injerencia de la iglesia en las políticas públicas, como el caso el caso de la planificación familiar, su resistencia al ejercicio de las atribuciones de los estados nacionales laicos y haber promovido, que determinados grupos fundamentalistas bajo su auspicio convirtieran determinadas interpretaciones del catolicismo es estrategias de diferenciación política. Discutir objetiva y serenamente estos hechos es imprescindible y si no somos capaces de hacerlo, de poner en el tapete ideas y hechos con respeto alturado a las pocisiones del otro, la verdad es que no estamos a la altura de los retos de una sociedad donde se requiere no solo hablar de lo que no se habla, sino que requiere consensos y conseciones en aras de un objetivo superior, el salir de la grave crisis social y de valores que atravieza y corroe como un cáncer al Perú.Un fuerte abrazo, con la esperanza de que estemos a la altura de los retos que nos impone el debate y el diálogo
Juan Pablo (Murillo, no "II" )
sábado, marzo 17, 2007
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