MAR DE ARAL
El Mar de Aral es un lago, o mar interior, endorreico en Asia Central. Se encuentra entre Kazajistán al norte y Karakalpakia, región autónoma de Uzbekistán, al sur. Desde los años 60, la superficie del Mar de Aral se ha reducido, debido a los trasvases de agua de los ríos que confluyen en él. Durante la época soviética se empezó a desviar agua de los ríos Amu Darya y Syr Darya para regar cultivos en Uzbekistán y Kazajistán. Lo que queda del Mar de Aral está también muy contaminado, en gran medida como resultado de pruebas de armas, proyectos industriales y el vertido de residuos de fertilizantes en la época soviética.
La Unión Soviética decidió en 1918 desviar parte del agua de los dos grandes ríos de Asia Central, el Amu Darya en el sur y el Syr Darya en el nordeste, para poder desarrollar cultivos de regadío en el desierto de Asia Central. De esta manera, el Asia Central soviética comenzó a producir arroz, melones, cereales y, muy en especial, algodón. La Unión Soviética pretendía convertirse en uno de los principales productores mundiales de algodón, y lo consiguió. En la actualidad, Uzbekistán es uno de los mayores exportadores de algodón en el mundo.
Los canales de irrigación comenzaron a construirse a gran escala en los años 30. La calidad de la construcción de muchos de estos canales era ínfima, lo cual dejaba que parte del agua se filtrara o se evaporara. En el caso del canal de Kara Kum, el mayor de Asia Central, se desaprovechaba probablemente hasta un 70% del agua. Aún hoy sólo el 12% de la longitud total de canales de irrigación de Uzbekistán está impermeabilizado.
Antes de 1960, se estima que ya se desviaban a la tierra entren 20 y 50 kilómetros cúbicos de agua. Así, la mayor parte del suministro de agua del Mar de Aral se había desviado y en la década de los 60, el mar comenzó a menguar. Entre 1961 y 1970, el nivel del Mar de Aral descendió a un ritmo medio de 20 cm al año. En los años 70, el ritmo de descenso del nivel casi se triplicó, hasta alcanzar entre 50 y 60 cm anuales. En los años 80, el nivel del mar se reducía una media de entre 80 y 90 cm cada año. Y a pesar de esto, el volumen de agua utilizada para la irrigación continuó en aumento: La cantidad de agua extraída de los ríos se duplicó entre 1960 y 1980. Mientras tanto, la producción de algodón casi se duplicó en el mismo periodo.
La progresiva desaparición del gran lago no sorprendía a los soviéticos. Ya lo habían esperado. Aparentemente, en la URSS se consideraba que el Aral era un "error de la naturaleza", y un ingeniero soviético habría dicho en 1968 que "es evidente para todo el mundo que la desaparición del Mar de Aral es inevitable".
La superficie del Mar de Aral se ha reducido actualmente en un 60 %, y su volumen en casi un 80 %. En 1960, el Mar de Aral era el cuarto lago mayor del mundo, con un área aproximada de 68,000 km², y un volumen de 1100 km³. En 1998, ya había descendido hasta 28,687 km², el octavo lago del mundo. Durante el mismo intervalo de tiempo, la salinidad del mar ha aumentado desde alrededor de 10 g/l hasta unos 45 g/l.
En 1987, la disminución progresiva del nivel de las aguas acabó dividiendo el lago en dos volúmenes de agua separados, el Mar de Aral Norte y el Mar de Aral Sur. Aunque se construyó un canal artificial para conectarlos, la conexión se había perdido ya en 1999, debido al cada vez más acusado descenso de las aguas.
En la actualidad, se están llevando a cabo trabajos para preservar el Mar de Aral Norte, incluida la construcción de presas que garanticen la preservación de un flujo constante de agua dulce. En octubre de 2003, el Gobierno de Kazajstán dio a conocer un plan para construir una presa de cemento (Dique Kokaral) para separar las dos mitades del Mar de Aral, de modo que se pueda elevar el nivel del agua en ese trozo del mar original y reducir los niveles de salinidad. Por razones económicas, el Mar de Aral Sur ha sido abandonado a su suerte. En su agonía, está dejando enormes llanuras de sal, que producen tormentas de arena, y que hacen los inviernos más fríos y los veranos más cálidos. Uno de los intentos de mitigar estos efectos consiste en la plantación de vegetación en el antiguo fondo del mar, ahora tierra firme.
En el verano de 2003, el Mar de Aral Sur estaba desapareciendo más rápido de lo que se había previsto. La superficie está ahora tan sólo 30,5 metros sobre el nivel del mar (3,5 metros más baja de lo que se había previsto a principios de los años 90), y el agua tiene una salinidad 2,4 veces mayor que la del océano. En las partes más profundas del mar, las aguas más bajas tienen mayor concentración de sal que las superficiales, conformando dos tipos de agua que no se mezclan entre sí. Por esto, sólo la parte superficial del mar se calienta en verano, y ésta se evapora a mayor velocidad de la que cabría esperar. Según estimaciones basadas en datos recientes, la parte occidental del Mar de Aral Sur habrá desaparecido en los próximos 15 años, mientras que la parte oriental podría mantenerse, de forma precaria, indefinidamente.
El ecosistema del Mar de Aral y de los deltas de los ríos que confluyen en él está prácticamente destruido, en gran medida por la altísima salinidad. Además, la tierra en torno al mar está muy contaminada, y las personas que viven en la región sufren de escasez de agua dulce, unida a problemas de salud diversos. La contracción del mar ha dejado extensas llanuras cubiertas de sal y de productos tóxicos, que son arrastrados por el viento a las zonas habitadas. La población cercana al Mar de Aral presenta una incidencia elevada de ciertas formas de cáncer y enfermedades pulmonares, entre otras patologías. Los cultivos tradicionales también están siendo destruidos por la sal que se deposita en la tierra. La ciudad de Moynaq en Uzbekistán tuvo en el pasado un puerto bullicioso y una industria pesquera que daba empleo a unas 60.000 personas. Actualmente, la ciudad dista muchos kilómetros de la nueva costa. Los barcos pesqueros se encuentran varados en tierra sobre las llanuras que una vez fueron fondo del mar. Muchos de esos barcos llevan más de 20 años abandonados. La única empresa pesquera que queda en la zona se encarga de importar pescado del Mar Báltico, a miles de kilómetros.
En enero de 1994, los países de Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán firmaron un acuerdo por el que se comprometían a destinar un 1% de sus presupuestos a contribuir a la recuperación del mar.
En el 2006, esfuerzos por aliviar la situacion en la parte norte del Mar de Aral, financiados por el Banco Mundial parecian estar dando resultados positivos.
El Mar de Aral es un lago, o mar interior, endorreico en Asia Central. Se encuentra entre Kazajistán al norte y Karakalpakia, región autónoma de Uzbekistán, al sur. Desde los años 60, la superficie del Mar de Aral se ha reducido, debido a los trasvases de agua de los ríos que confluyen en él. Durante la época soviética se empezó a desviar agua de los ríos Amu Darya y Syr Darya para regar cultivos en Uzbekistán y Kazajistán. Lo que queda del Mar de Aral está también muy contaminado, en gran medida como resultado de pruebas de armas, proyectos industriales y el vertido de residuos de fertilizantes en la época soviética.
La Unión Soviética decidió en 1918 desviar parte del agua de los dos grandes ríos de Asia Central, el Amu Darya en el sur y el Syr Darya en el nordeste, para poder desarrollar cultivos de regadío en el desierto de Asia Central. De esta manera, el Asia Central soviética comenzó a producir arroz, melones, cereales y, muy en especial, algodón. La Unión Soviética pretendía convertirse en uno de los principales productores mundiales de algodón, y lo consiguió. En la actualidad, Uzbekistán es uno de los mayores exportadores de algodón en el mundo.
Los canales de irrigación comenzaron a construirse a gran escala en los años 30. La calidad de la construcción de muchos de estos canales era ínfima, lo cual dejaba que parte del agua se filtrara o se evaporara. En el caso del canal de Kara Kum, el mayor de Asia Central, se desaprovechaba probablemente hasta un 70% del agua. Aún hoy sólo el 12% de la longitud total de canales de irrigación de Uzbekistán está impermeabilizado.
Antes de 1960, se estima que ya se desviaban a la tierra entren 20 y 50 kilómetros cúbicos de agua. Así, la mayor parte del suministro de agua del Mar de Aral se había desviado y en la década de los 60, el mar comenzó a menguar. Entre 1961 y 1970, el nivel del Mar de Aral descendió a un ritmo medio de 20 cm al año. En los años 70, el ritmo de descenso del nivel casi se triplicó, hasta alcanzar entre 50 y 60 cm anuales. En los años 80, el nivel del mar se reducía una media de entre 80 y 90 cm cada año. Y a pesar de esto, el volumen de agua utilizada para la irrigación continuó en aumento: La cantidad de agua extraída de los ríos se duplicó entre 1960 y 1980. Mientras tanto, la producción de algodón casi se duplicó en el mismo periodo.
La progresiva desaparición del gran lago no sorprendía a los soviéticos. Ya lo habían esperado. Aparentemente, en la URSS se consideraba que el Aral era un "error de la naturaleza", y un ingeniero soviético habría dicho en 1968 que "es evidente para todo el mundo que la desaparición del Mar de Aral es inevitable".
La superficie del Mar de Aral se ha reducido actualmente en un 60 %, y su volumen en casi un 80 %. En 1960, el Mar de Aral era el cuarto lago mayor del mundo, con un área aproximada de 68,000 km², y un volumen de 1100 km³. En 1998, ya había descendido hasta 28,687 km², el octavo lago del mundo. Durante el mismo intervalo de tiempo, la salinidad del mar ha aumentado desde alrededor de 10 g/l hasta unos 45 g/l.
En 1987, la disminución progresiva del nivel de las aguas acabó dividiendo el lago en dos volúmenes de agua separados, el Mar de Aral Norte y el Mar de Aral Sur. Aunque se construyó un canal artificial para conectarlos, la conexión se había perdido ya en 1999, debido al cada vez más acusado descenso de las aguas.
En la actualidad, se están llevando a cabo trabajos para preservar el Mar de Aral Norte, incluida la construcción de presas que garanticen la preservación de un flujo constante de agua dulce. En octubre de 2003, el Gobierno de Kazajstán dio a conocer un plan para construir una presa de cemento (Dique Kokaral) para separar las dos mitades del Mar de Aral, de modo que se pueda elevar el nivel del agua en ese trozo del mar original y reducir los niveles de salinidad. Por razones económicas, el Mar de Aral Sur ha sido abandonado a su suerte. En su agonía, está dejando enormes llanuras de sal, que producen tormentas de arena, y que hacen los inviernos más fríos y los veranos más cálidos. Uno de los intentos de mitigar estos efectos consiste en la plantación de vegetación en el antiguo fondo del mar, ahora tierra firme.
En el verano de 2003, el Mar de Aral Sur estaba desapareciendo más rápido de lo que se había previsto. La superficie está ahora tan sólo 30,5 metros sobre el nivel del mar (3,5 metros más baja de lo que se había previsto a principios de los años 90), y el agua tiene una salinidad 2,4 veces mayor que la del océano. En las partes más profundas del mar, las aguas más bajas tienen mayor concentración de sal que las superficiales, conformando dos tipos de agua que no se mezclan entre sí. Por esto, sólo la parte superficial del mar se calienta en verano, y ésta se evapora a mayor velocidad de la que cabría esperar. Según estimaciones basadas en datos recientes, la parte occidental del Mar de Aral Sur habrá desaparecido en los próximos 15 años, mientras que la parte oriental podría mantenerse, de forma precaria, indefinidamente.
El ecosistema del Mar de Aral y de los deltas de los ríos que confluyen en él está prácticamente destruido, en gran medida por la altísima salinidad. Además, la tierra en torno al mar está muy contaminada, y las personas que viven en la región sufren de escasez de agua dulce, unida a problemas de salud diversos. La contracción del mar ha dejado extensas llanuras cubiertas de sal y de productos tóxicos, que son arrastrados por el viento a las zonas habitadas. La población cercana al Mar de Aral presenta una incidencia elevada de ciertas formas de cáncer y enfermedades pulmonares, entre otras patologías. Los cultivos tradicionales también están siendo destruidos por la sal que se deposita en la tierra. La ciudad de Moynaq en Uzbekistán tuvo en el pasado un puerto bullicioso y una industria pesquera que daba empleo a unas 60.000 personas. Actualmente, la ciudad dista muchos kilómetros de la nueva costa. Los barcos pesqueros se encuentran varados en tierra sobre las llanuras que una vez fueron fondo del mar. Muchos de esos barcos llevan más de 20 años abandonados. La única empresa pesquera que queda en la zona se encarga de importar pescado del Mar Báltico, a miles de kilómetros.
En enero de 1994, los países de Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán firmaron un acuerdo por el que se comprometían a destinar un 1% de sus presupuestos a contribuir a la recuperación del mar.
En el 2006, esfuerzos por aliviar la situacion en la parte norte del Mar de Aral, financiados por el Banco Mundial parecian estar dando resultados positivos.
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