domingo, diciembre 13, 2009

Pariacoto, Ancash: 9 de agosto de 1991

Pariacoto, Ancash: 9 de agosto de 1991






Los sacerdotes Zbigniew Adan Strzalkowski (edad 32)y Miguel Tomaszek (edad 30) , ambos de nacionalidad polaca, pertenecían a la Congregación de Franciscanos Conventuales de la provincia de San Antonio de Cracovia (Polonia).

En 1989 arribaron al Perú con el propósito de fundar el primer convento de su orden en el distrito de Pariacoto (Ancash), por encargo de la Diócesis de Chimbote. Inauguraron oficialmente Parroquia “Señor de Mayo” el 30 de agosto del mismo año3, cuya atención pastoral comprendía cuatro parroquias: Pariacoto, Yaután, Cochabamba y Pampas Grandes.
En poco tiempo estos sacerdotes se ganaron el corazón de los pobladores gracias a su labor apostólica, la formación de comunidades cristianas, de escuela de catequistas y por su identificación con la pobreza y necesidades de los campesinos.

Zbigniew Adan Strzalkowski, quien nació el 3 de julio de 1958 en Tarnow-Polonia, se preocupaba mucho por los enfermos que cada día aumentaban en Pariacoto. Además, frente a la escasez de agua potable estuvo muy interesado por encontrar una nueva fuente de agua para toda la región.

Miguel Tomaszek, quien nació el 23 de septiembre de 1960 en Lekawica-Polonia, trabajó en la catequesis familiar, se interesó por los niños empezando su labor pastoral en Pariacoto y luego ampliándola a Yaután.

Los miembros del PCP-SL buscaron directamente a los sacerdotes
La noche del 9 de agosto de 1991, alrededor de 15 miembros de el PCP-SL, con el rostro cubierto con pasamontañas y armados con escopetas y armas cortas, atacaron el distrito de Pariacoto, ubicado en la provincia de Huaraz, departamento de Ancash.
Al llegar a dicha localidad los subversivos se dispersaron en busca de las autoridades. Un grupo se dirigió a la casa del alcalde Justino León Maza y luego de detenerlo lo llevaron al local de la Municipalidad; mientras que otro enrumbó a la casa parroquial, donde detuvieron a los sacerdotes de nacionalidad polaca Miguel Tomaszek y Zbigniew Strzalkwski, quienes también fueron conducidos al local edil.
El padre Strzalkwski acababa de celebrar la misa y los feligreses aún no habían terminado de salir de la Iglesia, cuando los sediciosos llegaron a la parroquia “Señor de Mayo”, diciendo: “somos compañeros y deseamos hablar con los padres.”
En ese momento salió el padre Strzalkwski, quien se identificó como tal. Ante su respuesta los terroristas le atan las manos y preguntaron si había otros religiosos en el lugar. Al enterarse de la presencia del padre Tomaszek, también lo tomaron prisionero.
En ese instante intervino la hermana Berta, intuyendo lo que podía ocurrir preguntó: “¿Por qué atan a los padres, que van hacer con ellos, por qué se los llevan?
Uno de los terroristas le contestó: “No se preocupe, volverán, los necesitamos para una acción, por las dudas los atamos”.
Posteriormente, al inspeccionar el local parroquial, los terroristas descubrieron que había dos camionetas, que eran de propiedad de la parroquia. Cuando los subversivos preguntaron de quién eran los vehículos, el padre Strzalkwski les contestó que se los había donado la orden a la que pertenecían. Entonces uno de los subversivos le retrucó: “Es un regalo del imperialismo de los yanquis”.
Sin más preámbulo los sediciosos introdujeron a los sacerdotes y al burgomaestre de Pariacoto en los vehículos hallados en el local parroquial y los llevaron con rumbo desconocido.
Antes de abandonar el lugar los terroristas realizaron pintas en las paredes de los inmuebles con lemas alusivos a su lucha armada.

El asesinato de los sacerdotes

Al llegar al paraje llamado “Pueblo Viejo” asesinaron a los dos sacerdotes polacos Miguel Tamaszek y Zbigniew Strzalkwski y al alcalde Justino León Maza, dejando los cuerpos en plena carretera. Sobre sus cuerpos dejaron letreros de cartón con los símbolos de la hoz y el martillo e inscripciones que rezaban: “Así mueran los servidores del imperialismo. ¡Viva el PCP”, “Así mueren los servidores del viejo Estado. ¡Viva el presidente Gonzalo!”.
Posteriormente los senderistas se dirigieron al distrito de Cochabamba y a la altura del lugar denominado “Minas” interceptaron al alcalde de esa localidad, Domingo Esteban Padilla Chacpi, quién se encontraba conduciendo la camioneta de placa PE-5825, marca Ford, color rojo de propiedad del Concejo, quien también fue victimado con disparos de arma de fuego. Posteriormente incendiaron el vehículo en el que se encontraba.
Luego ingresaron a Cochabamba, detonaron artefactos explosivos en el local municipal y realizaron inscripciones con pintura roja en las paredes de los inmuebles con lemas subversivos y el símbolo de la hoz y el martillo.
Además saquearon la tienda del señor Máximo Cuysano Cabello, de donde se llevaron víveres y alimentos retirándose con dirección a “Anta-Marca”. Allí incendiaron las dos camionetas de propiedad de la parroquia de Pariacoto, dándose posteriormente a la fuga.

La investigación policial
El 10 de agosto de 1991, efectivos de la Policía Nacional de la IV Región PNP–Chavín, arribaron a los distritos de Pariacoto y Cochabamba, constatando los daños ocasionados por los miembros de el PCP-SL el día anterior.
Realizaron la diligencia de levantamiento de cuatro cadáveres, trasladándolos a la Morgue Central Casma, para el protocolo de autopsia correspondiente, confeccionándose el Atestado Policial N°024-DSE-JD de 28 de agosto de 1991.


Las autopsias de los cadáveres arrojaron los siguientes resultados:

• El cadáver de Zbigniew Strazalkowski, presentaba un orificio de más o menos dos centímetros de diámetro en región infra auricular izquierda, que penetra hacia el inferior del cráneo ocasionando estallamiento de toda la base del cráneo y macizo facial. Concluyendo que la causa de la muerte se debió al estallamiento del cráneo por herida de bala de grueso calibre más rotura pulmonar y cardiaca.
• El cadáver de Miguel Tomaszek, presentaba un orificio en la región occipital de más o menos dos centímetros de diámetro que atravesando planos óseos de la columna se abre hacia la parte inferior de la cara a través de la cavidad oral y macizo facial por donde se observa amplio destrozo de toda la estructura ósea y partes blandas de dicha cavidad.

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