La alternativa de Sundance
Festival de Cine Internacional Sundance se celebra anualmente las dos últimas semanas de enero en el poblado de Park City, cerca de Salt Lake City, la capital del estado de Utah en Estados Unidos.
El festival surgió de una idea de Robert Redford en 1980. Quería dar una oportunidad a jóvenes creadores ajenos todavía a la gran industria de Hollywood. En un principio Sundance fue un instituto de cinematografía pero pronto vio la necesidad de mostrar al público los trabajos que los jóvenes creadores realizaban por lo que en 1983 Redford creó el Festival de Cine de Sundance, ahora mismo el festival de cine independiente más importante del mundo.
Lo curioso es el nombre del festival: Sundance. Este es el nombre del personaje que Robert Redford interpretó en 1969 en Dos hombres y un destino, Butch Cassidi and Sundance The Kid (Butch interpretado por Paul Newman)
De este festival han salido grandes cineastas como Quentin Tarantino o los hermanos Coen.
Como el mismo artífice de Sundance ha comentado en numerosas ruedas de prensa durante todos estos años esto no es anti-hollywood.
Redford fundó el Festival Sundance en las heladas montañas del estado de Utah, simbólicamente alejado de Hollywood.
Desde entonces se ha convertido en una vitrina sin igual para el cine estadounidense hecho fuera de Hollywood y, de alguna manera, víctima de su éxito.
Mientras los grandes estudios son cada vez más cautelosos y confían sólo en fórmulas conocidas, producciones alternativas han sorprendido al alcanzar un éxito enorme tras ser lanzadas en el Sundance.
Su atractivo era precisamente ser distintas y Sundance es el festival de las películas sin fórmula, pero la crítica empezó a decir que la no-fórmula se había convertido en una fórmula en sí.
Hoy en día, Hollywood recurre a Sundance para encontrar el próximo éxito alternativo: una obra que merezca un Óscar del que la Academia pueda sentirse orgullosa -pero el galardón sigue siendo considerado por algunos como un enemigo de la integridad artística.
Pero el éxito del festival no mengua, sigue generando un gran interés.
En el 2004, por primera vez en los 23 años de historia del Festival de Cine de Sundance, la meca del cine independiente, concurso una película filmada en español.
"María, llena de gracia" es la historia de una colombiana que debe decidir si se presta a transportar drogas a Estados Unidos para escapar su precaria realidad.
En su debut como director de largometrajes, Joshua Marston -autor de varios cortos premiados- se animó a rodarlo en español, a pesar de que escribió el guión en inglés, pues la historia lo requería y por el interés de expandir el cine en español.
Además de "María", otras voces en español se escucharon en las salas de cine en Park City, Utah, con la presentación -fuera de concurso- de películas iberoamericanas como "Diarios de motocicleta" , con Gael García Bernal en el papel del Che Guevara y "Perfecto amor equivocado", una coproducción cubano-española.
En el 2007: "COCALERO"
Evo aparece en Sundance
"Ese elemento de niño-hombre que tiene Evo Morales fue una de las cosas que más me llamó la atención", confiesa a BBC Mundo el cineasta ecuatoriano Alejandro Landes.
Su película sobre el presidente de Bolivia, "Cocalero", se estrena este lunes en el festival de cine independiente Sundance, en Estados Unidos, tras ser seleccionada entre mil documentales de todo el mundo.
Esta producción de bajo presupuesto es un retrato íntimo de Morales durante la campaña electoral que lo llevó a la presidencia a fines de 2005, y su exhibición coincide -por una de esas oportunas casualidades- con el aniversario de la toma de posesión del líder cocalero.
Se trata de la ópera prima de Landes, quien nació en Brasil hace 26 años de padre ecuatoriano y madre colombiana.
A su paso por Buenos Aires, el director le explica a BBC Mundo que quiso hacer un film sobre Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, tras asistir a un debate entre el ex presidente boliviano, Gonzalo Sánchez de Lozada, tras su salida del poder, y el líder cocalero.
"En ese escenario estaban las dos caras de América Latina: un blanco educado en las mejores universidades de Estados Unidos, quien cree en las fuerzas del mercado, y un líder aymara, sindicalista, que denunciaba el imperialismo estadounidense".
"Lo que más me llamó la atención es que la vida de Evo contaba muchas historias, la de Bolivia pero también la de las tensiones relacionadas con la raza, los recursos energéticos y la lucha de Washington contra las drogas".
Un "sí" negociado
Para rodar el documental, Landes consiguió US$20.000 de una compañía de Los Angeles, Estados Unidos. Con ese dinero compró una cámara de mini DV y otros equipos, y pudo seguir la campaña de Morales.
Convencer al entonces diputado del Movimiento al Socialismo (MAS) y candidato a la presidencia de Bolivia de que lo dejara entrar en su vida no fue una tarea sencilla.
"Cuando fui a hacerle la propuesta me quedé un día entero en su oficina en el Congreso esperando que llegara. Recuerdo que allí había un gran óleo de él en la pared y una whipala (bandera cuadrangular de siete colores usada por las etnias de los Andes)", dice el director.
"Cuando Evo entró yo esperaba tener una reunión más formal, pero él estaba muy ocupado; me miró, me dio un rápido 'sí'. Después me di cuenta de que ese 'sí' lo iba a tener que renegociar todos los días".
Así fue como Landes pudo acercarse a momentos íntimos de Evo Morales: su comportamiento durante el ajetreado recorrido en la campaña electoral, cuando se preparaba para los actos -por ejemplo cuando se cortaba el cabello-, y su nerviosismo el día de las elecciones.
Suspicaz y cándido
Testigo privilegiado de la transformación de un líder cocalero indígena a mandatario, el cineasta ecuatoriano describe así la personalidad de Morales: "Es increíblemente trabajador y muy fraternal en su trato. Tiene un humor muy pícaro, de solterón".
Landes agrega que el ahora presidente es suspicaz y cándido en dosis parecidas.
"Por un lado, mantiene cierta distancia porque sabe que está en una situación especial, muy difícil, y eso a veces lo hace ser desconfiado".
El director relata -por ejemplo- que en un momento, quizás harto de la cámara, Morales lo acusó a él y a su equipo de ser agentes de la CIA.
"Poco podíamos hacer para demostrar lo contrario. Pero después de pasar un tiempo en el corazón de su movimiento político nos terminó aceptando".
En cuanto a la veta cándida de Morales, Landes afirma que cuando el líder cocalero observaba por la ventana del avión o del carro durante la campaña, miraba las cosas que ya había visto en muchas ocasiones "como si fuera la primera vez".
Ése fue precisamente el carácter de "niño-hombre" que le resultó atrayente como realizador.
Mundo cocalero
La película tiene una coprotagonista: Leonilda Zurita, una líder sindical cocalera de Cochabamba, que figura entre quienes encabezan el actual movimiento contra el prefecto opositor Manfred Reyes Villa.
A través de ella se muestra la relación de Morales con lo que Landes describe como el "mundo único" de los campesinos cochabambinos que cultivan coca.
"Cuando Estados Unidos enfocó su guerra contra el narcotráfico en estos indígenas empobrecidos, ellos se unieron para sobrevivir. Para ellos, Evo representa la fortaleza que han conseguido. Ahora no sólo defienden sus cultivos, sino también la presidencia de Morales".
Landes terminó de rodar el documental el 22 de enero de 2006, cuando su principal protagonista se convirtió en jefe de Estado de Bolivia.
"Evo no se lo creía cuando ganó las elecciones, pero después se lo vio sereno, muy comprometido con el papel que le tocó en la historia de su país y con la responsabilidad que ello representaba".
El presidente boliviano aún no ha visto la película. Por lo pronto Landes le envió una carta informándole de la selección en el Sundance Festival.
"Espero que podamos llevarle el documental pronto, para mostrárselo no sólo a él sino a los cocaleros. Me encantaría ver cómo reaccionan al verse en la pantalla".
lunes, enero 22, 2007
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