El Personaje del Año: EL MANIFESTANTE
El pueblo en la calle ha sido siempre el instrumento fundamental para cambiar la historia. Desde la revolución francesa hasta la americana, la rusa o la mexicana, el levantamiento contra el comunismo en la Europa del Este o las marchas por los derechos civiles en Estados Unidos, el poder de los ciudadanos masivamente reclamando sus derechos ha sido una fuerza incontenible, incluso por la más brutal represión. A lo largo de varios siglos, esa fuerza ha languidecido o resurgido de forma intermitente en distintos lugares de la Tierra y en diferentes momentos. Durante 2011 ha reaparecido con una energía desconocida desde hacía décadas y, aunque con disparidades, dudas y contradicciones, se ha consolidado un movimiento que encierra un considerable potencial transformador. Eso es lo que ha querido valorar la revista Time al nombrar a El Manifestante el personaje del año.
El origen de ese movimiento y su máxima expresión son las manifestaciones surgidas hace exactamente un año en Túnez, que dieron lugar a la primavera árabe, que ya ha provocado la caída de cuatro dictadores y tiene en jaque a varios otros. Pero su onda expansiva se ha sentido en casi todo el mundo, con una especial intensidad en España y protestas de diversa magnitud en otros países de Europa, América Latina, EE UU y, recientemente, en Rusia. En la sociedad árabe esta movilización tenía un objetivo claro -la democracia- y ha producido resultados inmediatos. En el resto del mundo sus propósitos son más dispersos y sus consecuencias más impredecibles, pero igualmente han servido para reflejar la frustración, especialmente de los jóvenes, con modelos políticos que no satisfacen sus exigencias democráticas ni les sirven para realizarse plenamente como individuos.
viernes, diciembre 16, 2011
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