BIENVENIDO 2012
LA FELICIDAD NO ES UN DESTINO.......ES UN TRAYECTO..!
FELIZ AÑO PARA TODOS...SEAMOS MEJORES PERSONAS, DIFUNDAMOS Y PRACTIQUEMOS VALORES.!
UN FUERTE ABRAZO
oscar manrique
TIP 1
Practica algún ejercicio: (caminar, ir al gym, yoga, natación, etc.). Los expertos aseguran que hacer ejercicio es igual de bueno que tomar un antidepresivo para mejorar el ánimo, 30 minutos de ejercicio es el mejor antídoto contra la tristeza y el estrés.
TIP 2
Desayuna: algunas personas se saltan el desayuno porque no tienen tiempo o porque no quieren engordar. Estudios demuestran que desayunar te ayuda a tener energía, pensar y desempeñar éxitosamente tus actividades.
TIP 3
Agradece a la vida todo lo bueno que tienes: Escribe en un papel 10 cosas que tienes en tu vida que te dan felicidad. Cuando hacemos una lista de gratitud nos obligamos a enfocarnos en cosas buenas.
TIP 4
Sé asertivo: pide lo que quieras y di lo que piensas. Está demostrado que ser asertivo ayuda a mejorar tu autoestima. Ser dejado y aguantar en silencio todo lo que te digan y hagan, genera tristeza y desesperanza.
TIP 5
Gasta tu dinero en EXPERIENCIAS no en cosas: Un estudio descubrió que el 75% de personas se sentían más felices cuando invertían su dinero en viajes, cursos y clases; mientras que sólo el 34% dijo sentirse más feliz cuando compraba cosas.
TIP 6
Enfrenta tus retos: No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Estudios demuestran que cuanto más postergas algo que sabes que tienes que hacer, más ansiedad y tensión generas. Escribe pequeñas listas semanales de tareas a cumplir y cúmplelas.
TIP 7
Pega recuerdos bonitos, frases y fotos de tus seres queridos por todos lados. Llena tu refrigerador, tu computadora, tu escritorio, tu cuarto. TU VIDA de recuerdos bonitos.
TIP 8
Siempre saluda y sé amable con otras personas: Más de cien investigaciones afirman que sólo sonreír cambia el estado de ánimo.
TIP 9
Usa zapatos que te queden cómodos: Si te duelen los pies te pones de malas asegura el Dr. Keinth Wapner, Presidente de la Asociación Americana de Ortopedia.
TIP 10
Cuida tu postura: Caminar derecho con los hombros ligeramente hacia atrás y la vista hacia enfrente ayuda a mantener un buen estado de ánimo.
TIP 11
Escucha música: Está comprobado que escuchar música te despierta deseos de cantar y bailar, esto te va a alegrar la vida.
TIP 12
Lo que comes tiene un impacto importante en tu estado de ánimo.
Comer algo ligero cada 3-4 horas mantiene los niveles de glucosa estables, no te saltes comidas.
Evita el exceso de harinas blancas y el azúcar.
COME DE TODO!
Varía tus alimentos
TIP 13
Arréglate y siéntete atractivo(a)
El 41% de la gente dice que se sienten más felices cuando piensan que se ven bien. !Ponte guapo(a)!
“Hagamos un esfuerzo por lograr un balance en azul en nuestra cuenta de felicidad. No solo nuestro cuerpo nos lo va a agradecer. La buena vibra trae salud, pero al estar más positivos atraeremos también mayor bienestar a nuestras vidas”
Ser feliz, es al final, la construcción de un gran fondo de ahorro de experiencias significativas, pobre de aquel que guarda lo que posee en donde se corre el riesgo de perderlo todo. ¿O no?.
10 lustros al 2012
...Una cincuentava oportunidad (+ o -) nos da la vida, para recibir un Nuevo Año empezando de cero y disfrutar de nuevos retos y sus caidas,... mirar atras y descubrir en los detalles y la sonrisa, el exito de nuestra vida...diez lustros y aun el sorprendernos en un abrazo, será el motor para seguir caminando, sabiendonos unos cerca a otros, donde los tiempos y las distancias los mensure el recuerdo.
Que este 2012 nos reconozcamos bajo la piel, los titulos o los dolores, como aquellos casi niños que fuimos, cuando el mundo empezaba a formarnos como los mejores doctores y hagamos de la geografía que nos atrape, un punto de unión...nuestros corazones...
Con cariño
Carolina Y
PD (que el Cielo nos bendiga con suficiente amor para completar la travesía).
sábado, diciembre 31, 2011
SINFONIA POR EL PERU
SINFONIA POR EL PERU
18 DE ENERO 2012
http://www.sinfoniaporelperu.org/
MISIÓN
Una Sinfonía por los niños y jóvenes del Perú
El Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles del Perú es una obra social inclusiva y de gran magnitud dedicada a la capacitación, prevención y recuperación de los grupos más vulnerables del país como son los niños y jóvenes sobre todo de bajos recursos.
Este Sistema es una red de orquestas y coros que representa un modelo probado mundialmente de cómo un programa de educación puede crear grandes músicos. Su misión es cambiar dramáticamente la vida de cientos de miles de niños del país ayudándolos en su desarrollo personal, intelectual, espiritual, social y profesional, y rescatándolos así de las posibles tentaciones que los desorientan y no les permiten salir adelante.
VISIÓN
Un país sembrado de orquestas
El Sistema tiene como visión consolidar un plan de desarrollo social y educacional para el país a través de la actividad musical masiva y descentralizada. Trabajando con altos estándares de excelencia y una mística de trabajo en equipo y gozo, sus actividades están diseñadas para impactar en niños y jóvenes fundamentalmente, pero extendiendo su alcance al resto de la comunidad que recibe los logros de los suyos con orgullo y una actitud positiva.
Carta de Juan Diego Flórez
Hace 17 años salí del Perú en busca de mi desarrollo personal y profesional. Por amor a la música me alejé de mi familia, mis amigos y de mi país, pero nunca alejé mi corazón de ninguno de ellos. Sé que gracias a la formación que recibí en mi hogar y en mi colegio, y a la amistad de personas generosas y comprometidas, logré varios de los objetivos que me había trazado desde muy niño.
Sin embargo, no quiero ser un caso de excepción en el Perú. Las cosas buenas que me han ocurrido deberían ser posibles para cualquier pequeño de nuestro país que busca construir sus sueños.
Estoy convencido de que la música es capaz de inspirar el crecimiento personal y profesional. La prueba es el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela. Miles de niños han asistido a este programa que, en sus 30 años de vida, ha contribuido a la formación de ciudadanos responsables, con pleno conocimiento de sus derechos y deberes.
En una orquesta, el niño o joven coexiste en ánimo de perfección y excelencia. Desarrolla su autoestima, sentido de responsabilidad, generosidad y liderazgo, y se convierte en modelo y orgullo para su familia. La orquesta, a su vez, pasa a ser polo esencial de la comunidad, la cual, orgullosa, se ve reflejada en ella, inspirada y motivada.
Con mucha ilusión y realismo, tengo la certeza de que el Perú puede desarrollar su propio Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles. Con el aporte de personas e instituciones con profundo compromiso social podremos impulsar a través de la música la formación de niños y jóvenes peruanos en ciudadanos responsables y comprometidos, y de esta manera alejarlos de la mala vida, con el gran objetivo de construir un país que viva una cultura de progreso y paz social.
Es sumamente grato para mí invitarlos a participar con nosotros en este hermoso proyecto de crear núcleos de enseñanza musical y así sembrar de orquestas y coros el Perú.
Juntos podemos escribir una Sinfonía para el Perú
Juan Diego Flórez
Concierto Inaugural: Orquesta Sinfónica Juvenil
Como algunos saben, “Sinfonía por el Perú” es un proyecto social liderado por Juan Diego Flórez.
Este Sistema busca rescatar a niños y jóvenes de bajos recursos de posibles conductas de riesgo como las drogas, el alcohol, la violencia y el trabajo infantil, formándolos artísticamente a través de la música y personalmente trabajando valores como la disciplina, la excelencia y el trabajo en equipo.
La Orquesta Sinfónica Juvenil “Sinfonía por el Perú” es el elenco principal del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles del Perú y está conformada por jóvenes músicos. Los niños que participan en los Núcleos son quienes una vez alcanzado un alto nivel musical, aspirarán a ser parte de ella.
En el Concierto se contará también con la participación especial de los niños de nuestros Núcleos, quienes mostrarán el avance que han obtenido durante el tiempo de enseñanza.
Esperamos contar con su apoyo, las entradas están a la venta YA en Teleticket.
"Entonemos juntos una Sinfonía por el Perú"
18 DE ENERO 2012
http://www.sinfoniaporelperu.org/
MISIÓN
Una Sinfonía por los niños y jóvenes del Perú
El Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles del Perú es una obra social inclusiva y de gran magnitud dedicada a la capacitación, prevención y recuperación de los grupos más vulnerables del país como son los niños y jóvenes sobre todo de bajos recursos.
Este Sistema es una red de orquestas y coros que representa un modelo probado mundialmente de cómo un programa de educación puede crear grandes músicos. Su misión es cambiar dramáticamente la vida de cientos de miles de niños del país ayudándolos en su desarrollo personal, intelectual, espiritual, social y profesional, y rescatándolos así de las posibles tentaciones que los desorientan y no les permiten salir adelante.
VISIÓN
Un país sembrado de orquestas
El Sistema tiene como visión consolidar un plan de desarrollo social y educacional para el país a través de la actividad musical masiva y descentralizada. Trabajando con altos estándares de excelencia y una mística de trabajo en equipo y gozo, sus actividades están diseñadas para impactar en niños y jóvenes fundamentalmente, pero extendiendo su alcance al resto de la comunidad que recibe los logros de los suyos con orgullo y una actitud positiva.
Carta de Juan Diego Flórez
Hace 17 años salí del Perú en busca de mi desarrollo personal y profesional. Por amor a la música me alejé de mi familia, mis amigos y de mi país, pero nunca alejé mi corazón de ninguno de ellos. Sé que gracias a la formación que recibí en mi hogar y en mi colegio, y a la amistad de personas generosas y comprometidas, logré varios de los objetivos que me había trazado desde muy niño.
Sin embargo, no quiero ser un caso de excepción en el Perú. Las cosas buenas que me han ocurrido deberían ser posibles para cualquier pequeño de nuestro país que busca construir sus sueños.
Estoy convencido de que la música es capaz de inspirar el crecimiento personal y profesional. La prueba es el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela. Miles de niños han asistido a este programa que, en sus 30 años de vida, ha contribuido a la formación de ciudadanos responsables, con pleno conocimiento de sus derechos y deberes.
En una orquesta, el niño o joven coexiste en ánimo de perfección y excelencia. Desarrolla su autoestima, sentido de responsabilidad, generosidad y liderazgo, y se convierte en modelo y orgullo para su familia. La orquesta, a su vez, pasa a ser polo esencial de la comunidad, la cual, orgullosa, se ve reflejada en ella, inspirada y motivada.
Con mucha ilusión y realismo, tengo la certeza de que el Perú puede desarrollar su propio Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles. Con el aporte de personas e instituciones con profundo compromiso social podremos impulsar a través de la música la formación de niños y jóvenes peruanos en ciudadanos responsables y comprometidos, y de esta manera alejarlos de la mala vida, con el gran objetivo de construir un país que viva una cultura de progreso y paz social.
Es sumamente grato para mí invitarlos a participar con nosotros en este hermoso proyecto de crear núcleos de enseñanza musical y así sembrar de orquestas y coros el Perú.
Juntos podemos escribir una Sinfonía para el Perú
Juan Diego Flórez
Concierto Inaugural: Orquesta Sinfónica Juvenil
"Sinfonía por el Perú"
18 DE ENERO 2012
“Sinfonía por el Perú” en colaboración con la Municipalidad Metropolitana de Lima tienen el agrado de convocarlos a participar a través de la donación de entradas del Concierto Inaugural de la Orquesta Sinfónica Juvenil “Sinfonía por el Perú” dirigida por Espartaco Lavalle. Este Concierto contará con la presencia de Juan Diego Flórez.
El evento se realizará el 18 de enero en el Teatro Municipal de Lima y todo lo recaudado será a beneficio del proyecto social “Sinfonía por el Perú”Como algunos saben, “Sinfonía por el Perú” es un proyecto social liderado por Juan Diego Flórez.
Este Sistema busca rescatar a niños y jóvenes de bajos recursos de posibles conductas de riesgo como las drogas, el alcohol, la violencia y el trabajo infantil, formándolos artísticamente a través de la música y personalmente trabajando valores como la disciplina, la excelencia y el trabajo en equipo.
La Orquesta Sinfónica Juvenil “Sinfonía por el Perú” es el elenco principal del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles del Perú y está conformada por jóvenes músicos. Los niños que participan en los Núcleos son quienes una vez alcanzado un alto nivel musical, aspirarán a ser parte de ella.
En el Concierto se contará también con la participación especial de los niños de nuestros Núcleos, quienes mostrarán el avance que han obtenido durante el tiempo de enseñanza.
Esperamos contar con su apoyo, las entradas están a la venta YA en Teleticket.
"Entonemos juntos una Sinfonía por el Perú"
viernes, diciembre 30, 2011
DON BLANQUITO
Se llama Alex Cutler (30), nacio en Estados Unidos en una famila judia de altos recursos economicos, se crio en Los Angeles, fue enviado a un internado privado para estudiar. Luego en la universidad se graduo en finanzas y obtuvo una maestria en administracion de negocios .... todo indicaba que terminaria trabajando en Wall Street para el sistema financiero...
Pero no fue asi,... termino viviendo en Brasil en una favela, donde compro una casa por veinte mil dolares y se dedica a escribir y cantar musica brasilera llamada "funk brasilero", su musica en vez de enfatizar la violencia, se dedica a exaltar la belleza y la sensualidad de la mujer brasilera....
se le conoce como "DON BLANQUITO".
http://www.donblanquito.com/index_p.php
Don Blanquito Official Rio Video. 2016 Olympics. 2016 Olympiados no Rio De Janeiro
http://youtu.be/tJptIRv6rKg
Na Favela
http://youtu.be/QbAL4h4ejIo
Mais
http://youtu.be/9m-191IZeuk
Californian With an M.B.A. Follows His Heart to Brazilian Funk
NOVA IGUAÇU, Brazil — The train to this city on Rio de Janeiro’s edge carries passengers from the urban underclass chasing dreams big and small: teenagers trying out for a soccer club, a maid studying to be a nurse, a knife salesman plying his trade in the aisles.
Then there is the 30-year-old American in a U.C.L.A. Bruins shirt, equipped with an M.B.A. and a fluency in Portuguese that one acquires only in Rio’s favelas, or slums.
“That’s Don Blanquito,” said Claudia de Oliveira, 21, a commuter who smiled in admiration of the American before stepping off the train in the Mesquita district. “He’s the most courageous gringo in all of Rio.”
It is not every day that an American gains household-name status in Rio’s gritty periphery, much less with a nickname that translates roughly as “Sir Whiteboy.” It is even rarer that he does so as a singer and a composer of Brazilian funk, a musical genre that emerged in the favelas.
But Don Blanquito, whose real name is Alex Cutler, is not just any American.
“I know it must seem insane to find a white guy from California in this scene,” said Mr. Cutler, who earned an undergraduate degree from Northeastern University and an M.B.A. from Pompeu Fabra University in Barcelona. “I could’ve gone to Wall Street, eating at Nobu every night. But the funk world is where I found myself.”
Brazilian funk, not to be confused with the classic sounds of James Brown or Parliament-Funkadelic, is American hip-hop’s rapid-fire cousin, influenced by the Miami Bass style in the United States while blending in elements of local rap, samba and techno.
The result, with lyrics that often graphically celebrate the sensuality of Rio’s women and the exploits of its drug lords, is not for the faint of heart. Samples of machine-gun fire are blended into prerecorded beats, and some funk shows have turned into riotous bacchanals.
The most explicitly violent songs, those considered by the Brazilian police to incite violence, are illegal, putting them in a league with other Latin American outlaw musical genres like Colombia’s “prohibited ballads,” which celebrate guerrillas and paramilitary warlords.
In a musical subculture that still frightens and fascinates many residents of the self-described noble seaside districts literally in the shadow of Rio’s hillside favelas, Mr. Cutler talks the talk. His Portuguese flows with roguish street terminology and self-deprecating wisecracks, a stream-of-consciousness commentary that would merit at least an R rating.
And unlike many fair-weather foreigners who frequent Rio for its beaches, he also walks the walk. He performs here in the gritty city of Nova Iguaçu and other sketchy parts of the Baixada Fluminense, the patchwork of poor districts on Rio’s periphery. He has put down stakes in Tabajaras, a favela perched atop Copacabana, where he paid $20,000 in cash for a tiny house where he lives with his girlfriend, Yasmin Leiros.
Tabajaras is a long way from Los Angeles, where Mr. Cutler was raised in an affluent Jewish household, before attending Berkshire, a Massachusetts boarding school. (His Anglo-sounding surname, he jokes, was changed by an ancestor who emigrated from Russia, thinking it sounded like “cutlery.”)
Mr. Cutler clawed his way into the funk world from the ground level, after earlier efforts rapping in Spanish in the United States and then the Dominican Republic. He said he was drawn to rap, and later to funk, by the sense of incomparable adventure these genres offered compared with working in an office. The brother of a Dominican girlfriend christened him Don Blanquito, a name he kept.
After moving here four years ago, Mr. Cutler traveled by bus and train each weekend to the Baixada Fluminense, where he distributed his music to prominent D.J.’s. Cutting his teeth in these clubs, ducking bullets sometimes when gunfights broke out, he says he found his calling.
He relies on what he calls guerrilla marketing, passing out CDs to passengers on train cars, as well as T-shirts and condoms emblazoned with “Don Blanquito.”
“I want my fans to laugh a little and remember me, even if it’s during one of those intimate moments,” he explained.
Humor also offers a way to co-opt the comic incongruity of his position. When specialists in Rio’s funk scene hear his unlikely tale, they expect to encounter some type of gagman, or a white foreign provocateur appropriating a largely black music scene, an Eminem or an Ali G, the satirical hip-hop poseur created by the British comedian Sacha Baron Cohen.
During a recent show at a club in São João de Meriti, jaws dropped among some who did not know what to make of the American on stage.
But Mr. Cutler overcame the skepticism. Some of his appeal has to do with the novelty of an American in quarters where few foreigners dare to tread. Some fans like the way he glorifies big appetites for Brazil’s sensual pursuits or the gyrating female dancers accompanying him.
“Don Blanquito’s coming at it from the bottom up, not imposing his own aesthetic as much as possible, but working within existing structures to make his music,” said Paul Sneed, a professor at the University of Kansas who has written widely on Brazilian funk.
His success has made him something of a celebrity. On Rio’s streets, fans rush up to take photos with him on their cellphones. A performance on a prominent television talk show in February brightened his star.
“I trended ahead of Qaddafi on Twitter that day,” he said with typical bravado.
While Mr. Cutler specializes in what he calls “funk light,” emphasizing racy lyrics but eschewing the celebration of violence, he knows that the broader funk scene is evolving as Rio’s favelas are increasingly pacified by security forces, squeezing out the rawer, more bellicose singers favored by drug traffickers and their minions.
He is contemplative about the changing nature of funk, even acknowledging that his own days performing it may be numbered, despite the new opportunities for purveyors of “funk light.” Maybe it has something to do with the realization that fame is fleeting. Maybe it involves turning 30 in a young man’s world. And maybe it is because, despite his celebrity, making ends meet as a funk singer is not easy.
He has already diversified, taking a day job selling event equipment for a multinational.
But his heart remains in the slums where funk was born. He is buying a bigger house in Tabajaras, a pacified favela. A shabby affair commanding a stunning view, the property befits a figure who cracked Rio’s code.
“I’m staying in the favela,” he said. “I don’t know if I’ll sing funk forever, but I know what it’s like to do music that trembles your soul.”
By SIMON ROMERO
http://www.nytimes.com/
http://youtu.be/oLtN6tPesvg
http://youtu.be/XH2fPZgo6Zk
http://video.nytimes.com/video/2011/12/25/world/americas/100000001222292/rio-funk-american-style.html
martes, diciembre 27, 2011
LOS BRICHEROS
LOS "BRICHEROS" :
origen: hembritas= hembrichis-
brichis-
brichero
Más de dos millones de personas visitaron Perú en 2010 y el turismo es un negocio que crece a paso agigantado en el país de los incas. El Cusco, la antigua capital del Imperio del Tahuantinsuyo, era una pequeña ciudad de provincia a principios de los años 80, hoy es una de las ciudades más turísticas de América Latina y toda su estructura económica ha sido tocada por esta industria. Aunque es una actividad que recién comienza a desarrollarse, ya ha manifestado su influencia en las creencias y valores de los peruanos.
En los años 80 se impuso un personaje que ha cobrado vida propia en el imaginario popular de los peruanos, el brichero. Para Luis Nieto Degregori, uno de los escritores que más ha investigado el tema, los bricheros son gigolós andinos, buscavidas que van tras las extranjeras presentándose como la encarnación de la mitología andina. El brichero “vende” a los extranjeros una imagen y un discurso. Cabello largo, poncho, chanclas y un relato étnico, mágico, religioso.
Pero no estamos solo frente a un personaje de carne y hueso. En el imaginario popular representa “el paradigma de éxito personal, turístico y comercial de la generación joven”, según el médico psiquiatra Teobaldo Llosa. Por ello es protagonista de comerciales de televisión. Hace poco una marca de cerveza presentó un aviso donde una voz en off se pregunta: “¿Cuál el es peruano que conquista el mundo?” Esa misma voz se responde: “Brichero. ¡Arriba Perú!”. Mientras intentamos descifrar en qué pensaba ese creativo publicitario vemos en la pantalla a un tipo flaco, de facciones andinas y cabello largo que lleva puestas una vincha y un chaleco con flequillos, y está rodeado de una decena de rubias ansiosas por tocarlo. En unas de sus columnas de humor, el escritor Luis Freire, formula una pregunta trascendental: “¿Qué peruano o peruana no lleva un brichero en el corazón?” Él mismo responde así: “Lo rubio nos mata, nos condena y enloquece”.
El triángulo conformado por la colectividad peruana, el brichero y “lo rubio” es una vorágine que Luis Nieto Degregori sintetiza como un rechazo casi generalizado de la comunidad hacia los bricheros: “Manifestamos aversión a los bricheros porque para ser uno tienes que ser indígena. También porque el brichero ha confrontado a los peruanos con sus complejos de inferioridad. La mayoría de peruanos ve como superiores a los blancos, ellos son la encarnación del prototipo de belleza y el brichero al acceder a este prototipo de belleza, despierta sentimientos encontrados que van desde el odio hasta la burla. ¿Por qué? No se puede entender que un indio pueda tener éxito con una extranjera”.
El bricherismo nació cuando el mundo descubrió al Cusco gracias a la actividad turística. En los 70, Cusco era una pequeña ciudad de provincia con una sociedad cerrada y estamental que separaba claramente a los más ricos, a los de clase media y a los indios, quienes vivían un estado de servidumbre.
El turismo creó una revolución en el modo de pensar del cusqueño promedio de ese entonces.
Junto con los visitantes llegaron nuevas ideas: la igualdad entre personas, el amor libre, la libertad sexual de las mujeres.
Tito Roa, socio principal de la célebre discoteca Ukukus, nos cuenta que la primera vez que escuchó una historia sobre bricheros fue en 1982, a los 16 años, cuando vendía artesanía en la Plaza de Armas. “Les decían así, porque ellos siempre hablaban de sus hembritas extranjeras, de sus hembrichis, de sus brichis y así es como alguien comienza a denominarlos bricheros”.
Según Roa, quien trabaja hace 30 años en uno de los locales más clásicos de la noche cusqueña, los primeros bricheros no tenían mayor pretensión que solo salir con gringas. “Ni siquiera se vestían con poncho, sombrero y plumas. Al principio, todas eran historias de amor, de grandes pasiones”.
Con el incremento del turismo en Cusco, no solo llegaron más turistas, con ellos llegaron artesanos de todos lados, en especial del norte del Perú. Son ellos quienes configuran la imagen del brichero como tal. Ellos toman el atuendo de los cusqueños: el poncho, las chanclas, la bincha. No solo asumen la imagen, también adoptan el mágico discurso de la cultura andina: hablan de los Apus, la Pachamama, la hoja de coca.
Roa sostiene que son ellos quienes cambian el significado de brichear porque descubren que el término.
suena también a bridge y que las gringas pueden convertirse en un puente perfecto para salir del país y buscar un mejor futuro. En esa época, el Perú vivía una de sus peores épocas al tener la inflación más alta del planeta y un movimiento terrorista que terminó con la vida de 69,280 personas.
Lo que resulta paradójico es que en un país como el Perú, que tiene bajos índices de lectura, el brichero haya sido introducido al imaginario popular a través de la literatura. Mario Guevara, un escritor cusqueño de 45 años, que confiesa haber sido un brichero, es el autor del famoso cuento “Cazador de Gringas” que fue publicado en 1995. Bastó con un reportaje de televisión para que la noticia se expandiera masivamente. Desde entonces se han escrito cuentos, novelas, poemas, reportajes e, incluso, hace poco se estrenó la película “La Gringa”, basada en el cuento de Guevara.
Dos días por las calles de Cusco y no están los bricheros. En las discotecas no se les ve. No hay rastro de ellos. No están en la Plaza de Armas, no están en Sacsayhuaman. Han faltado a la celebración de los cien años del descubrimiento de Machu Picchu.
Dos días antes de aterrizar en Cusco, Mochi, ex brichera, me advirtió que no iba a encontrar a sus pares en la sierra. Conversamos en su casa de Magdalena del Mar, un barrio limeño de clase media que mira al mar a través de una espesa niebla. “No sé por qué, pero ya no hay bricheros en Cusco. Creo que todos se han ido. Si aún están en Cusco ya están muy viejos para ligar con gringas. En cambio, lo que sí vas a ver, es un montón de bricheras”.
En la discoteca The Lek, la advertencia de Mochi se hace realidad. El ritmo ensordecedor de la música electrónica enloquece a un grupo de chicas. Se agrupan en parejas y conversan entre ellas. Son bricheras, pero ya no hablan de apus, el mensaje es directo como un sms: “Cómprame un trago”. Son latinas desenfadadas de piel bronceada, minifalda y tacón. Parecen salidas de un capítulo del reality de MTV Jersey Shore.
Viven de los gringos y tienen como meta casarse con uno para dejar la pobreza. Pero mientras encuentran un esposo, se divierten con otros gringos y viven de ellos. Y las relaciones que entablan están adornadas por el romance.
Edith Vega, propietaria de una agencia de viajes, nos cuenta que las bricheras son también las principales jaladoras de las discotecas de la Plaza de Armas. “Ellas son las que llevan a los gringos a los locales. Si no les permites entrar, te sabotean... Estoy segura de que reciben un porcentaje de todos los tragos que consume el turista en una discoteca”.
Jeff Murray es californiano, vive hace cinco años en Cusco y trabaja como profesor de castellano. Antes de tomar su cuba libre, en el pub irlandés, nos cuenta que cuando llegó al Cusco le sorprendió que todos los bares y discotecas estuvieran llenos de chicas bonitas. La sorpresa se convirtió en sospecha cuando cayó en cuenta de que las chicas eran siempre las mismas. “Estuve con varias de estas flacas. Nunca pagué por sexo, pero siempre tenía que invitarlas a cenar, darles dinero y siempre comienzan con la historia de que necesitan plata para algo urgente y es ahí cuando tienes que terminar la relación”.
Luego de pulular varios días en discotecas como Mythology, Inka Team, Mamá África y The Sky, logré contactarme con Mayra. No fue fácil. A ellas no les interesan los morenos como yo.
Mayra es una brichera de Chiclayo, una ciudad del norte del Perú, muy lejos de Cusco. Nos vimos una tarde en un bar. Para ella, una brichera es solamente una chica a la que le gusta salir con gringos. Está en Cusco desde hace tres años pero solo en los periodos que van desde abril hasta agosto. Sus estancias coinciden con la temporada alta de turismo.
Como nos había advertido Mochi en Lima, las bricheras viajan en verano a las concurridas y turísticas playas de Máncora, al norte del Perú, o a Montañitas, al sur de Ecuador, paraíso surfer del Océano Pacífico con dulce olor a marihuana y langostas a tan solo 8 dólares. El resto del año prueban suerte en Cusco, capturan a sus primeros gringos en la Calle de las Pizzas, –un concurrido boulevard turístico limeño–, o los encuentran en los tragamonedas de algunos hoteles miraflorinos. “Las coleguitas”, como confiesa Mochi que se llaman entre ellas, se reconocen al primer vistazo.
A Mayra le gustan los europeos y los estadounidenses y nos confiesa que está sola desde hace ocho meses. Su amiga ríe y la delata: “está sola desde hace dos días”. Luego se aleja cuando la fotógrafa saca su cámara.
Estuvo cinco años casada con un estadounidense y tuvo una hija. Tiene 25 años y los últimos meses los dedicó a recorrer Latinoamérica, “tú sabes, en el camino conoces gente”.
Se queja de que las cusqueñas no se asumen como bricheras, en cambio ella tiene la mentalidad más abierta y dice que sí, que eso es lo que ella es. “Las latinas somos muy cariñosas y ardientes y eso les gusta a los chicos. Pero yo preferiría que si un chico se enamora de mí, se quede conmigo porque a mí me gusta el Perú. Yo ya estuve en Estados Unidos y ahí no es la voz quedarse”.
“¿Cómo te convertiste en brichera?”, le pregunto. “Una amiga me dijo: vamos a Cusco de vacaciones, ahí hay montones de turistas. Y bueno, fui a una discoteca, me emborraché, conocí a un chico, nos besamos y después pasó lo que pasó. Al día siguiente lo volví a ver. Estuve dos o tres semanas con él, creo. Él se fue y finalmente me gustaron los gringos. Son buenazos además” me responde.
No encontramos a los bricheros en Cusco. Por eso vine al burgués y apacible barrio de Miraflores, en Lima, para que Víctor Vich, el prestigioso ensayista y crítico literario peruano, nos dé una pista. Quizá por romper el hielo le digo que los bricheros son unos “vivos”. Pero para él son solo personas que responden con eficiencia una necesidad del mercado. “Los turistas saturados del primer mundo, de la modernidad, se encuentran ávidos de consumir una cultura diferente. Ellos aspiran a que su viaje a un país exótico los saque de la rutina y los haga entrar en contacto con el mundo auténtico y tradicional. En los países ricos existe la creencia de que la autenticidad se ha perdido y que sólo pueden encontrarla en el pasado o en algunos países lejanos y exóticos como el Perú”.
Insisto en mi búsqueda y le pregunto entonces dónde están estos bricheros. Él sostiene que ya no están más pero devela un hallazgo aún más sorprendente. “Es el Estado peruano el que ha asumido la esencia del bricherismo”.
Según él, la estructura básica del bricherismo es ofrecer la imagen y el discurso que el turista quiere escuchar. El Estado peruano hace lo mismo en su promoción turística ante el mundo. El Perú se vende como país indígena, un país viejo, el país de los incas. Vende una imagen y un discurso de exotismo. Pero lo que vemos acá es todo lo contrario, en el Perú lo que menos le interesa al Estado es su pasado, su identidad indígena. “Toda esa imagen y ese discurso es puro simulacro para afuera, porque para adentro las políticas estatales no lo reflejan, no hay una revalorización del idioma quechua, de la educación bilingüe, no hay interés por las lenguas indígenas amazónicas, no hay un cese de la marginación y el racismo. Es más, el expresidente decía que los indígenas son ciudadanos de segunda clase”.
¿Es ahí dónde está encaramado el brichero que buscamos en Lima y Cusco? Es posible. Lo único cierto es que el inca moderno que enamoraba a pieles pálidas no está más, la magia o el embuste se perdió para siempre en alguna fría calle empedrada a más de 3,400 metros sobre el nivel del mar.
http://noticiasec.terra.com.ec/shared/reportero/infografias/los-bricheros/
origen: hembritas= hembrichis-
brichis-
brichero
Más de dos millones de personas visitaron Perú en 2010 y el turismo es un negocio que crece a paso agigantado en el país de los incas. El Cusco, la antigua capital del Imperio del Tahuantinsuyo, era una pequeña ciudad de provincia a principios de los años 80, hoy es una de las ciudades más turísticas de América Latina y toda su estructura económica ha sido tocada por esta industria. Aunque es una actividad que recién comienza a desarrollarse, ya ha manifestado su influencia en las creencias y valores de los peruanos.
En los años 80 se impuso un personaje que ha cobrado vida propia en el imaginario popular de los peruanos, el brichero. Para Luis Nieto Degregori, uno de los escritores que más ha investigado el tema, los bricheros son gigolós andinos, buscavidas que van tras las extranjeras presentándose como la encarnación de la mitología andina. El brichero “vende” a los extranjeros una imagen y un discurso. Cabello largo, poncho, chanclas y un relato étnico, mágico, religioso.
Pero no estamos solo frente a un personaje de carne y hueso. En el imaginario popular representa “el paradigma de éxito personal, turístico y comercial de la generación joven”, según el médico psiquiatra Teobaldo Llosa. Por ello es protagonista de comerciales de televisión. Hace poco una marca de cerveza presentó un aviso donde una voz en off se pregunta: “¿Cuál el es peruano que conquista el mundo?” Esa misma voz se responde: “Brichero. ¡Arriba Perú!”. Mientras intentamos descifrar en qué pensaba ese creativo publicitario vemos en la pantalla a un tipo flaco, de facciones andinas y cabello largo que lleva puestas una vincha y un chaleco con flequillos, y está rodeado de una decena de rubias ansiosas por tocarlo. En unas de sus columnas de humor, el escritor Luis Freire, formula una pregunta trascendental: “¿Qué peruano o peruana no lleva un brichero en el corazón?” Él mismo responde así: “Lo rubio nos mata, nos condena y enloquece”.
El triángulo conformado por la colectividad peruana, el brichero y “lo rubio” es una vorágine que Luis Nieto Degregori sintetiza como un rechazo casi generalizado de la comunidad hacia los bricheros: “Manifestamos aversión a los bricheros porque para ser uno tienes que ser indígena. También porque el brichero ha confrontado a los peruanos con sus complejos de inferioridad. La mayoría de peruanos ve como superiores a los blancos, ellos son la encarnación del prototipo de belleza y el brichero al acceder a este prototipo de belleza, despierta sentimientos encontrados que van desde el odio hasta la burla. ¿Por qué? No se puede entender que un indio pueda tener éxito con una extranjera”.
El bricherismo nació cuando el mundo descubrió al Cusco gracias a la actividad turística. En los 70, Cusco era una pequeña ciudad de provincia con una sociedad cerrada y estamental que separaba claramente a los más ricos, a los de clase media y a los indios, quienes vivían un estado de servidumbre.
El turismo creó una revolución en el modo de pensar del cusqueño promedio de ese entonces.
Junto con los visitantes llegaron nuevas ideas: la igualdad entre personas, el amor libre, la libertad sexual de las mujeres.
Tito Roa, socio principal de la célebre discoteca Ukukus, nos cuenta que la primera vez que escuchó una historia sobre bricheros fue en 1982, a los 16 años, cuando vendía artesanía en la Plaza de Armas. “Les decían así, porque ellos siempre hablaban de sus hembritas extranjeras, de sus hembrichis, de sus brichis y así es como alguien comienza a denominarlos bricheros”.
Según Roa, quien trabaja hace 30 años en uno de los locales más clásicos de la noche cusqueña, los primeros bricheros no tenían mayor pretensión que solo salir con gringas. “Ni siquiera se vestían con poncho, sombrero y plumas. Al principio, todas eran historias de amor, de grandes pasiones”.
Con el incremento del turismo en Cusco, no solo llegaron más turistas, con ellos llegaron artesanos de todos lados, en especial del norte del Perú. Son ellos quienes configuran la imagen del brichero como tal. Ellos toman el atuendo de los cusqueños: el poncho, las chanclas, la bincha. No solo asumen la imagen, también adoptan el mágico discurso de la cultura andina: hablan de los Apus, la Pachamama, la hoja de coca.
Roa sostiene que son ellos quienes cambian el significado de brichear porque descubren que el término.
suena también a bridge y que las gringas pueden convertirse en un puente perfecto para salir del país y buscar un mejor futuro. En esa época, el Perú vivía una de sus peores épocas al tener la inflación más alta del planeta y un movimiento terrorista que terminó con la vida de 69,280 personas.
Lo que resulta paradójico es que en un país como el Perú, que tiene bajos índices de lectura, el brichero haya sido introducido al imaginario popular a través de la literatura. Mario Guevara, un escritor cusqueño de 45 años, que confiesa haber sido un brichero, es el autor del famoso cuento “Cazador de Gringas” que fue publicado en 1995. Bastó con un reportaje de televisión para que la noticia se expandiera masivamente. Desde entonces se han escrito cuentos, novelas, poemas, reportajes e, incluso, hace poco se estrenó la película “La Gringa”, basada en el cuento de Guevara.
Dos días por las calles de Cusco y no están los bricheros. En las discotecas no se les ve. No hay rastro de ellos. No están en la Plaza de Armas, no están en Sacsayhuaman. Han faltado a la celebración de los cien años del descubrimiento de Machu Picchu.
Dos días antes de aterrizar en Cusco, Mochi, ex brichera, me advirtió que no iba a encontrar a sus pares en la sierra. Conversamos en su casa de Magdalena del Mar, un barrio limeño de clase media que mira al mar a través de una espesa niebla. “No sé por qué, pero ya no hay bricheros en Cusco. Creo que todos se han ido. Si aún están en Cusco ya están muy viejos para ligar con gringas. En cambio, lo que sí vas a ver, es un montón de bricheras”.
En la discoteca The Lek, la advertencia de Mochi se hace realidad. El ritmo ensordecedor de la música electrónica enloquece a un grupo de chicas. Se agrupan en parejas y conversan entre ellas. Son bricheras, pero ya no hablan de apus, el mensaje es directo como un sms: “Cómprame un trago”. Son latinas desenfadadas de piel bronceada, minifalda y tacón. Parecen salidas de un capítulo del reality de MTV Jersey Shore.
Viven de los gringos y tienen como meta casarse con uno para dejar la pobreza. Pero mientras encuentran un esposo, se divierten con otros gringos y viven de ellos. Y las relaciones que entablan están adornadas por el romance.
Edith Vega, propietaria de una agencia de viajes, nos cuenta que las bricheras son también las principales jaladoras de las discotecas de la Plaza de Armas. “Ellas son las que llevan a los gringos a los locales. Si no les permites entrar, te sabotean... Estoy segura de que reciben un porcentaje de todos los tragos que consume el turista en una discoteca”.
Jeff Murray es californiano, vive hace cinco años en Cusco y trabaja como profesor de castellano. Antes de tomar su cuba libre, en el pub irlandés, nos cuenta que cuando llegó al Cusco le sorprendió que todos los bares y discotecas estuvieran llenos de chicas bonitas. La sorpresa se convirtió en sospecha cuando cayó en cuenta de que las chicas eran siempre las mismas. “Estuve con varias de estas flacas. Nunca pagué por sexo, pero siempre tenía que invitarlas a cenar, darles dinero y siempre comienzan con la historia de que necesitan plata para algo urgente y es ahí cuando tienes que terminar la relación”.
Luego de pulular varios días en discotecas como Mythology, Inka Team, Mamá África y The Sky, logré contactarme con Mayra. No fue fácil. A ellas no les interesan los morenos como yo.
Mayra es una brichera de Chiclayo, una ciudad del norte del Perú, muy lejos de Cusco. Nos vimos una tarde en un bar. Para ella, una brichera es solamente una chica a la que le gusta salir con gringos. Está en Cusco desde hace tres años pero solo en los periodos que van desde abril hasta agosto. Sus estancias coinciden con la temporada alta de turismo.
Como nos había advertido Mochi en Lima, las bricheras viajan en verano a las concurridas y turísticas playas de Máncora, al norte del Perú, o a Montañitas, al sur de Ecuador, paraíso surfer del Océano Pacífico con dulce olor a marihuana y langostas a tan solo 8 dólares. El resto del año prueban suerte en Cusco, capturan a sus primeros gringos en la Calle de las Pizzas, –un concurrido boulevard turístico limeño–, o los encuentran en los tragamonedas de algunos hoteles miraflorinos. “Las coleguitas”, como confiesa Mochi que se llaman entre ellas, se reconocen al primer vistazo.
A Mayra le gustan los europeos y los estadounidenses y nos confiesa que está sola desde hace ocho meses. Su amiga ríe y la delata: “está sola desde hace dos días”. Luego se aleja cuando la fotógrafa saca su cámara.
Estuvo cinco años casada con un estadounidense y tuvo una hija. Tiene 25 años y los últimos meses los dedicó a recorrer Latinoamérica, “tú sabes, en el camino conoces gente”.
Se queja de que las cusqueñas no se asumen como bricheras, en cambio ella tiene la mentalidad más abierta y dice que sí, que eso es lo que ella es. “Las latinas somos muy cariñosas y ardientes y eso les gusta a los chicos. Pero yo preferiría que si un chico se enamora de mí, se quede conmigo porque a mí me gusta el Perú. Yo ya estuve en Estados Unidos y ahí no es la voz quedarse”.
“¿Cómo te convertiste en brichera?”, le pregunto. “Una amiga me dijo: vamos a Cusco de vacaciones, ahí hay montones de turistas. Y bueno, fui a una discoteca, me emborraché, conocí a un chico, nos besamos y después pasó lo que pasó. Al día siguiente lo volví a ver. Estuve dos o tres semanas con él, creo. Él se fue y finalmente me gustaron los gringos. Son buenazos además” me responde.
No encontramos a los bricheros en Cusco. Por eso vine al burgués y apacible barrio de Miraflores, en Lima, para que Víctor Vich, el prestigioso ensayista y crítico literario peruano, nos dé una pista. Quizá por romper el hielo le digo que los bricheros son unos “vivos”. Pero para él son solo personas que responden con eficiencia una necesidad del mercado. “Los turistas saturados del primer mundo, de la modernidad, se encuentran ávidos de consumir una cultura diferente. Ellos aspiran a que su viaje a un país exótico los saque de la rutina y los haga entrar en contacto con el mundo auténtico y tradicional. En los países ricos existe la creencia de que la autenticidad se ha perdido y que sólo pueden encontrarla en el pasado o en algunos países lejanos y exóticos como el Perú”.
Insisto en mi búsqueda y le pregunto entonces dónde están estos bricheros. Él sostiene que ya no están más pero devela un hallazgo aún más sorprendente. “Es el Estado peruano el que ha asumido la esencia del bricherismo”.
Según él, la estructura básica del bricherismo es ofrecer la imagen y el discurso que el turista quiere escuchar. El Estado peruano hace lo mismo en su promoción turística ante el mundo. El Perú se vende como país indígena, un país viejo, el país de los incas. Vende una imagen y un discurso de exotismo. Pero lo que vemos acá es todo lo contrario, en el Perú lo que menos le interesa al Estado es su pasado, su identidad indígena. “Toda esa imagen y ese discurso es puro simulacro para afuera, porque para adentro las políticas estatales no lo reflejan, no hay una revalorización del idioma quechua, de la educación bilingüe, no hay interés por las lenguas indígenas amazónicas, no hay un cese de la marginación y el racismo. Es más, el expresidente decía que los indígenas son ciudadanos de segunda clase”.
¿Es ahí dónde está encaramado el brichero que buscamos en Lima y Cusco? Es posible. Lo único cierto es que el inca moderno que enamoraba a pieles pálidas no está más, la magia o el embuste se perdió para siempre en alguna fría calle empedrada a más de 3,400 metros sobre el nivel del mar.
http://noticiasec.terra.com.ec/shared/reportero/infografias/los-bricheros/
lunes, diciembre 26, 2011
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